España es admirada en el mundo entero por ser toda una potencia en longevidad, pero no hay duda de que Japón lidera esta lista. La esperanza de vida para los japoneses en general de ambos sexos se encuentra en 85 años y, además, cuentan con la isla de Okinawa, que es una de las zonas azules del mundo. Estas zonas se caracterizan por ser lugares donde viven personas muy longevas y que, incluso, llegan a centenarias. Por esta razón, el planeta entero fija la vista en el país nipón tratando de encontrar su elixir de la vida.
Las principales pesquisas de quienes intentan descubrir este secreto de los japoneses se están centrando en sus hábitos de vida y, sobre todo, en lo que comen. ¿Por qué parecen envejecer mejor?, ¿por qué se hinchan a comer arroz y no engordan? Es más, ¿por qué siempre parecen estar delgados sin hacer dieta? Responder a estas preguntas es complicado y, sobre todo, porque en Japón, al igual que en todos los países del mundo, hay gente de todos los tipos y no siempre comen los pocos platos tradicionales con los que estamos familiarizados los occidentales.
En cualquier caso, sí que se pueden destacar algunos aspectos de su dieta. Uno de ellos es que se trata de una de las culturas del mundo que más pescado consume y esto parece que une al resto de países longevos: tanto Japón, como los países nórdicos o España y Portugal son grandes consumidores de pescado y poblaciones muy longevas. Pero, además, en este país asiático está muy instaurada la costumbre de tomar té e, incluso, cuentan con toda una ceremonia para prepararlo y servirlo.
Poder antioxidante
Entre todos los tés que toman, el sencha es el más habitual en este país. Se trata de un tipo de té verde, pero la manera en la que se elabora es diferente: sencha significa cocido y es que en vez de secar las hojas de té directamente, éste se produce exponiéndose al vapor y luego se seca. De esta manera, se dice que se conservan mejor los antioxidantes de este té que ya de por sí son abundantes. En este sentido, esta infusión japonesa alberga beneficios similares a los del té verde, una bebida muy saludable que no tomamos tan a menudo como deberíamos.
Aunque el té verde no es la bebida milagrosa que mucha gente piensa, es una bebida que se ha relacionado con varios beneficios para la salud. Los españoles somos mucho más asiduos al consumo de café, pero introducir algunas tazas de esta bebida en nuestra dieta es muy barato y puede mejorar nuestra salud. Si bien es cierto que casi el 100% de las infusiones están formadas por agua y que, por eso, no tienen calorías, no debemos pensar que son bebidas sin ningún tipo de efecto. El té está cargado de antioxidantes.
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Los compuestos con poder antioxidante tienen el poder de eliminar los daños celulares que producen los radicales libres, unos compuestos se forman de manera natural con la actividad del cuerpo pero que se multiplican con el tabaquismo o la exposición a los rayos ultravioleta. Este daño celular está muy relacionado con el desarrollo de algunas enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares y el cáncer y, por eso, los expertos explican que una dieta variada en antioxidantes puede prevenirlas.
Bacterias intestinales
Ahora bien, debemos tener en cuenta que el té verde sólo puede ayudarnos a prevenir enfermedades si practicamos una dieta saludable durante la mayor parte del tiempo. Es decir, aunque incluirlo en la dieta siempre es un acierto, no puede compensar el consumo de alimentos insanos. Si, en general, cumplimos una dieta saludable, como la dieta mediterránea, puede incluso ayudarnos a reducir nuestro peso corporal de una manera más eficiente. El té verde es uno de los pocos que ha demostrado estos efectos en algunos estudios.
Uno de ellos fue elaborado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos y que sostiene que el té verde puede frenar la obesidad y reducir la incidencia de biomarcadores relacionados con la inflamación. El estudio, que fue publicado en Journal of Nutritional Biochemistry, concluye que "el té verde promueve el crecimiento de las bacterias intestinales buenas y con ellas, una serie de beneficios que reducen significativamente el riesgo de obesidad", tal y como concluyó Richard Bruno, investigador principal del estudio.
Este potencial para prevenir la obesidad y su contenido importante de antioxidantes redunda en un mejor estado de salud y en un menor riesgo de desarrollar enfermedades, por lo que se piensa que su consumo habitual puede contribuir a una mayor longevidad.