El 'milagro' de tener un bebé con esperma congelado hace 26 años: el caso que agita el debate
Un bebé nacido en Reino Unido este año con esperma de 1996 ha reabierto el debate en España acerca de los espermatozoides congelados.
21 noviembre, 2022 02:23Ya no resulta una novedad que haya personas con órganos trasplantados centenarios. Aunque ahora la 'competición' por ver quién alcanza el período de tiempo más largo se ha trasladado a la criopreservación de semen. Así, si en 2004 se celebraba el nacimiento de un bebé con esperma congelado de hace 21 años, estos días varios medios británicos se han hecho eco de un recién nacido para el que se ha utilizado esperma congelado de su padre en 1996.
Cuando tenía 21 años, Peter Hickles —el padre en cuestión que actualmente tiene 47 años— fue diagnosticado de linfoma de Hodgkin, un cáncer que afecta cada vez más a los jóvenes. Como el tratamiento al que se iba a someter tenía riesgo de provocarle infertilidad, decidió congelar su esperma.
A Hickles le aseguraron que su esperma solo iba a estar disponible durante diez años, como regula la ley en este país, salvo en los casos en los que se pueda justificar por problemas de fertilidad. Sin embargo, la normativa en Reino Unido se ha modificado este pasado verano: ahora los espermatozoides se pueden congelar hasta un máximo de 55 años.
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El hijo de Hickles es el segundo nacimiento más 'viejo' de Reino Unido. El récord en el país británico lo ostenta un bebé que nació con un espermatozoide que había sido congelado 27 años antes de su nacimiento. ¿Significa entonces que el espermatozoide congelado no pierde calidad? "La criopreservación espermática permite preservar a largo plazo la capacidad móvil de los espermatozoides". Quien responde a este periódico es la doctora Ana Puigvert, andróloga y miembro del Comité Científico de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).
Fecha límite en España
El espermatozoide congelado más antiguo del que se tiene constancia fue almacenado hace ya 50 años. Y sirvió para fecundar con éxito a 34 hembras. Se trataba, eso sí, de un carnero y ovejas. En los humanos, la situación es bien distinta. De hecho, el primer bebé nacido con esperma congelado no se dio a conocer hasta que éste tenía 10 años. ¿El motivo? Se produjo en los Estados Unidos de la década de los 50, donde estaba prohibida —porque era "contrario a la política y la buena moral" del país— la inseminación artificial en caso de que el espermatozoide no fuera del marido.
Aun así, no hay ninguna explicación científica para entender que no se haya producido un nacimiento con espermatozoides congelados hace más de 27 años. La única razón que se puede encontrar tras esta incógnita es el dilema moral que supone. "Desde el punto de vista técnico, la criopreservación espermática puede ser ilimitada", explica Puigvert.
Encontrar una noticia en medios españoles acerca de un bebé nacido gracias a espermatozoides congelados resulta más complicado, por no decir imposible. De hecho, en España no existen cifras oficiales al respecto. Además, el secreto profesional y la ley de Protección de Datos, como apunta Puigvert, hacen más complicada la tarea si cabe.
Aun así, esta andróloga reconoce que en nuestro país se ha dado algún caso en el que la criopreservación haya llegado a superar los 20 años. Por su parte, la uróloga y andróloga María Fernanda Pedraza tampoco sabría ofrecer con exactitud una cifra, pero hasta el pasado años estuvo trabajando en la Fundación Puigvert, donde contaban con espermatozoides congelados desde el año de su fundación, 1985.
La carencia de información también se encuentra en la regulación, pues no hay —a diferencia de Reino Unido— ninguna ley española en la que se delimite un máximo de años para espermatozoides congelados. "No existe una fecha límite para mantener los espermatozoides criopreservados. La limitación la pondrán los propios propietarios, quienes determinarán su voluntad de sufragar los gastos de manutención".
En este sentido, Peraza añade: "No hay ningún estudio que nos indique que deba existir un límite en la criopreservación espermática". Sin embargo, esta falta de regulación en el campo de la fertilización también ha provocado, como desvelaba El Mundo, que en España haya 60.000 embriones congelados que están abandonados y que no se pueden destruir sin el consentimiento de los donantes.
Así, en el hipotético caso de que Peter Hickles hubiera residido en España, el coste de la criopreservación espermática hubiera oscilado entre los 4.600 y 16.100 euros. Según la revista médica Reproducción Asistida ORG, el precio de la congelación suele variar entre diferentes clínicas, pero supone alrededor de los 200 y 700 euros congelar el espermatozoide y mantenerlo durante dos años en criopreservación. A partir de esa fecha, el paciente deberá abonar las renovaciones que sean necesarias.
Cuáles son los motivos
La criopreservación de espermatozoides entra dentro de los servicios médicos de la Seguridad Social. Así, si existe prescripción médica, los pacientes oncológicos que se vayan a someter a tratamientos de quimioterapia y quieran preservar su fertilidad podrán realizarlo sin ningún problema. Aunque no es éste el único motivo por el que se lleva a cabo la congelación de espermatozoides.
La doctora Puigvert no es capaz de ofrecer una única razón por la que se requieren los servicios de la criopreservación. Las más frecuentes diría que son las enfermedades oncológicas y la pérdida progresiva de la calidad espermática. Aunque también se da en aquellas personas transexuales que desean preservar sus gametos.
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En cuanto al perfil del paciente se refiere, Puigvert destaca un incremento en el número de hombres solteros que, al no tener pareja estable para plantearse un proyecto de convivencia familiar, deciden congelar su esperma para garantizar una mejor calidad del mismo en el futuro.
"No cabría esperar diferencias significativas en la tasa de recién nacidos comparando el empleo de espermatozoides frescos con la criopreservación espermática", aclara la doctora citando un reciente estudio de la Journal of Assisted Reproduction and Genetics. Esta investigación analizó 5.335 ciclos de inseminación intrauterina para determinar que los pacientes que se sometan a un tratamiento de inseminación artificial con esperma congelado tendrán las mismas probabilidades de éxito que aquellos que opten por conservarlo en temperaturas más frescas sin que llegue a ser congelado.
Aun así, Puigvert recomienda emplear, siempre y cuando sea posible, tanto espermatozoides como embriones frescos. "Las tasas de fertilización en el uso de esperma fresco y congelado son ampliamente equiparables", apunta al respecto Peraza. Aun así, esta andróloga advierte del posible daño que pueden causar los métodos tradicionales de congelación. "Esto no significa que vaya a haber problemas genéticos hereditarios".