Herpes zóster, un viejo conocido que puede afectar a 1 de cada 3 personas mayores de 50
Todas las personas que hayan pasado la varicela podrían sufrir esta enfermedad infecciosa también llamada 'culebrilla' a consecuencia de la característica forma del sarpullido que produce.
28 octubre, 2022 00:00A medida que se cumplen años el sistema inmunitario se debilita y deja de ser capaz de mantener a raya a virus ya pasados pero que quedan latentes (como dormidos) en nuestro cuerpo, concretamente en los nervios sensoriales (los encargados de percibir la forma o la temperatura de los objetos). Este es el caso del virus varicela-zóster. La primera vez que entramos en contacto con él causa la varicela, y las reactivaciones sucesivas ocurren como un herpes zóster. Tienen en común la aparición de pequeñas ampollas que aparecen, en el caso de la varicela se distribuyen por todo el cuerpo mientras que en el herpes zóster se localizan con una forma alargada, como un cinturón o culebrilla. Generalmente a un solo lado en la espalda o la cintura y, en ocasiones, en la cara, ojos, oídos y boca.
El herpes zóster puede limitar las actividades del día a día a quien lo padece
Además del sarpullido aparece un dolor que puede llegar a ser intenso y que afecta a los nervios donde el virus estuvo latente. Y aunque el sarpullido y el dolor se resuelven en la mayoría de las ocasiones entre las dos y las cuatro semanas de su aparición, en algunos casos (entre el 5% y el 30%) el dolor puede persistir más de tres meses desde que la erupción haya desaparecido y derivar en una neuralgia postherpética (NPH), la complicación más frecuente. Este dolor, que puede llegar incluso a ser incapacitante, se caracteriza por ser constante o intermitente y puede durar varios meses e incluso años. Más del 90% de casos de NPH que requieren hospitalización en España ocurre en pacientes de más de 50 años.
Otras complicaciones graves del herpes zóster, pero menos frecuentes, serían las pérdidas de visión o de oído, vértigo, zumbidos o una parálisis temporal o permanente de los músculos de una mitad de la cara, así como infecciones bacterianas de la piel secundarias a las ampollas o la afectación del sistema nervioso central.
El herpes zóster presenta una baja mortalidad, pero sus complicaciones pueden afectar a la calidad de vida limitando la capacidad de llevar una vida normal por la intensidad del dolor y las molestias asociadas. Puede asociarse a depresión, hospitalizaciones, absentismo laboral y la necesidad de interrumpir tratamientos en determinados enfermos.
¿Por qué el herpes zóster es más frecuente a partir de los 50?
El herpes zóster suele aparecer en situaciones en las que el sistema inmunitario se debilita, y esto ocurre por consecuencia de la edad, especialmente a partir de los 50 años o en personas que tienen enfermedades o están en tratamiento con fármacos que afectan al sistema inmunitario.
A día de hoy, una vez que nos infectamos por el virus varicela zóster no podemos eliminarlo de nuestro cuerpo, sin embargo, es una enfermedad cuyas complicaciones se pueden prevenir. Es importante acudir al médico cuanto antes para confirmar el diagnóstico e iniciar un tratamiento con antivirales, así como mantener la zona afectada limpia y seca para evitar una infección secundaria en la piel. Para más información consulte con su profesional sanitario y visite la web www.virusherpeszoster.es