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Ecografía. Alexander Raths. EP.

Salud Medicamentos

El peligro oculto de las benzodiacepinas: aumentan un 70% el riesgo de aborto según un estudio

Publicado en 'JAMA Psychiatry', ha analizado más de tres millones de embarazos. Si bien, los expertos piden prudencia a la hora de interpretarlo.

28 diciembre, 2023 02:05

El uso de benzodiacepinas durante el embarazo ha generado diversas preocupaciones por los posibles efectos secundarios que pudiera causar, entre ellos el riesgo de aborto espontáneo. Aun así, se estima que aproximadamente el 1,7% de las mujeres reciben una receta de estas pastillas en el primer trimestre para el tratamiento de la ansiedad y el insomnio. Teniendo en cuenta que al año se producen más de 60 millones de embarazos intencionales, conocer los riesgos se torna en una tarea vital. 

Un nuevo estudio publicado en JAMA Psychiatry acaba de confirmar una relación entre el uso de benzodiacepinas y el riesgo de aborto espontáneo. El trabajo ha analizado más de tres millones de embarazos con más de 130.0000 abortos espontáneos, lo que le convierte en el más grande de estas características, hasta la fecha. 

"Encontramos que el uso de benzodiacepinas durante el embarazo se asocia aproximadamente con un 70% más de riesgo de aborto espontáneo", advierte el estudio, elaborado por la Universidad de Taiwán.

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Las benzodiacepinas son un tipo de medicamento que se suele recetar para el tratamiento del estrés y la ansiedad porque disminuyen la excitación neuronal. Tienen poder antiepiléptico, ansiolítico, hipnótico y relajante muscular. Entre todos sus tipos se incluyen diazepam (valium), lorazepam, bromazepam (lexatin), clonazepam (rivotril), flunitrazepam (rohypnol), temazepam, triazolam, oxazepam, flurazepam y midazolam.

El efecto teratogénico

Entre sus efectos secundarios confirmados, se habla de somnolencia, mareos, debilidad y dependencia física. En el embarazo, se sospecha de un efecto teratogénico, es decir, que al entrar en contacto con un embrión o feto en desarrollo, tenga el potencial de interrumpir su crecimiento y desarrollo normal, provocando malformaciones congénitas, defectos de nacimiento o, incluso, un aborto espontáneo.

"La observación de un mayor riesgo de aborto espontáneo asociado al uso de benzodiacepinas durante el embarazo sugiere que sólo deben utilizarse después un análisis exhaustivo de evaluación de los posibles beneficios y riesgos tanto para la madre como para el niño", concluyen los autores. Si bien, esto tiene la limitación de que ha sido un trabajo meramente observacional.

En la clasificación de medicamentos y embarazo, las benzodiacepinas están dentro de la categoría D. Esto significa que "los estudios controlados y observacionales realizados en mujeres embarazadas han demostrado un riesgo para el feto. Sin embargo, el beneficio de su uso en mujeres embarazadas puede aceptarse a pesar del riesgo. Por ejemplo, si la vida del paciente está en riesgo o en enfermedades graves para las cuales los medicamentos más seguros no pueden usarse o son inefectivos".

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Las guías profesionales precisan que, si se pueden evitar durante el primer trimestre el periodo más peligroso para el efecto teratogénico mejor, pero hay ocasiones en las que la madre no puede esperar. También se puntualiza que no es lo mismo tomar este tipo de medicamentos de forma puntual o precisar un uso continuado y a dosis elevadas. Además, a pesar de la buena praxis de la investigación reciente, los profesionales ponen en duda los resultados obtenidos.

Expertos piden calma y cautela

"Sin un mecanismo plausible, y con suposiciones farmacológicas sobre la acción corta frente a la acción larga que son insostenibles, me parece que este estudio no debería cambiar la práctica actual. Por supuesto, siempre debemos ser prudentes durante el embarazo con el uso de cualquier medicación. Sin embargo, es indudable que la ansiedad y el insomnio grave también tienen efectos perjudiciales para la madre y el feto", matiza Christiaan Vinkers, psiquiatra y catedrático de Estrés y Resiliencia del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam, en declaraciones a SMC de Reino Unido.

"Esto es lo que llamamos un 'estudio de control de casos'. Está bien llevado a cabo con un gran número de casos y no tengo ninguna duda de que encontraron una asociación. Pero la gran pregunta es, ¿es esto causa y efecto? Y el problema es que no podemos decirlo", añade Simon Wessely, Cátedra Regius de Psiquiatría en el King's College de Londres, para el mismo medio.

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Según el psiquiatra, la lección principal que se debería extraer de este trabajo es que hay que "continuar todos los esfuerzos para reducir las prescripciones de benzodiacepinas". La máxima es perentoria dado que estos medicamentos están inmersos en una gran escalada que los profesionales ya no saben cómo atajar.

Por ejemplo, profesionales de la salud mental claman que la terapia ha demostrado tener un mejor efecto a la larga que estos fármacos. La cuestión aquí es poder o no acceder a una terapia.

Volviendo a las benzodiacepinas, España, particularmente, tiene un problema. Año tras año ocupa el primer puesto a nivel mundial en su consumo. Más allá de lo expuesto en la investigación de JAMA, la principal contraindicación es el gran poder adictivo que tienen, al punto de que en nuestro país hay centros específicos de desintoxicación de estos fármacos.