Vuelve uno de los espacios míticos de la ciudad. Vuelve el Mercado de San Antón. Este baluarte gastronómico del barrio de Chueca, se ha sometido en los últimos meses a una renovación, tanto del espacio como de los puestos y comerciantes que conforman su propuesta.
Ahora, con nada menos que 16 innovaciones, el mercado vuelve a la vida en esta nueva etapa, sin perder su esencia y sumando más a la extensa oferta culinaria de la ciudad, con novedades donde hacer la compra y espacios en los que degustar jugosas novedades.
¿Los encargados de dar forma a esta nueva andadura? Ansón + Bonet, de Alejandra Ansón y Miguel Bonet, expertos en desarrollar conceptos de hostelería. "El proyecto del Mercado de San Antón es uno de los que más ha centrado nuestro esfuerzos en los últimos meses. Nos ha llevado mucho tiempo reunir a todos esos increíbles comerciantes y operadores, y poder dotar al proyecto del espíritu que creemos que merecía", explican. De esta forma, la asociación los retó a aunar la tradición y lo contemporáneo y a "hacer del lugar un verdadero lugar de encuentro."
El resultado final no ha podido ser mejor. También se ha renovado el espacio interior, haciéndolo más moderno y atractivo, con un proyecto que ha corrido a cargo del estudio de arquitectura BURR, encargados de planificar tanto la isla central con neones coloridos y acero, como los puestos de la segunda planta.
Ahora bien, ¿qué vamos a encontrar en el nuevo mercado y cuáles son sus espacios más interesantes?
Nuevas propuestas gastronómicas para no perderse
Más allá de estos espacios donde seguir haciendo la compra y apostando por la calidad, la segunda planta del mercado se ha vuelto más gastronómica si cabe. Y no podrás esperar para conocerlas todas ellas.
En la primera planta del mercado, se ha instalado la Barra del Comercial, una versión en formato tapeo castizo y madrileño, del Café Comercial. No faltan sus bravas con alioli de vermut, el arroz con costilla de vaca rubia y una interesante selección de bocadillos, sándwich y benedictinos, en honor al brunch que preparan cada fin de semana. Pronto abrirá también en esta planta una sede de Mistura, para poner el acento dulce con sus helados de autor y un wine bar, 1000 y un vino by Distinto.
Ahora bien, la segunda planta es la que se ha dedicado íntegramente a estos espacios en los que picar o comer algo a casi cualquier hora del día. Desde abrir boca con las conservas (sardinillas, melva, navajas...) y tapas de Nudista o los sabores castizos de Tapa Española, hasta disfrutar de la mejor hamburguesa de España, que no es otra que la de Juancho's BBQ que también está presente en el nuevo mercado, sin olvidarnos de los asados de La Manuela.
Hay más propuestas que triunfan ya fuera del mercado y ahora se unen al mismo. Uno es el espacio de Hevia, que abre con pinchos y raciones, entre los que probar platos míticos de la casa como el mejillón tigre, la ensaladilla de ahumados o sus callos con más de 57 años de historia.
La otra es La taberna de La Ancha. Se trata de una barra, "una versión informal, más parecida a La Estrecha, ese sitio que abrió nuestro abuelo en 1919 en la calle de los Madrazo, y que dio como origen a nuestro grupo familiar", tal y como la describe la familia de Nino Redruello.
Allí las protagonistas son las cañas bien tiradas, una buena colección de vinos nacionales y una de las más aclamadas creaciones de esta casa, las tortillas. La idea aquí es tomar un pincho de tortilla de patata con o sin cebolla y la gracia es que puedes acompañarla con varios añadidos: callos a la madrileña, pimientos asados, ensalada de cangrejo, boquerones en vinagre, trufa, migas con chorizo... Hay opciones para todos los gustos.
Se puede incluso viajar por el mundo sin necesidad de salir de Chueca. Como irse a Italia con los platos y la pasta fresca de Flavia, disfrutar de un sinfín de platos con pollo frito en Van Van Chicken o con uno de los proyectos más interesantes que se incorporan, Chuka Sando. Los creadores de Chuka Ramen Bar, legitiman la creciente cultura de los sandos, nuestros sándwiches japoneses favoritos.
Y lo hacen en este espacio dedicado íntegramente a este delicioso bocado en tres versiones, el katsu sando, el menchi (carne picada) sando y el tamago sando, de tortilla y huevos de Cobardes y Gallinas, todos ellos elaborados con shokupan casero. Completan la oferta con sopa miso, un brownie elaborado con harina de arroz glutinoso y tarta de queso japonesa.
El interior del mercado no ha sido lo único que ha sufrido una transformación radical. También ha cambiado la azotea, una de las más demandadas y apetecibles de la ciudad. La terraza de San Antón ha dado paso a 11 Nudos Terraza Nordés, que cuenta con tres ambientes diferenciados: una terraza exterior, una climatizada y un salón interior, a los que han dado una vuelta de tuerca en la decoración con mucha más vegetación.
Al asociarse con la ginebra gallega Nordés, la oferta gastronómica de la terraza a cargo de Miguel Ángel Caserío, que ha apostado por una fusión atlántica y gallega, con toques viajeros, que se materializa en platos como las croquetas de carabinero y kimchi, una empanadilla gallega de melva fresca y pisto asado o zamburiñas al albariño y estragón. Todo ello se acompaña con cócteles y tragos, donde los productos de Nordés son protagonistas.
Desde una charcutería de renombre a un puesto de arte floral
Si hablásemos de los puestos de abastos propiamente dichos, el nuevo mercado de San Antón acumula una buena selección de espacios donde hacer la compra. En la primera planta puedes visitar la charcutería de Octavio, especializada en jamones, quesos, fiambres y productos gourmet como mantequilla italiana, pastrami casero y hasta almogrote. Otro de los puestos que se incorpora es Cárnica Lameiro, donde comprar carne ecológica y sostenible, procedente de ganadería extensiva.
Frutas, verduras, los encurtidos de Casa Olivar y los deliciosos panes de masa madre y la bollería artesana de Madreamiga, que abre también un espacio en el mercado, del que llevarse éxitos como sus diferentes croissant (de almendra, chocolate, frambuesa...) y sus hogazas de pasas y nueces, espelta o semillas, entre muchos otros.
Junto a ellos, Metatopy, la floristería de Mario Molina, que tras trabajar creando arte floral para producciones y marcas, abre su primer espacio físico aquí. No faltan tampoco la pollería Ailan que ya formaba parte anteriormente del proyecto, la Casa del Bacalao o Espiedo, que funciona como take away y donde el pollo asado es el rey.