Los anticuerpos neutralizantes que combaten a la variante ómicron ofrecen protección al menos durante cuatro meses después de la dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer-BioNTech. Es la principal conclusión que se extrae de un estudio preliminar que acaba de ser publicado por investigadores de la Universidad de Texas en el repositorio bioRxiv.
Los resultados de esta nueva investigación confirman lo que distintos trabajos científicos han apuntado en las últimas semanas: dos dosis no son suficientes para neutralizar a la nueva forma del virus que ha provocado millones de contagios en las últimas semanas. "Los datos respaldan una estrategia de vacunación de tres dosis y brindan el primer vistazo de la durabilidad de la neutralización contra ómicron", escriben los investigadores.
La aparición de la variante ómicron, allá por el mes de noviembre en Sudáfrica, generó una tremenda preocupación en todo el mundo, tanto por su capacidad para evadir la respuesta inmune de las vacunas como por su potencial para reinfectar a las personas que ya habían pasado la Covid-19. De ahí que los distintos organismos sanitarios internacionales urgieran a los gobiernos a acelerar el proceso de vacunación para administrar dosis de refuerzo cuanto antes.
Ahora, los datos de este trabajo científico, que de momento ha sido publicado de forma preliminar y aún no ha sido revisado por investigadores independientes, confirman que la actividad neutralizante de la tercera dosis contra ómicron se prolonga más tiempo del que en un principio se imaginaba. "Esto realmente demuestra que con las tres dosis todavía hay una actividad neutralizadora sustancial que se prolonga al menos hasta cuatro meses", explica Pei-Yong Shi, microbiólogo y uno de los autores, al diario Washington Post.
Es cierto que, según muestra el estudio de la Universidad de Texas, los anticuerpos contra ómicron fueron disminuyendo durante los cuatro meses posteriores a la dosis de refuerzo. Sin embargo, la respuesta fue lo suficientemente robusta como para brindar una protección suficiente frente al virus.
La EMA alzó la voz la semana pasada para advertir de que la administración de múltiples dosis de refuerzo en intervalos cortos de tiempo no era sostenible y "podría reducir el nivel de anticuerpos que se producen tras cada inyección". "Nuestro sistema inmune necesita un cierto periodo de tiempo para madurar su respuesta a los antígenos que recibe, lo que vovlería a la vacunación menos eficiente al cabo del tiempo", dijo el responsable de la estrategia de vacunación de la EMA, Marco Cavaleri.
Los inmunólogos, por su parte, también se han mostrado reticentes a administrar las dosis de refuerzo de forma indiscriminada a todos los grupos de población y en breves periodos de tiempo. Tal y como apuntan, la respuesta inmune no sólo depende de las vacunas. "Nosotros tenemos un ejército y muchos soldados, y con la vacuna estamos activando los mismos soldados siempre. Si los llevamos a la batalla de forma continua se cansan y acaban por no actuar de forma adecuada", explicaba África González, profesora de Inmunología de la Universidad de Vigo a EL ESPAÑOL.
Además, otro estudio preliminar realizado en Israel confirmó la semana pasada que la cuarta dosis, conocida como segundo refuerzo, aumenta los anticuerpos a niveles aún más altos que la tercera, pero "probablemente" no lo suficiente como para defenderse de ómicron.
Ahora, la ciencia acumula una nueva evidencia sobre la protección que brinda la tercera dosis frente a la nueva variante y las bondades de las vacunas de ARNm frente a las zancadillas que el virus SARS-CoV-2 va poniendo por el camino. Por el momento, lo que parece que sí está cada vez más claro es que la inmunidad de los seres humanos es mucho más compleja como para reducirla a lo que suceda única y exclusivamente con las inyecciones, que hasta ahora han sido nuestra mejor arma contra la Covid.