El insomnio va ganando terreno entre los temas que más afectan a la salud de los españoles. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), entre un 25-35% de la población adulta padece de insomnio transitorio, un problema que afecta al rendimiento diario y lleva asociados otras comorbilidades, como deterioro cognitivo. Así, cada vez es más frecuente la aparición de remedios para acabar con este problema, desde el mindfulness hasta complementos hormonales. ¿El último que ha demostrado eficacia? El uso de mantas pesadas.
Conocidas en inglés como weighted blanket, éstas son mantas cuyo peso es superior al de una convencional. Normalmente, oscilan entre los cinco y los nueve kilos, aunque se comercializan con varias cargas. Uno de sus reclamos, precisamente, es el de ayudar contra el insomnio, algo que ha comprobado una investigación dirigida por profesionales de la Universidad de Uppsala (Suecia) y que tenía como objetivo encontrar el porqué de la buena reputación de la que gozan entre insomnes y profesionales.
"Muchos médicos me habían hablado de los efectos mágicos de las mantas con peso, pero no sabían si actuaba como un efecto placebo", ha expresado a The Washington Post Christian Benedict, profesor de farmacología y autor principal de la investigación.
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Con esa duda en el horizonte, el investigador y su equipo se propusieron analizar los mecanismos —si es que los había— por los que una manta pesada era capaz de ayudar con los problemas de insomnio. Según descubrieron, la clave está en la melatonina. Al parecer, con el uso de este utensilio, su producción aumenta hasta un 32%.
Preparar al cuerpo
La melatonina es una sustancia segregada, principalmente, por la glándula pineal. Cuando oscurece, el cerebro la vierte en la sangre y preparar sirve para preparar al cuerpo para dormir. Entre sus efectos está el que el corazón se relaje, se regule la temperatura y bajen las pulsaciones.
Uno de los problemas de la también conocida como hormona vampiro es que su segregación se va reduciendo con la edad, por lo que, tanto tomarla de forma exógena, como todo lo que favorezca su producción, se entiende como sinónimo de ayuda contra el insomnio. Ese sería el caso de las mantas de peso. "La sensación corporal que produce esta manta, como es la presión suave sobre la piel, puede activar regiones del cerebro que pueden influir en la liberación de melatonina", explicaba el investigador.
Para su experimento, contó con una muestra de 26 hombres y mujeres jóvenes, sin problemas de sueño u otras afecciones médicas, a los que se les pidió que durmieran en el laboratorio con una manta pesada una noche y con una ligera otra. Durante ese tiempo, los investigadores tomaron muestras de saliva para medir los cambios en los niveles hormonales, comprobando que, con el uso de la manta pesada, el nivel de melatonina se veía incrementado en el porcentaje citado.
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No es la primera vez que un estudio avala la eficacia de las mantas pesadas, pero sí es pionero en explicar el mecanismo de su efecto anti insomnio. En 2020, otro equipo sueco probó con resultados satisfactorios la eficacia de este remedio con 120 pacientes con problemas de sueño asociados a problemas psiquiátricos.
A todos ellos se les pidió que durmieran con una estas mantas durante cuatro semanas y, según lo publicado en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine, estos experimentaron una reducción significativa de la gravedad del insomnio, mejor mantenimiento del sueño, mayores niveles de actividad durante el día y una reducción de los síntomas de la fatiga, depresión y ansiedad.
El hallazgo del 2020
Los resultados fueron tan positivos que la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño incluyó el estudio como una de las investigaciones más importantes de 2020.
En su momento, el investigador principal del experimento, el psiquiatra y consultor del departamento de neurociencia clínica del Instituto Karolinska, Mats Adler, sugirió que la explicación podía deberse a la presión que aplica la manta en diferentes puntos del cuerpo y que estimularía la sensación que experimentan los músculos y las articulaciones cuando reciben un masaje.
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Ahora, con la nueva investigación se abre una nueva vía para explicar el porqué del éxito de las mantas de peso para el insomnio. No obstante, hay que tener en cuenta, como los mismos autores expresan en el texto, que el tamaño de la muestra no es muy grande y que sería muy conveniente intentar replicar los resultados con un grupo más amplio.
Además, no todo es oro lo que reluce respecto a estas mantas. Si bien no tienen efectos secundarios reportados para la salud, hay que tener presente que existen estudios que desmontan algunos de los usos con los que se promocionan. En el caso del tratamiento de los trastornos del sueño en niños autistas, una investigación llevada a cabo por el Grupo de Sueño de la Asociación Española de Pediatría no encontró ninguna diferencia significativa respecto al uso de un edredón normal, aunque, curiosamente, los niños preferían dormir con ellas.
Según escribe en Psychology Today el psicólogo clínico Michael J. Breus, que se ha hecho un nombre dentro del campo del sueño con varios superventas (Energizate, El poder del cuándo), la presión táctil y suave de estas mantas puede ser igual de reconfortante a efectos psicológicos que un abrazo, lo que explicaría por qué los niños se decantaban por estas mantas en lugar de por una normal. No obstante, el profesional también deja una cosa clara: una manta pesada puede ayudar, pero no puede hacer todo el trabajo de una buena noche de descanso. Los milagros no existen.