La diabetes es un importante problema para la salud mundial. Según los últimos datos de la Federación Internacional de Diabetes, esta enfermedad afecta a más de 530 millones de adultos en el mundo y se espera que aumente a 783 millones para 2045. Esta es una patología que se desarrolla en personas de mediana edad y mayores, pero expertos avisan de que, cada vez, son más los adolescentes y jóvenes que se ven afectados por este problema.
Así lo señala un estudio que publica The Bmj y que ha trazado un análisis de la situación con datos recientes de más de 200 países y regiones. Según constata la investigación, la tasa de incidencia en adolescentes y adultos jóvenes (entre 15 y 39 años) aumentó a nivel mundial de 117 por 100.000 habitantes en 1990 a 183 en 2019.
"Nuestro estudio muestra una clara tendencia al alza de la carga de la diabetes tipo 2 de aparición temprana", advierten los autores, que para su investigación tomaron como referencia el último Estudio de la Carga Global de las Enfermedades y lo pusieron en comparación con los datos de casi 30 años atrás.
Los investigadores, además, se propusieron llenar el vacío que existe respecto a la incidencia de la diabetes según factores sociodemográficos. Como señalan, trabajos anteriores se han centrado en países de ingresos altos, obviando el drama que supone este problema en otros lugares.
Es más, según sus datos, los países de menos ingresos son aquellos que se han visto especialmente afectados por esta crecida. A nivel regional, la mayor carga de diabetes tipo 2 de inicio temprano se observó en partes de Oceanía y el sur de Asia.
Obesidad y diabetes
El hecho de que sean las regiones más perjudicadas las que menos ingresos tienen se justifica por el principal factor que los autores relacionan con la diabetes, un alto Índice de Masa Corporal (IMC). "El control del peso es esencial para reducir la carga de la diabetes tipo 2 de aparición temprana", juzgan. Sus palabras van en la línea de los últimos estudios sobre factores de riesgo para la diabetes tipo 2, que señalan la obesidad como el más destacado. Sólo hay que recordar las palabras del Presidente de la Sociedad Española de Diabetes, Antonio Pérez, en su entrevista con EL ESPAÑOL: "Si no fuera por la obesidad, el 80% de las personas con diabetes tipo 2 no existiría".
El problema con esto es que investigaciones recientes han asociado el tener una renta baja con la obesidad. Según el trabajo Obesity: Health and Economic Consequences of an impending global challenge, más del 70% de los 2.000 millones de personas con sobrepeso y obesidad viven en países de ingresos bajos o medios.
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Esta es una relación que se deja ver más en la infancia. Por ejemplo, el estudio Aladino 2019 sobre Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España recalca que "las familias con ingresos inferiores a 18.000 euros y cuyos progenitores no tienen estudios superiores ni trabajo remunerado conforman el colectivo más vulnerable al exceso de peso". El principal motivo que aduce es que estos niños tienen peores hábitos alimentarios.
Además de los bajos ingresos, los autores señalan que el ser mujer también supone un factor de riesgo para el desarrollo de diabetes temprana. Curiosamente, esta relación se invierte una vez pasados los 30 años. Es decir, antes de esa edad, el sexo femenino tiene más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Después, son los hombres.
"Sospechamos que el embarazo y el síndrome del ovario poliquístico, que están asociados con la resistencia a la insulina, podrían contribuir, en parte, a esta diferencia entre sexos", razonan los investigadores, que añaden un matiz: la carga de la enfermedad en el sexo femenino es más pronunciada en los países con un índice sociodemográfico bajo.
Aumento de la mortalidad
Esto explica por qué deducen que son esos dos factores los que justifican la diferencia entre sexos, pues la edad del primer embarazo en naciones con menos ingresos es mucho más baja, aparte de las dificultades de acceso que tienen las mujeres para acceder a tratamientos para problemas como el síndrome del ovario poliquístico.
No obstante, independientemente de lo expuesto, el estudio también detalla una serie de causas que esclarecen el incremento de la diabetes temprana, como la contaminación del aire por partículas ambientales, tabaquismo y empleo de combustibles sólidos para calentar los hogares.
"Estos hallazgos brindan una base para comprender la naturaleza epidémica de la diabetes tipo 2 de inicio temprano y exigen acciones urgentes para abordar el problema desde una perspectiva global", sentencian los autores.
La parte positiva del estudio es que la tasa de mortalidad en este grupo de edad no ha aumentado tan drásticamente como la de la incidencia. Según cifra, ha pasado de 0,74 por 100.000 en 1990 a 0,77.
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Las acciones urgentes de las que hablan los autores van más en la línea de todos los problemas que lleva asociados esta enfermedad, como exponía una investigación reciente realizada por profesionales de la Universidad de Cambridge. Según ésta, las personas que padecen diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de sufrir 57 enfermedades más.
57 enfermedades más
Según el estudio, aquellos que tienen diabetes tipo 2 tienen un 9% más de probabilidades de tener cáncer, 5,2 veces más posibilidades de tener una enfermedad renal en etapa terminal y 3,2 veces más riesgo de sufrir degeneración macular, un trastorno ocular que destruye paulatinamente la visión central.
Volvemos así al principio, dejando constancia de que la diabetes es un grave problema para la salud mundial. En España, en base al estudio di@bet.es, el 13,8% de los españoles mayores de 18 años tiene diabetes tipo 2, lo que equivale a más de 5,3 millones de personas.
El problema es que, según denuncian profesionales, en España no hay apenas datos publicados sobre la prevalencia de esta enfermedad en edad pediátrica, por lo que es complicado medir la situación patria. Según declararan en una revisión del 2013 profesionales de unidades de diabetes pediátrica supone el 1-2% de los pacientes con diabetes controlados, pero convendría medir la dimensión para afrontar un problema que queda demostrado está en alza.