El cardo bendito o Cnicus benedictus es una planta de la familia Asteraceae que crece en el clima europeo. Esta hierba medicinal se ha usado durante siglos en forma de extracto o infusión sobre todo como tratamiento de dolencias digestivas. Contiene taninos, un tipo de antinutriente que habría demostrado una eficacia parcial en casos de hinchazón abdominal, diarrea e incluso tos. En su forma natural, es una planta de flores afiladas usada para tratar también infecciones y heridas.
Aunque habitualmente se confunde con el cardo mariano, es una planta totalmente diferentes. Sin embargo, los antioxidantes que se encuentran en estas preparaciones herbales se han relacionado con la reducción de la inflamación, la prevención de enfermedades crónicas y el aumento de la longevidad.
Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por los investigadores del Centro de Farmacología del Hospital Universitario de Colonia y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colonia (Alemania) sugiere un nuevo uso para el cardo bendito: la regeneración de los nervios.
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El consumo de cardo bendito suele ser como complemento o en forma de té, en dosis que no superen los 5 gramos por taza. Como otras plantas, puede provocar reacciones alérgicas y se desaconseja en el embarazo o lactancia por la falta de evidencia científica al respecto. Tampoco sería recomendable en casos de inflamación intestinal como enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa.
En el caso del nuevo estudio publicado en Phytomedicine, los investigadores dirigidos por Philipp Grobrecth y Dietmar Fisher determinan que el cardo bendito acelera el crecimiento de las fibras nerviosas de forma significativa. La importancia del descubrimiento radica en que las vías de regeneración de los nervios lesionados en animales y en humanos son muy complejas. Los axones o fibras nerviosas tienen una longitud considerable y eso enlentece el proceso.
Un ejemplo de esto es cuando se produce alguna lesión a nivel de brazos o piernas. Si bien es posible que dicha fibra nerviosa llegue a regenerarse -algo que no siempre ocurre- este proceso puede llegar a durar varios meses. Si las fibras nerviosas no llegan a unirse a tiempo -por haber sido seccionadas, por ejemplo- la recuperación puede llegar a ser imposible.
Así pues, una tasa de crecimiento y regeneración acelerada podría marcar una gran diferencia, asegurando que las fibras nerviosas lleguen a su destino a tiempo y evitando que haya déficits funcionales irreparables: parálisis, alteraciones en la retina o neuropatías de diferente origen.
En este caso, los investigadores demostraron que era posible la regeneración de axones o fibras nerviosas en modelos animales y en células humanas extraídas de retinas de donantes humanos. Usaron una dosis diaria de Cnicin (cardo bendito) diaria en ratones o ratas, logrando mejorar la parálisis y la neuropatía de estas de forma mucho más rápida.
En comparación con otros compuestos, el cardo bendito tiene una ventaja única: llega al torrente sanguíneo por vía oral y no es necesario inyectarlo. Sin embargo, como puntualizan los investigadores, "la dosis correcta es muy importante aquí, ya que el cardo bendito solo funciona dentro de un rango específico. Cantidades demasiado bajas o demasiado altas son ineficaces".
"Por eso es crucial realizar más estudios clínicos en humanos", concluyen.Actualmente los investigadores ya están planificando futuros estudios y ya se está investigando el desarrollo de medicamentos para reparar el sistema nervioso dañado.