Para mantener el cuerpo y la mente en buen estado, los expertos en nutrición insisten en la necesidad de mantener una dieta sana, variada y equilibrada, en la que se incluyan diferentes minerales, vitaminas y nutrientes. Aunque existen muchos alimentos saludables a los que recurrir, hay algunos que son poco conocidos pero que son muy beneficiosos, como es el caso de un condimento japonés con más fibra que el kiwi y con propiedades antioxidantes que apenas se toma en España
Hablamos del miso, un alimento saludable originario de China que comenzó a consumirse desde el siglo IV, para posteriormente pasar a ser parte de la alimentación de los samuráis por sus aportes nutricionales. Este es un condimento en forma de pasta que resulta de la fermentación de distintos ingredientes, como soja, trigo, alcohol y sal con el hongo koji.
Aunque en sus orígenes tan solo llevaba estos ingredientes, a medida que fue pasando el tiempo fueron surgiendo otras variedades, en los que se utilizan mamé (que es elaborado con kiji de soja), el miso kame (rojo) y el mugi (a base de cebada). Por su excelente sabor, este condimento se puede usar para dar sabor a las comidas, y por ello se usa con frecuencia en salteados y sopas.
El miso se puede encontrar con diferentes sabores, que dependen de los ingredientes y del tiempo de fermentación, existiendo algunas especialidades regionales en Japón en las que se puede encontrar tanto con un sabor más dulce como más salado, según el lugar. En todo caso, al hablar de miso debemos distinguir entre:
- Miso blanco: está elaborado de soja fermentada con un mayor porcentaje de arroz, lo que hace que tenga un color claro y el producto tenga un sabor ligeramente dulce, siendo perfecto para usar en salsas, condimentos y aderezos.
- Miso rojo: el miso rojo, por su parte, es fermentado durante un periodo más largo, habitualmente con granos como la cebada, y en su caso tiende a tener un sabor más salado y profundo, con un tono más oscuro. En este caso se utiliza principalmente en glaseados, sopas y adobos salados.
- Hatcho miso: se elabora sólo con soja y es el más concentrado y oscuro.
- Pasta de miso: se trata de uno de los productos más versátiles y populares que se elabora a base de la soja fermentada. Con este ingrediente es posible condimentar prácticamente cualquier plato que se te ocurra, desde platos de verduras a sopas, pasando por guisos.
- Salsa de miso: disponible para su compra en los comercios y fácil de preparar en el propio hogar, nos encontramos con esta salsa perfecta para utilizarla como aderezo de ensaladas, para lo cual se recomienda mezclar un miso blanco o amarillo junto a hierbas aromáticas, aceite de sésamo, vinagre de arroz y otros condimentos como el ajo, la pimienta de cayena o el jengibre.
- Sopa de miso: plato habitual de restaurantes asiáticos, es un plato tradicional japonés que se elabora con caldo de miso elaborado con pasta de miso. También puede incorporar otros ingredientes como hortalizas, champiñones, algas y otras verduras de hoja verde.
Beneficios del miso para la salud
El miso es un condimento altamente beneficioso para la salud, con un gran aporte de hierro, aminoácidos, magnesio, calcio, vitamina B12 y ácido fólico, pero además contiene unas bacterias beneficiosas que lo hacen ser considerado un alimento probiótico. Se trata de un alimento bajo en calorías, considerado una excelente fuente de proteínas, fibra y otros nutrientes importantes para disfrutar de una buena salud.
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Asimismo, al ser un producto fermentado, ayuda con la digestión, y por su aporte nutricional es un buen antioxidante. También destaca por ser alcalinizante, por ayudar a limpiar el cuerpo de tóxicos y radiaciones y por su aporte de fibra y proteínas, que ayuda a tener más energía. Igualmente, contiene diferentes antioxidantes que ayudan a mantener y recuperar la belleza del cabello y de la piel.
A todo ello hay que sumar su efecto sobre la microbiota, gracias al cual se convierte en un gran aliado para combatir la diarrea, el estreñimiento, los gases, la hinchazón y el síndrome del intestino irritable. También puede reducir el riesgo de cáncer y contribuye a reducir el colesterol, lo que reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Cómo usar el miso en la cocina
El miso se puede utilizar de maneras diversas, siendo algunas de las más habituales la de dar sabor a adobos, guisos o caldos. Sin embargo, también se puede usar para mezclar con otros ingredientes como el limón, la mantequilla de cacahuete, el tofu o el jugo de manzana para elaborar salsas para mojar o untar. Si se combina con vinagre y aceite se puede conseguir un sabroso aderezo para ensaladas.
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Es recomendable utilizar el miso en platos fríos, y dado el caso en el que se quiera añadir a platos calientes como las sopas, es preferible agregarlo al final, una vez que el líquido se ha templado.
En todo caso, es recomendable hacerse con miso de calidad ecológica, que haya sido fermentando durante un mínimo de 180 días y que esté refrigerado. Esto se debe a que el miso en polvo o las sopas preparadas que no se encuentran almacenadas en la sección de refrigerados del supermercado no tienen los mismos probióticos que son tan beneficiosas para la salud. Podrás encontrar miso en herbolarios, tiendas de productos ecológicos y tiendas de alimentación asiática.