Las vacunas contra la Covid aprobadas en Europa (las de Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen) pierden efectividad a lo largo de los meses entre las personas residentes de centros de mayores, según un análisis en vida real que ha realizado el grupo de trabajo de efectividad de la vacunación Covid-19, compuesto de miembros de la Dirección General de Salud Pública, el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Española de Medicamentos.
El documento, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, revisa pormenorizadamente los datos en vida real de cómo han impactado las vacunas en la población española. La conclusión, como ha ido comprobando un estudio tras otro a lo largo de estos 10 meses, es que son muy eficaces evitando complicaciones de la Covid, aunque hay detalles interesantes.
El primero de todos es el de la variación de la eficacia a lo largo del tiempo. Los datos obtenidos de la población mayor que vive en residencias, que fueron los primeros en vacunarse, revelan que esta disminuye con el paso de los meses, lo que avala la decisión del Ministerio de Sanidad de ofrecer una tercera dosis en esta población.
Así, aquellos que fueron vacunados a partir de mayo mostraban una efectividad del 96% en todos los ámbitos analizados. En cambio, en las personas que habían sido inmunizadas en marzo bajaba hasta el 58% frente a cualquier tipo de infección, con o sin síntomas, y hasta el 64% frente a infección sintomática. Algo mayor era la eficacia para evitar la hospitalización, un 65%, y la mortalidad, un 77%.
Para estudiar la evolución de la efectividad, el grupo de trabajo ha considerado los casos de infección, hospitalización y fallecimiento notificados desde el 1 de julio hasta el 15 de agosto, y se ha comparado con la proporción de población vacunada en los diferentes meses. Por tanto, habrían pasado entre 3 y 6 meses desde la inyección de la segunda dosis.
"Los resultados muestran que se ha producido una bajada importante de la efectividad de la vacunación, tanto frente a infección como frente a episodios de mayor gravedad como hospitalización o muerte, en personas residentes en centros de mayores, lo cual podría deberse a una pérdida de la inmunidad de las personas vacunadas en febrero y marzo, momento en que se vacunó mayoritariamente en residencias, ya que la protección en las personas vacunadas entre abril y mayo se ha mantenido en niveles elevados", indican los autores.
Menor eficacia en jóvenes
Al analizar los datos de la población general, se complica la cosa. Aunque la protección frente a formas graves se mantiene alta en todas las franjas de edad, hay detalles que merece la pena resaltar. Por ejemplo, que en personas menores de 50 años la eficacia frente a la infección es menor.
Una posible explicación que aporta el grupo de trabajo es que estos grupos hayan tenido un mayor nivel de exposición (lo que determinaría una menor protección de la vacuna), o que se hayan realizado un mayor número de pruebas en esta franja de población.
Los mayores de 80 años no residentes en centros de mayores muestran una efectividad ligeramente inferior a otros grupos: 84,4% frente a infección sintomática, 87,5% frente a hospitalización y 90,9% frente a fallecimiento por Covid.
También se observa una reducción de la efectividad con el paso del tiempo, de entre 3 y 5 puntos. No obstante, los autores apuntan a que es posible que esto se deba a que los primeros en ser vacunados de este grupo tenían una efectividad menor de partida.
Más eficaz en hombres que en mujeres
El documento también señala que la efectividad de las vacunas frente a infecciones es cuatro puntos menor en las mujeres que en los hombres: del 76% frente al 80% en cualquier tipo de infección, y del 77% frente al 81% en el caso de que las infecciones sean sintomáticas.
Estas diferencias, en cambio, se diluyen al hablar de la efectividad frente a formas graves. Evitan el 93% de las hospitalizaciones y proporción similar de muertes: 92% en el caso de las mujeres, 91% en el de los hombres.
Las diferencias entre sexos ya habían sido puestas de manifiesto durante los ensayos clínicos de las diferentes vacunas. En vida real, un estudio temprano –el pasado abril– de los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) indicaba que el 63% de los casos entre vacunados se habían producido en mujeres.
Pero había truco: en ese momento, en Estados Unidos había más mujeres vacunadas que hombres porque son mayoría entre los trabajadores sanitarios. También suelen realizarse más pruebas diagnósticas y por tanto, esa diferencia podría estar sesgada.
Moderna, la más eficaz
Por último, el informe analiza la efectividad general de cada tipo de vacuna, de las cuatro utilizadas en España, y hay una clara ganadora: Moderna. Para comparar los sueros se tomado como referencia a la población de entre 50 y 59 años que fue vacunada en junio, cuando se utilizaron simultáneamente las cuatro vacunas disponibles.
De esta forma, la protección de las vacunas frente a infección sintomática es del 56% en el caso de Janssen, 68% en el de AstraZeneca, 78% en el de Pfizer y 89% en el de Moderna. Con respecto a los ingresos y las muertes por Covid, las tres últimas oscilan entre el 94% y el 98%, mientras que la de Janssen ofrece unos números algo menores: evita el 86% de las hospitalizaciones y el 89% de las defunciones. Estas cifras se refieren siempre a una pauta de vacunación completa.
La combinación de las vacunas de AstraZeneca y otra de ARN mensajero (Pfizer o Moderna) también es altamente efectiva: protege del 90% de las infecciones y del 95% de los casos graves.