Los prometedores resultados anunciados en septiembre sobre el lecanemab, una terapia con anticuerpos monoclonales desarrollada contra la enfermedad de Alzheimer por las compañías Biogen y Eisai, se han confirmado. El término del ensayo 'Clarity D' en fase 3 con casi 1.800 pacientes entre los 50 y los 90 años ha demostrado que, pasados 18 meses, los tratados con el fármaco habían ralentizado un 27% la progresión de los síntomas neurodegenerativos de en la enfermedad, según el artículo que publica The New England Journal of Medicine.
"Los resultados que hoy presentamos demuestran que el levanecab ralentiza el deterioro cognitivo, lo que supone una buena noticia para los millones de pacientes y sus familia que viven con alzhéimer", declaraba el Dr. Howard Fillit, director científico de la Fundación para el Descubrimiento de Fármacos contra el Alzhéimer (ADDF por sus siglas en inglés). "Pero es solo el comienzo para detener el alzhéimer por completo. Tenemos mucho camino por recorrer desde el 27% de reducción que nos ofrece ahora el lecanemab hasta alcanzar nuestro objetivo de frenar el deterioro cognitivo al 100%".
"Usar combinaciones farmacológicas únicas diseñadas para tratar las patologías subyacentes de cada paciente es la respuesta, y nuestra mayor esperanza para proporcionar alivio a las personas que sufren esta terrible enfermedad degenerativa", valora Fillit. En ese sentido, señala la importancia de diversificar las dianas terapéuticas más allá de la destrucción de las placas amiloides, la principal teoría para explicar el mecanismo del alzhéimer pero que ha dado pocos resultados en las últimas décadas de investigación para tratamientos médicos.
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"La primera conclusión de la lectura del artículo publicado es que los resultados anunciados se mantienen tras la revisión por pares. El análisis del objetivo primario de eficacia (suma de cajas del Clinical Dementia Rating-CDR-SOB) muestra un beneficio significativo del tratamiento con lecanemab a los 18 meses de tratamiento", valora Raquel Sánchez-Valle, jefa de Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona y secretaria del Grupo de estudio de conducta y demencias de la Sociedad española de Neurología, en declaraciones a Science Media Center.
La Food and Drugs Administration (FDA) de EEUU emitirá un dictamen de aprobación en febrero de 2023, aunque Sánchez-Valle señala factores a monitorizar y vigilar que, sin embargo, no deberían obstaculizar su uso. "De los que recibieron lecanemab 5 sujetos (0,6 %) presentaron una hemorragia cerebral y 1 (0,1 %) de los que recibieron placebo. También se refirieron más reacciones relacionadas con la infusión del fármaco en la rama activa (26,4 % frente a 7,4 %)".
Hubo 6 fallecidos en la rama de tratamiento y 7 en la rama placebo, "si bien ninguna de las muertes se atribuyó al fármaco". Al valorar el caso de la paciente que falleció por hemorragia cerebral en la fase abierta del estudio, la especialista subraya que se le había administrado el anticoagulante rtPa para disolver un trombo. "Es bien conocido que un porcentaje de pacientes tratados con rtPA presentan como complicación una hemorragia cerebral, y que este porcentaje es mayor en pacientes con amiloide en sus vasos cerebrales. Por los datos que han trascendido públicamente, no creo que se pueda atribuir al efecto directo del lecanemab".
"El estudio demuestra que el tratamiento con lecanemab reduce de forma importante el acúmulo de amiloide en el cerebro", explica por su parte Marc Suárez-Calvet, neurólogo del Grupo de Investigación en Fisiología de la Cognición y Prevención del Alzhéimer del IMIM-Hospital del Mar, y responsable del Grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del Barcelona Beta Brain Research Center en la Fundación Pasqual Maragall. "El lecanemab, a diferencia de otros anticuerpos anti-amiloide, tiene una especial afinidad para las protofibrillas solubles del amiloide, que probablemente tienen un efecto tóxico en el cerebro".
"Dado que el alzhéimer es una enfermedad heterogénea, será importante determinar qué pacientes pueden potencialmente beneficiarse más de este tratamiento y quiénes de ellos tienen un mayor riesgo de efectos secundarios. El mismo estudio muestra que son los pacientes con el alelo 4 del gen de la APOE aquellos que tienen un mayor riesgo de efectos adversos en forma de anormalidades de las imágenes relacionadas con amiloide (ARIA). Probablemente habrá que individualizar el tratamiento y las dosis administradas para estos pacientes", concluye el investigador.