El queso es mucho más amado que odiado en España: algo menos de un 20% admite que no lo toma porque no le gusta su sabor, y otro 19% no lo come porque le preocupa su contenido en grasas o colesterol, según el Estudio del entorno de percepción del queso de origen español que ha elaborado la Interprofesional Láctea (INLAC). Aun con esas, en España se consume una media de 7,49 kilos al año, según el último Informe de Consumo Alimentario.
El consumo de queso ha aumentado un 37% en los últimos dos años, siendo el queso curado el favorito de los españoles de mediana edad. Los jóvenes, en cambio, se decantan por los quesos más frescos. Todos ellos prefieren comprarlos en supermercados (un 74%). Eso explicaría que las secciones de quesería no hayan dejado de crecer. En la de Mercadona encontramos una variedad indiscutible, desde los más intensos como el Queso Viejo de Leche Cruda de Oveja, una de las estrellas de Hacendado, hasta otros más suaves como el Queso Provolone.
Entremedias, el abanico de posibilidades es casi infinito y son muchos los que ahora celebrarán el retorno de uno de los bocados más codiciados por los gourmets y los aficionados a la repostería. Hablamos del Queso Mascarpone Hacendado, uno de los productos que la cadena recomienda para elaborar postres por su textura "suave y cremosa". Sin embargo, sería un error relegar este manjar únicamente al tradicional tiramisú, no solo por su versatilidad, sino también por sus cualidades saludables.
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Mercadona nos da ahora dos opciones para disfrutar de este queso. Por un lado, una tarrina de 250 gramos que tiene un precio de 2,55 euros, y por otro un segundo envase de 500 gramos que sale por 4,40 euros. En su lista de ingredientes, este tipo de queso fresco está elaborado con nata pasteurizada que proviene de vacas españolas y ácido cítrico para corregir la acidez. Está fabricado por Quesería Lafuente, con sede en la localidad cántabra de Heras, que se encarga de su producción y recomiendan que se conserve a una temperatura entre 0 y 8 grados.
El Queso Mascarpone Hacendado se considera un buen procesado al estar elaborado a partir de leche y nata de vaca. En su etiquetado enumeran la información nutricional por 100 gramos de producto, figurando un total de 495 calorías y 50 gramos de grasas, de los que 37 gramos son de grasas saturadas, responsables de su consistencia y su poder saciante. En este punto, conviene recordar que este tipo de lípidos no están desaconsejados si provienen de los lácteos e incluso la evidencia nos dice que, tomados con moderación, llegan a ser saludables.
Siguiendo con el listado de nutrientes, el mascarpone de Mercadona aporta 5,3 gramos de hidratos de carbono, de los que 5,1 gramos son azúcares naturalmente presentes, destacando también sus 6 gramos de proteína de buena calidad, con todos los aminoácidos esenciales. Finalmente, constatan que es bajo en sal al suponer únicamente 0,11 gramos de su composición. Es rico además en vitamina C, vitaminas del grupo B y minerales como el potasio, el fósforo y, por supuesto, el calcio.
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¿La pega? Las calorías
Este queso descrito como de cuajada se elabora de forma muy parecida al yogur. Así, tras agregar el cultivo de bacterias a la nata, se calienta suavemente y se deja espesar, de ahí que sea especialmente delicado y que se recomiende consumirse en fresco porque se estropea con facilidad. El pero que podríamos ponerle es que se trata de un alimento altamente calórico del que no deberíamos abusar, llegando a rozar las 500 calorías por 100 gramos de producto y un 50% de grasas.
Cómo tomar mascarpone
El mascarpone es uno de los quesos típicos del norte de Italia. En total, en el país constan más de 450 variedades queseras y más de 2.500 interpretaciones de las mismas, todo un paraíso. En este caso, es originario de la región de Lombardía y posee un etiquetado especial que lo distingue como Producto Alimentario Regional Tradicional al estar fechado en el siglo XVII en Abbiategrasso y Lodi. Aunque es un alimento similar al queso crema por su consistencia, si nos ponemos exquisitos no sería realmente ni siquiera un queso, sino el resultado de añadir el cultivo de bacterias a la nata extraída de la leche con la que se elabora el famoso parmesano.
Ya hemos mencionado antes una de las palabras mágicas en cuestión de mascarpone: el tiramisú. Ese postre italiano que se replica en las cartas de los restaurantes de todo el mundo versionando sus cantidades de café, bizcocho, azúcar, cacao en polvo y licor Amaretto. No obstante, en Cocinillas han ido más allá del clásico y resaltan, además de esta receta tradicional del susodicho, otras elaboraciones saladas como los tallarines con trufa y jamón o las endivias con crema de salmón y queso e incluso una sopa de tomate.