"La vida son etapas". Es posible que te hayan dicho esta frase a modo de consuelo más de una vez; cuando terminaste la vida de estudiante o dejaste un trabajo. Tus rutinas eran de una manera y, de buenas a primeras, ya no ves a la misma gente, ni haces las mismas actividades y te sientes perdido. Esto también pasa cuando vamos superando la infancia, la juventud y las demás etapas vitales. Entre una y otra existe un momento de reflexión —en algunos, más intensa que en otros—, que hay quien denomina como crisis.
Esto es lo que algunos tuiteros piensan que le pasa a Iker Casillas, que tiene la crisis de los 40. Él será siempre para nosotros el talentoso portero del Real Madrid, San Iker: le vimos parar sus primeros goles siendo muy joven, besar a Sara Carbonero en directo durante el Mundial de Sudáfrica y, también, retirarse del mundo deportivo. Casillas ha dejado de ser futbolista y muchos se resisten a verle en su nueva faceta muy activa en redes sociales: que si es un cuñado, que si está haciendo cosas que no son propias de su edad.
Ahora bien, Iker Casillas ha tenido la oportunidad de vengarse de sus haters. Este viernes la empresa Tik Tok anunciaba que el exportero del Real Madrid está nominado a un premio otorgado por esta empresa china en la categoría de Mejor figura pública. Casillas ha compartido la noticia en su perfil de Twitter junto con varias preguntas retóricas dirigidas a quienes se burlan de su actividad en esta red social: "¿Pero no era ridículo?, ¿pero no era un desastre?, ¿pero no había crisis de los 40?". Lo que Twitter —y ahora también el exdeportista— conoce como un zasca.
Pero, ¿existe la crisis de los 40 o es, simplemente, un recurso para burlarnos de los vídeos de Tik Tok del bueno de Iker? Desde luego, este punto de inflexión vital aparece en estudios científicos y los psicólogos lo aceptan como un acontecimiento real. En inglés, de hecho, recibe el nombre de la crisis de la mitad de la vida (midlife crisis) y es el momento de la vida en el que algunos científicos calculan que somos menos felices. Es lo que se llama la teoría de la felicidad en forma de U: el punto de mayor felicidad se da al final de la adolescencia, después cae en los 40, pero a partir de ahí, remonta.
Pico de infelicidad
Este estudio publicado en la revista científica British Medical Journal (BMJ) realizado en el Reino Unido encontró que las personas más infelices tenían entre 45 y 49 años y las más felices, entre 75 y 79 años. Este otro estudio que se publicó en 2020 en la revista Journal of Population Economics volvió a encontrar que la felicidad presentaba una forma de U en un estudio que observó hasta 145 países: "No hay peros que valgan, el bienestar presenta una forma de U a lo largo de los años". Los autores del estudio afirmaban que esto sucede tanto en los países pobres como en los ricos y que la edad media de menor felicidad son los 48,3 años.
"La crisis de los 40 es un momento en la vida en el que, de alguna manera, te planteas tu evolución, tu situación y circunstancias", explica Valentín Martínez-Otero, doctor en Psicología y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid. "A veces se ve acrecentada por la diferencia que existe entre las expectativas y lo que una persona piensa que ha logrado". El psicólogo explica que es un fenómeno complejo y que no se puede decir a la ligera que Iker Casillas esté pasando por él: "Puede ser que tenga la crisis de los 40, las personas que, como los futbolistas, se han centrado tanto en el cuerpo pueden notar un cambio en ellos". Aunque la crisis de los 40 es frecuente, no todo el mundo la atraviesa y, además, hay diferentes niveles de intensidad.
Uno de los síntomas más claros de esta crisis de los 40 es un sentimiento de frustración, pero advierte que dependiendo de la personalidad de un paciente puede desembocar en un estado depresivo. A los 40 es cuando, por lo general, empiezan a ser más patentes los primeros signos de la edad como las arrugas y las canas. Por esta razón, algunas personas pueden presentar "irritabilidad, disgusto con uno mismo y con su entorno o pueden tener comportamientos que socialmente se consideran más juveniles", explica el psicólogo.
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En cuanto a estos signos de la edad que se van afianzando a los 40, Martínez-Otero explica que pueden ser especialmente preocupantes para las personas que han estado focalizadas durante mucho tiempo en la imagen corporal. Vamos, personas como un futbolista que dependen de su estado físico para trabajar. Ahora bien, el psicólogo explica que no hay nada de malo en querer aparentar ser más joven, siempre y cuando esto no se convierta en una obsesión. "Lo peor que puede traer el rechazo al envejecimiento es una depresión o un trastorno dismórfico, y esto debe tratarse con un profesional", comenta.
"El concepto de crisis nos remite a situaciones complicadas y problemáticas, pero la vida misma es cambio", reflexiona Martínez-Otero. "No se puede banalizar la crisis de los 40, casi toda la población la atravesará en mayor o en menor medida y, de hecho, es algo positivo. Te ayuda a replantear la vida transcurrida y a proyectar con más realismo hacia el futuro; es una oportunidad para volver a llevar las riendas de nuestro propio discurrir vital". Aunque pueda parecer novedoso hablar de la crisis de los 40, a Martínez-Otero este fenómeno le suena al famoso poema de Rubén Darío: "Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro y a veces lloro sin querer".