Es la familia de fármacos de la que más se ha hablado en los últimos años. Su nombre: inmunoterapia y su mecanismos de acción, tan sencillo que parece difícil de creer que no se hubiera desarrollado antes. Se trata de hacer que las defensas ataquen a las células cancerígenas e impidan su crecimiento descontrolado o, en otras palabras, de luchar contra el cáncer con el propio organismo.
Aunque los resultados son desiguales, y las expectativas sobre su eficacia se han desinflado algo desde que se anunciaron los primeros resultados hasta la actualidad, nadie duda de que su desarrollo ha supuesto una buena noticia, sobre todo para algunos tipos de cáncer que hace apenas unos años suponían una sentencia de muerte en poco tiempo, como el melanoma avanzado.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado este miércoles en The Lancet Oncology, una de las revistas más importantes en el campo de la oncología, ha desvelado una nueva cualidad de estos medicamentos que se desconocía hasta la fecha: que el impacto sobre la supervivencia que ofrecen varía según el sexo del paciente.
Y, como en otros muchos aspectos de la sociedad actual, las mujeres salen perdiendo, aunque en este caso se puede descartar cualquier tipo de intencionalidad ni de los fármacos ni de sus creadores.
El estudio combina los resultados de 20 ensayos clínicos ya publicados, en los que participaron 11.351 pacientes que habían recibido inhibidores de los puntos de control inmunitarios -el nombre de la inmunoterapia más implantada en la práctica clínica- para distintos tipos de cáncer avanzados o metastásicos, incluyendo melanoma, riñón, cabeza y cuello y pulmón, entre otros. Los fármacos con los que se habían tratado eran la mayoría de las inmunoterapias aprobadas -ipilimumab, tremelimumab, nivolumab o pembrolizumab-.
Los investigadores descubrieron que, en general, la inmunoterapia era más eficaz que la alternativa que recibían los grupos control o, en su caso, del placebo. Ahí no importaba el sexo, pero la cosa cambiaba si se evaluaban los beneficios en la supervivencia.
Con independencia del tipo de cáncer o del fármaco escogido, la ganancia en tiempo de supervivencia era el doble en hombres que en mujeres. A pesar de estos hallazgos, los autores advierten que no ha de interrumpirse la prescripción de estos prometedores tratamientos a las mujeres sino, por el contrario, intentar entender mejor los mecanismos de su funcionamiento para poder optimizar su eficacia tanto para hombres como para mujeres.
Por ejemplo, los autores -dirigidos por el investigador del Instituto Europeo de Oncología de Milan Fabio Conforti- señalan que en los ensayos clínicos que se diseñan para probar la eficacia de la inmunoterapia -y casi de cualquier fármaco- es "raro" analizar las diferencias por sexos, circunstancia que quizás tenga que cambiar a partir de la publicación de estos resultados.