Va camino de convertirse en uno de los mayores escándalos de la medicina en lo que va de siglo. Una investigación del Congreso de Estados Unidos ha revelado una inusual colaboración entre el regulador federal de los medicamentos (la FDA) y el laboratorio Biogen en un proceso "lleno de irregularidades" para aprobar aducanumab, el fármaco contra el alzhéimer que prometía una revolución y se ha quedado en nada.
El informe, elaborado conjuntamente por el Comité de Energía y Comercio y el Comité de Supervisión y Reformas de la Cámara Baja, acusa además a Biogen de poner un precio "injustificadamente alto" al fármaco, 56.000 dólares anuales (unos 53.000 euros), que luego fue reducido hasta los 28.200 a partir de enero de 2022.
Los congresistas han tenido acceso a más de medio millón de páginas de documentos internos tanto de la FDA como del propio laboratorio. Este último pretendía gastar más del doble en la campaña de comercialización del fármaco que lo que gastó en su desarrollo: 3.300 millones de dólares entre 2020 y 2024 frente a los 1.160 gastados en su desarrollo clínico a lo largo de más de una década.
La intención de la compañía era "hacer historia" y "establecer Aduhelm [el nombre comercial de aducanumab] como uno de los mayores lanzamientos farmacéuticos de todos los tiempos", según una presentación a la junta directiva de Biogen en septiembre de 2020. Se trataba de una "oportunidad financiera sin precedentes", señala el informe, que estimaba un pico de ingresos de 18.000 millones de dólares al año.
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Aducanumab fue aprobado en junio de 2021 en medio de una gran polémica: varios asesores de la FDA dimitieron como protesta por la autorización del fármaco, ya que no había demostrado beneficio clínico. Pero las irregularidades comenzaron dos años antes, cuando la agencia reguladora y Biogen montaron un grupo de trabajo conjunto para examinar los datos de los ensayos clínicos.
El laboratorio había recibido poco antes un informe independiente que concluía que el fármaco no reducía el deterioro cognitivo y funcional, y que continuar con los ensayos era algo futil. Biogen decidió cancelarlos pero solo pasaría un trimestre hasta que conformara el nuevo grupo con la FDA.
La hoja de ruta de la aprobación
No es algo inhabitual: los técnicos de las agencias reguladoras suelen asesorar a las compañías sobre los requisitos necesarios para solicitar una aprobación. Cuando se trata de necesidades no cubiertas, como en el caso del alzhéimer, suele haber una colaboración más estrecha. Los congresistas contabilizaron al menos 115 interacciones, incluyendo más de 40 reuniones. Sin embargo, muchas de estas interacciones no fueron adecuadamente registradas.
Es más. FDA y Biogen prepararon un informe conjunto al Comité Asesor de Medicamentos para el Sistema Nervioso Central en noviembre de 2020, un proceso "que solo se había utilizado previamente para fármacos oncológicos en circunstancias de amplio consenso". La parte de la agencia "no representaba adecuadamente todas las visiones dentro de la FDA" y Biogen pudo adaptar la suya a lo requerido por la agencia. Esta colaboración "excedía de la norma", según los congresistas.
A pesar de ello, ninguno de los miembros del comité asesor respaldó la aprobación de aducanumab. El 7 de abril de 2021 se dio a conocer la decisión negativa. El 28 del mismo mes, la agencia informaba a Biogen de que iban a cambiar la hoja de ruta para la aprobación del fármaco hacia una revisión acelerada.
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Este tipo de revisiones permite aprobar provisionalmente un medicamento sin tener los datos completos de los ensayos clínicos al utilizar criterios secundarios o subrogados. Esto justificaría la autorización de aducanumab, a pesar de que los ensayos no mostraban beneficios clínicos, basándose en su capacidad de destrucción de las placas amiloides, la acumulación de proteínas en las neuronas que se piensa que origina la enfermedad.
Tan solo un par de meses después llegó la sorpresa: Aduhelm era aprobado con la condición de mostrar su beneficio a posteriori. Además, lo hacía con una indicación amplia, para todos los casos de alzhéimer sin especificar grado de evolución de la enfermedad. Esto era incluso más chocante si se tiene en cuenta que los ensayos clínicos dejaban fuera a muchos subgrupos. Antes de que acabara el mes, el Congreso de Estados Unidos decidía iniciar una investigación sobre el asunto, que ha tardado 18 meses en cerrarse.
A pesar de las grandes expectativas de Biogen, la polémica en torno a la aprobación de aducanumab era tan grande que las aseguradoras decidieron no financiarlo. Así, en los primeros seis meses de vida del fármaco la compañía solo recaudó 3 millones de dólares (recordemos que preveía 18.000 millones anuales). Medicare, el sistema público de salud de Estados Unidos, también le dio la espalda y en menos de un año desde su aprobación el laboratorio decidía eliminar la infraestructura comercial en torno al fármaco y retirar la solicitud de aprobación europea.
Los congresistas de EEUU le dan un tirón de orejas a la FDA y le conminan a asegurarse que todas sus interacciones con la industria farmacéutica sean convenientemente registradas y que se establezca un protocolo para los informes conjuntos con los laboratorios.
La agencia ha indicado que está revisando los hallazgos y recomendaciones del informe, mientras que Biogen, en un comunicado, "defiende la integridad de las acciones que hemos tomado" y se escuda en que el alzhéimer es "una enfermedad altamente compleja". La compañía tiene otro fármaco para dicha enfermedad en proceso de revisión, lecanemab, y asegura que ha aprendido mucho "del desarrollo y lanzamiento de Aduhelm".
El informe del Congreso recuerda que "el número de pacientes y familias impactadas por la enfermedad de Alzheimer continuará aumentando", concluyendo que es crucial que la FDA y las compañías farmacéuticas "se adhieran a los procedimientos establecidos y se conduzcan con la transparencia necesaria para ganarse la confianza de la opinión pública".