La futura norma permitirá el uso estandarizado de derivados del cannabis en el hospital.

La futura norma permitirá el uso estandarizado de derivados del cannabis en el hospital.

Salud

La polémica sobre el cannabis terapéutico llega a España: "Quizá se sobreestima su eficacia"

Las lagunas sobre su efectividad y el miedo a la minimización del riesgo de su consumo recreativo arrojan sombras en la futura regulación.

21 febrero, 2024 02:54

A pesar de todo lo que se habla de las posibilidades del cannabis terapéutico, lo cierto es que su uso está —todavía hoy— lleno de sombras. El Ministerio de Sanidad ha abierto consultas para desarrollar un futuro Real Decreto que lo regule y, aunque los profesionales sanitarios valoran el avance, también advierten de potenciales riesgos.

Lo cierto es que, a día de hoy, en España hay dos productos comercializados derivados del cannabis: Sativex, indicado para el tratamiento de la espasticidad (rigidez muscular) en la esclerosis múltiple, y Epidyolex, para la epilepsia infantil como un tratamiento de segunda línea.

Otros fármacos derivados de esta planta pueden adquirirse como medicamento extranjero para tratar, entre otros, las náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia e incluso aumentar el apetito en pacientes con enfermedades crónicas.

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Lo que busca regular el Gobierno, sin embargo, son los preparados a base de cannabis que elaborarán las farmacias de los hospitales y que los pacientes, mediante prescripción, podrán retirar para consumo en sus casas: aceites, infusiones o productos para inhalación.

El Real Decreto, presumiblemente, definirá las condiciones, las indicaciones, las proporciones de los diferentes compuestos derivados de la planta: principalmente, el tetrahidrocannabinol  o THC (responsable de sus efectos psicotrópicos y embriagadores, y el cannabidiol o CBD.

La norma seguirá la estela de otros países más avanzados en su regulación, como Países Bajos —el pionero— e Italia. Otros, como Portugal, Reino Unido o Noruega, también tienen han normativizado su uso.

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A pesar de lo mucho que hay escrito sobre ello, sigue habiendo sombras sobre su potencial sanador (o, más bien, paliativo) porque a pesar de los numerosos estudios sobre su potencial no hay tantos ensayos clínicos aleatorizados, el patrón oro de la investigación médica.

"Es muy difícil hacer estudios de este tipo", explica Magí Farré, jefe del servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol y portavoz de la Sociedad Española de Farmacología Clínica.

"Sativex, por ejemplo, es del grupo Bayer, y por eso está muy bien estudiado. Sin embargo, las empresas que cultivan cannabis para usos medicinales no tienen el potencial económico para realizar todos los ensayos sobre su eficacia".

"Al no haber nada que patentar", continúa, "es difícil que alguien quiera invertir el dinero suficiente: después de todo, su producto no se diferenciaría del que tiene al lado".

Esclerosis, epilepsia y náuseas

Una revisón 'paraguas' de un centenar de meta-análisis de estudios sobre cannabis apuntaba que la evidencia desaconseja su uso en adolescentes o adultos jóvenes, durante el embarazo o antes de conducir.

También señalaba que el cannabidiol se mostraba eficaz en epilepsia y que los medicamentos basados en el cannabis son efectivos en personas con esclerosis múltiple, dolor crónico, enfermedad inflamatoria intestinal y medicina paliativa "pero no sin efectos adversos".

Farré, que es catedrático de Farmacología en la Universidad Autónoma de Barcelona, ha realizado en su hospital numerosos estudios sobre la farmacocinética del compuesto, es decir, cómo lo absorbe el cuerpo, lo metaboliza y lo excreta.

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En su experiencia, indica a EL ESPAÑOL, no ha visto problemas de adicción, incluso cuando se inhala, algo que podría asemejarlo al tabaco. "Es algo muy controlado, es difícil que haya desvíos".

Sin embargo, a los psiquiatras les preocupa "que el uso terapéutico minimice el riesgo del uso recreativo", señala Marina Díaz Marsá, vicepresidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental y jefa de a Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria y de la Unidad de Intervención Precoz en Psicosis del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

"El uso recreativo en jóvenes es altamente peligroso: brotes psicóticos, síndrome de apatía, deterioro cognitivo asociado al cannabis, agrava otras condiciones psiquiátricas...", advierte.

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La psiquiatra explica que "quizá hay una sobreestimación de su importancia en determinadas situaciones. Se ignora cuál es el beneficio real y también el riesgo. Hay que dar más información en ambos sentidos porque en algunas indicaciones puede ser útil pero quizá la población tenga la idea de que es más útil de lo que realmente es".

Estas dudas también quedaron reflejadas en el informe que la subcomisión de regulación del cannabis medicinal del Congreso de los Diputados publicó en 2022. "Las indicaciones para las que parecen existir indicios más sólidos de utilidad del uso del cannabis o sus productos son limitadas".

El dolor, un "cajón de sastre"

Más allá de las indicaciones para la esclerosis múltiple, la epilepsia y los vómitos, Díaz Marsá explica que su principal preocupación es la indicación para el dolor refractario, es decir, aquel que no responde a tratamientos.

"Se trata de un cajón de sastre donde pueden entrar algunas patologías de origen psiquiátrico, de origen psicosomático, en las cuales el cannabis no sería una solución". Por eso incide en que se limite mucho su uso a indicaciones perfectamente perfiladas y que, en el caso del dolor, "se evalúe mucho y se prescriba en unidades de dolor o cuidados paliativos siempre y cuando no haya una alternativa terapéutica".

Un estudio realizado en EEUU en 2019 concluía que las leyes sobre el cannabis medicinal pueden aumentar su consumo en adultos —no en adolescentes— y que la oferta menos regulada puede llegar a hacer que los trastornos por consumo de cannabis aumenten.

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El Science Media Centre reseña un folleto informativo sobre cannabis medicinal del gobierno holandés que advertía que "el consumo prolongado de altas dosis de cannabis puede crear dependencia".

Por eso Díaz Marsá recalca que "si la indicación es correcta, es de uso hospitalario y con las dosis prescritas por el médico especialista, no creo que haya riesgo. Pero tiene que ser un uso muy regulado y limitado, y solo en indicaciones que se ha visto que puede ser beneficioso".

En cambio, el anestesiólogo Jesús de Santiago, coordinador del grupo de trabajo de cannabinoides de la Sociedad Española del Dolor, cree que el futuro real decreto "va a ser de gran utilidad para dar cobertura y seguridad a los pacientes con dolor crónico".

Se refiere a aquellos pacientes que "lo han probado, les ha venido bien pero el médico no puede acceder a su solicitud", o aquellos extranjeros que no pueden acceder al tratamiento en España, o incluso a "médicos que tengan experiencia pero no puedan usarlo".

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Hasta que aparezca la norma, muchos pacientes acuden a extractos de CBD "pero no son de calidad farmacéutica, no han pasado por los controles del medicamento y no puedes hacer un tratamiento con ellos".

La opción era ofrecer Sativex adaptándolo al paciente, pero "da muchos efectos secundarios y la titulaciónes complicada", afirma.

De Santiago recuerda que la Sociedad Europea del Dolor ha emitido guías de uso para el dolor crónico neuropático refractario "en tercera línea, no en primera", así como en dolor oncológico.

Sobre las 'lagunas' en la investigación, el anestesiólogo ve precisamente una oportunidad en el real decreto: "No hay una evidencia avalada por unos ensayos de alta calidad porque necesitábamos una regulación que nos permita utilizar estas sustancias como si fuera medicamentos, dentro del ambiente propio de la consulta".