España amanecía este miércoles 16 horrorizada con la noticia del asesinato de una niña de 14 años a manos, presuntamente, de un joven de 22. La semana pasada, otra menor era acuchillada por su ex pareja, un chico de 19 años que abandonó su cuerpo sin vida tirado en un trastero. Casos como estos recuerdan que la violencia contra las mujeres es una lacra que todavía está muy presente en la sociedad y, ahora, un estudio publicado por The Lancet pone cifras sobre cómo está de extendida. Según los datos, una de cada cuatro mujeres en el mundo ha sufrido violencia de pareja a lo largo de su vida.
"Está muy documentado que la violencia sobre las mujeres tiene diversas consecuencias sobre la salud a distintos niveles", explica a EL ESPAÑOL Belén Sanz Barbero, científica en el Instituto de Salud Carlos III y cuya línea actual de investigación es el estado de salud y violencia de pareja contra la mujer. "Podemos hablar de consecuencias en la salud física y en la salud psicológica, como estrés postraumático, ansiedad, estrés, consumo de drogas, desarrollo de problemas relacionados con la alimentación…", prosigue. La muerte sería el último peldaño de la escalera. Por desgracia, se cruza con bastante frecuencia, ya que se estima que entre el 38% y el 50% de los asesinatos de mujeres son cometidos por sus parejas íntimas.
Según el estudio, llevado a cabo por los investigadores Lynnmarie Sardinha, Mathieu Maheu-Giroux, Heidi Stöckl, Sarah Rachel Meyer y Claudia García-Moreno, el 27% de las mujeres del mundo, mayores de 15 años, ha estado sometido a violencia física y/o sexual por parte de una pareja, con la consiguiente exposición a dichos problemas de salud. Además, la prevalencia de los últimos datos recogidos (2018), no invitan al optimismo: hasta 492 millones de mujeres de más de 15 años experimentaron violencia de pareja sólo en ese año. Una de cada siete mujeres.
Violencia en jóvenes
"Esta es una cifra que, de alguna manera, ya trabajamos con ella. Lo que me sorprende es que sea algo tan constante y que la violencia en jóvenes sea cada vez más prevalente", detalla Sanz. Es verdad. En los datos de la investigación llama la atención los altos niveles de violencia que sufren adolescentes y mujeres jóvenes. Estiman que, entre los 15-19 años, un 24% declara haber sufrido a manos de una pareja. "Es cierto que ahora las jóvenes tienen una mayor sensibilidad a reconocer la violencia", matiza la experta, pero incide en que este es un dato especialmente grave porque las consecuencias que puede tener sobre la salud de la mujer son más perjudiciales por la corta edad, ya que es cuando se construyen los cimientos de las relaciones saludables.
Además, Sanz pone el foco en otra problemática, la cual incide directamente con los datos de esta investigación: "Si se padece violencia en etapas tempranas de la vida, se incrementan mucho las posibilidades de que una mujer la sufra de nuevo en etapas más avanzadas". Es decir, que si una niña es víctima de violencia infantil, tiene más probabilidades de repetir el patrón de victimización más adelante. "Incluso", matiza, "si ha sido testigo de la violencia hacia su madre".
España es uno de los 154 países de los que se ha recogido datos para el estudio. Si bien nuestra área geográfica, Europa del Oeste, es una de las que tiene la prevalencia más baja (20%), no es un sitio que quede lejos de toda esta realidad. Según los últimos datos del Ministerio de Igualdad, que datan de 2021, la prevalencia de violencia contra las mujeres fue de casi nueve millones, encabezando la lista la violencia psicológica (4,7), seguida de la física (2,2) y sexual (1,8).
Medias de prevención
Para ponerle freno a esta realidad, Sanz explica la importancia de trabajar en el enfoque educacional, poniendo el foco en diversos sectores, como, por ejemplo, los hijos de mujeres que han sufrido violencia. Además, en el caso de España, explica que se debe prestar especial atención a dos grupos de riesgo en los que la prevalencia de violencia es mayor: mujeres que han nacido en el extranjero y mujeres que tienen algún tipo de discapacidad. También pide que no se olviden de las más mayores, ya que a esas edades puede existir dependencia económica (un factor común que atrapa a muchas mujeres) y dependencia física.
Hay que tener en cuenta que los datos de este estudio son de años previos a la Covid y que la situación de aislamiento junto con la reducción del acceso a servicios de apoyo ha podido agravar las cifras. Por eso, Claudia García-Moreno, miembro de la OMS y autora del estudio, recuerda que "la violencia de pareja se puede evitar. Los gobiernos, las sociedad y comunidades deben prestar atención, invertir más y actuar con urgencia, incluso abordándola en los esfuerzos de reconstrucción pòsteriores a la Covid".