En la naturaleza, muchos frutos, como los frutos secos, cuentan con una o varias capas extra de protección con todo tipo de finalidades. Puede ayudar a proteger el fruto para que los animales no lo ingieran o justo lo contrario, hay cáscaras que protegen las semillas del interior de los jugos gástricos para pasar indemnes por el tracto digestivo de un animal y acabar germinando en el suelo.
Sea como fuere, muchas de estas cáscaras, carcasas y pieles no son lo más adecuado para el consumo humano, sobre todo por afectar negativamente la digestión. Sin embargo, este no es el caso de las almendras. La piel marrón que recubre este fruto seco no solo no es perjudicial, sino que hay estudios científicos que avalan los beneficios de su consumo. "Siempre recomiendo a mis pacientes tomar almendras crudas con piel para tener un extra de fibra. Además, hay un estudio del CSIC que destaca la porción de polifenoles extra que aporta consumir esta piel", explica Concepción Martínez, dietista-nutricionista.
La piel marrón de las almendras es una capa delgada y ligeramente áspera que envuelve el núcleo de la almendra. Su composición es similar a la del propio fruto seco en términos de nutrientes y compuestos químicos, pero cuenta con algunas diferencias importantes.
Composición similar
Esta cáscara está compuesta principalmente por fibra dietética, proteína, lípidos y una variedad de micronutrientes como vitaminas y minerales. También contiene una cantidad significativa de compuestos fenólicos, que son antioxidantes naturales que ayudan a proteger las células del cuerpo contra el daño oxidativo.
La fibra dietética de esta piel marrón que recubre la almendra es principalmente fibra insoluble, que no se disuelve en agua y se mueve a través del tracto digestivo de manera relativamente intacta. Esta ayuda a regular la digestión, promueve la saciedad y previene el estreñimiento y otras enfermedades digestivas.
[No todos son iguales: este es el fruto seco más completo que existe y que deberías tomar a menudo]
Este exterior también es rico en proteína, en concreto proteína vegetal, que es de alta calidad y contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. Este nutriente es importante para la reparación y el crecimiento de los tejidos del cuerpo. También cuenta con lípidos que son principalmente grasas saludables, como los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. Estas grasas son importantes para la salud del corazón y pueden ayudar a reducir el colesterol en sangre.
Exterior de vitaminas
En cuanto a los micronutrientes, la cáscara de la almendra es rica en vitamina E, que es un antioxidante importante que ayuda a proteger las células del cuerpo contra el daño oxidativo. También cuenta con vitamina B2 (riboflavina) en su composición y una variedad de minerales esenciales como hierro, calcio y magnesio, que son importantes para distintas funciones corporales, incluyendo la formación de glóbulos rojos, la salud ósea, muscular y la regulación del sistema nervioso.
Chute de polifenoles
Existen muchos estudios que avalan los beneficios del consumo de almendras de forma diaria. Por ejemplo, un análisis publicado en Frontiers in Nutrition destaca que añadirlas a la dieta conduce a un cambio en el metabolismo, regula a la baja la inflamación y el estrés oxidativo del ejercicio, permitiendo que el cuerpo se recupere más rápido. El autor del estudio y el resto de científicos que participaron en él hicieron especial hincapié en los beneficios que se esconden en la piel de las almendras. "La piel marrón de las almendras contiene polifenoles que terminan en el intestino grueso y ayudan a controlar la inflamación y el estrés oxidativo", explica Nieman, el autor principal.
Otras investigaciones como la realizada por científicos de la Universidad de Tufts, Boston, se centran en los beneficios de la piel de las almendras. Explicando que aunque durante la producción de almendras blanqueadas, sus pieles se categorizan como un subproducto de desecho y se utilizan comúnmente como alimento o fertilizante para el ganado. En realidad estas contienen una variedad de fitoquímicos con potencial para el desarrollo de nutracéuticos y alimentos funcionales. Fitoquímicos como los polifenoles y la fibra que contiene esta piel muestran propiedades asociadas con beneficios para la salud, incluidas actividades antioxidantes, antimicrobianas, antivirales, neuroprotectoras, fotoprotectoras y prebióticas.