P. Fava
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El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF) emitió el pasado septiembre una alerta para notificar tanto a las Agencias de Seguridad Alimentaria como a los consumidores la presencia de un patógeno alimentario (Listeria monocytogenes) en fiambre producido en España. La propia empresa detectó la contaminación en un autocontrol y procedió a la eliminación de los lotes afectados, por lo que los productos actualmente a la venta son seguros.

Según los escuetos detalles que aparecen en la información proporcionada por el RASFF, ese fiambre, identificado como 'Manos/Pies de cerdo cocidos', superaron en un autocontrol de seguridad de la empresa la concentración máxima de patógenos de la listeria permitida para el consumo humano, a razón de 14.000 CFU/g.

La listeriosis es uno de los principales motivos de alerta alimentaria tanto en España como en el resto de Europa, y se detecta con relativa frecuencia en cárnicos y lácteos, pero también en verduras y frutas. En 2019 se registró el brote más grave documentado en el continente a raíz de la carne mechada producida en condiciones insalubres por la empresa Magrudis.

La humedad y la presencia de nutrientes en los productos cárnicos envasados, así como los posibles cambios de temperatura al conservarlos, son idóneos para el desarrollo de la bacteria. "Los brotes de infecciones por listeria en los años 90 estuvieron vinculados principalmente a embutidos y salchichas", explicaba el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC), agencia dependiente del Departamento de Salud de Estados Unidos.

Esta infección en personas sanas puede causar fiebre, diarrea, dolor de cabeza o pérdida de equilibrio. En cambio, la gravedad de los síntomas se torna mucho más grave en el caso de las mujeres en estado de gestación.

Es cierto que puede que sólo presenten síntomas como la fiebre o similares a los de la gripe. Sin embargo, la infección durante el embarazo puede causar aborto espontáneo, muerte fetal, parto prematuro o infecciones potencialmente mortales en el recién nacido.

El RASFF es una herramienta utilizada para el intercambio de información entre las autoridades alimentarias. A través de ella se emiten avisos diariamente tras la detección de contaminantes en productos alimentarios u otro tipo de peligros que pueden afectar a la salud de la población. De esta forma, las autoridades sanitarias actúan y retiran el alimento para evitar que llegue a los distintos establecimientos en los que se iba a vender.

La Asociación FACUA-Consumidores en Acción ha criticado en distintas ocasiones la escasa información que aparece en estas alertas alimentarias a nivel europeo ya que "hace que el consumidor vierta una sombra de sospecha sobre todos los productos independientemente de que puedan o no estar afectados". En ellas no se detallan ni las empresas productoras ni las zonas del país de donde procede.