Es complicado elegir entre los frutos secos en cuanto a propiedades, ya que todos son beneficiosos para salud y además contienen multitud de nutrientes. Por ejemplo, un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan, de la Universidad de Harvard, EEUU y publicado en la revista 'Nutrients', ha puesto de manifiesto que un mayor consumo de nueces de manera frecuente, se asocia a un menor riesgo de muerte y por lo tanto, un aumento de la esperanza de vida.
La investigación descubrió que cinco o más porciones de 30 gramos de nueves a la semana, proporcionan el máximo beneficio en cuanto al aumento de esperanza de vida y menos riesgo de mortalidad. El valor nutricional de esta porción equivale a 4 gramos de proteínas, 2 de fibra, 45 miligramos de magnesio y omega-3.
En concreto, cuando el estudio habla de un descenso de la mortalidad, se refiere a un 25% menos de riesgo de morir por enfermedades o accidentes cardiovasculares y una ganancia de aproximadamente 1,3 años de esperanza de vida, comparándose con las personas que nunca consumen nueces.
Las nueces son un alimento excelente porque controlan los niveles de colesterol y el azúcar en sangre, gracias a su contenido en proteínas, fibra, lípidos, calcio, vitamina B6, y hierro. También contienen ácidos grasos poliinsaturados y ácidos alfa-linolénico y linoleico, a los que se les vincula un efecto antiinflamatorio que mantiene las arterias sanas.
Protegen el corazón y los huesos
Asimismo, contienen el aminoácido L-arginina, que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y omega-3, que previene los coágulos de sangre. En concreto, según un estudio, comer 30 gramos de frutos secos al día, siendo 15 de ellos nueces, reducen en un 30% la probabilidad de padecer accidentes cardiovasculares. El omega-3 tiene también beneficios para el cerebro, ya que entorpece el deterioro del rendimiento cognitivo y favorece la fluidez entre las conexiones neuronales y mantiene la membrana celular.
Además, este alimento fomenta la producción de bacterias beneficiosas para el intestino y puede ayudar a prevenir la diabetes tipo 2, sobre todo en personas con predisposición o resistentes a la insulina. Otro de sus beneficios es que, debido a su bajo índice glucémico, pueden formar parte de la dieta de personas que ya padezcan esta enfermedad.
Las nueces también previenen la osteoporosis, enfermedad que merma el nivel de masa ósea, provocando que nuestros huesos luzcan más débiles y frágiles. La razón es que contienen cobre, cuya deficiencia provoca precisamente esta dolencia. La piel también sale beneficiada del consumo diario de nueces, gracias a la vitamina E que contienen, que restaura la hidratación natural y regula la grasa, evitando la aparición de acné.
La cantidad de fibra que tiene una porción de nueces es más que suficiente para combatir el estreñimiento, saciar el apetito, lo que las convierte en las aliadas perfectas para las personas que sigan una dieta de pérdida de peso.
Según un estudio publicado en Biology of Reproduction, las nueces tiene un impacto positivo sobre la fertilidad masculina. En concreto, la investigación afirma que añadir 75 gramos de nueces al día, mejora la calidad de los espermatozoides y su movilidad. Por último, la vitamina 6 junto al aminoácido triptófano, promueve un estado de relajación que ayuda a conciliar el sueño.
A pesar de los múltiples beneficios que pueda tener este alimento, en altas dosis, su contenido en fibra puede provocar diarrea, además de ataques de asma o dificultades en la respiración debido a que las nueces son un alérgeno. Las nueces también son hipercalóricas y no pueden ser incluidas en dietas especiales bajas en calorías.