El alimento con fama de saludable que podría causar calvicie según una nueva investigación
Un estudio en laboratorio revela fortuitamente la relación entre aceites que se toman por sus propiedades cardiosaludables y la calvicie.
27 enero, 2023 02:26Noticias relacionadas
La ciencia es caprichosa a veces: puede poner frente a los científicos un hallazgo que nada tiene que ver con su línea de investigación, planteándoles hipótesis que no están relacionadas con su trabajo. El patólogo Bing Li de la Universidad de Louisville (EEUU) se dedica a estudiar el cáncer, no la caída del pelo, pero la aparición de una remesa de ratones calvos cuando trabajaba lo impulsó a indigar qué había pasado. Esto le llevó al aceite de pescado, considerado como saludable para los humanos.
La alopecia androgénica o calvicie común afecta generalmente a los hombres, entre el 40 y el 50% a partir de los 35 años. Aunque es un proceso natural y hereditario, productos como las bebidas azucaradas han demostrado capacidad para acelerar el proceso. Ahora, los suplementos de aceite de pescado y la ingesta del omega 3 que contienen serían los señalados. El equipo de científicos que comanda el inmunólogo en la Facultad de Medicina Carver publicó un artículo hablando sobre ello el pasado 13 de diciembre en Cell Reports.
Li y sus colegas detallan el mecanismo que establece la relación entre la ingesta de este suplemento y la pérdida de cabello en ratones. El biólogo de células madre Rui Yi de la Facultad de Medicina Feinberg, de la Universidad Northwestern, ha apreciado en The Scientist que "probablemente sea el primer informe de que una dieta rica en grasas y aceite de pescado puede causar alopecia". Recuerdan que este producto suele comercializarse como un suplemento para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas o tratar dolores de las articulaciones gracias a sus ácidos grasos, especialmente a los omega 3.
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Ratones sin pelo en los hombros
Li investigaba cómo los diferentes tipos de grasa afectan a la obesidad y al crecimiento de los tumores relacionados, por lo que alimentó a algunos ratones con una dieta alta en grasas que contenía mucho aceite de pescado. Otros recibieron en cambio dosis de aceite vegetal y un tercer grupo alimentación baja en grasa. Los roedores alimentados con omega 3 perdieron una cantidad considerable de pelo en la zona de sus hombros, mientras que el resto no mostró indicios de esta pérdida.
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Los investigadores verificaron hasta en dos ocasiones este resultado, realizando experimentos con varios tipos de ratones pero obteniendo el mismo efecto. Li no halló literatura científica que mostrase investigaciones sobre este fenómeno, de modo que decidió explorar él mismo la conexión. Junto a su equipo, usaron fluorescencia para rastrear los ácidos grasos del aceite de pescado y los saturados vegetales de la manteca de cacao que comía el segundo grupo de ratones después de la digestión.
Culpa de la TNF-a
Las moléculas de grasas saturadas se movieron a lo largo del cuerpo, pero las del aceite de pescado se concentraron en la piel. Teniendo en cuenta que la alopecia areata por ejemplo en humanos es una enfermedad inmunitaria, los investigadores analizaron el fenotipo inmunitario en células fluorescentes que contenían ácidos grasos para determinar cuáles interactuaban con ellas en la piel de los ratones. Esto terminó por revelar que los macrófagos dérmicos se acumulaban en la piel y absorbían el omega 3, generando especies reactivas de oxígeno (ROS, en sus siglas en inglés) que pueden activar varias vías celulares e incluso ser tóxicas.
El inmunólogo sospechó entonces que las ROS podrían estar generando una respuesta de citoquinas ―pequeñas proteínas cruciales para controlar el crecimiento y la actividad celular―, por lo que secuenció el ARN en los tejidos de la piel de los ratones. Descubrió entonces que las células que habían absorbido el aceite de pescado expresaban una conocida citocina inflamatoria llamada IL-36 que atrae a los macrófagos de otras partes del cuerpo. Éstos generaban altos niveles de una segunda citoquina, la TNF-a, que puede causar apoptosis o muerte celular.
"Todo tiene dos caras"
En este caso, según la investigación de Li, la TNF-a estaba induciendo a la muerte de las células madre del folículo piloso y provocando, por lo tanto, la caída del cabello. Otras pruebas posteriores confirmaron que los altos niveles de esta citoquina solo estaban presentes en los ratones que habían consumido aceite de pescado y aquellos que fueron tratados con anticuerpos anti TNF-a mostraron una pérdida de pelo significativamente menor.
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El científico concluye quela forma en la que los ácidos grasos interactúan con el cuerpo es todavía desconocida y complicada. De hecho, en la investigación sobre el cáncer que está desarrollando, el aceite de pescado parece contribuir a que los tumores mamarios en los ratones se reduzcan de tamaño. "Todo tiene dos caras", dice el inmunólogo, deseando que "la gente pueda hacer una investigación similar para que podamos entender qué le está haciendo a nuestro cuerpo la grasa que estamos comiendo a diario".
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