Alimentarse con una dieta mediterránea rica en aceite de oliva puede evitar uno de cada cuatro accidentes cardiovasculares en pacientes de muy alto riesgo, y supera en eficacia a una intervención con una dieta baja en grasas y rica en hidratos de carbono. Es el resultado del estudio 'CordioPrev' realizado en España, que determina que el efecto protector en varones que ya han sufrido un evento cardiovascular es aún mayor, evitando un tercio de los futuros accidentes.
El estudio fue publicado el pasado mayo en la revista médica The Lancet, y ha contado con la participación de investigadores del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC); del Hospital Universitario Reina Sofía; de la Universidad de Córdoba; y del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) dependiente del Instituto de Salud Carlos III.
Esta semana, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha acogido la presentación del informe en España. El ministro Luis Planas, ha celebrado el efecto protector del aceite de oliva frente a la recurrencia de accidentes cardiovasculares, "una de las primeras causas de muerte en España y en el resto del mundo". Este aceita, destaca Planas, "es un elemento clave con efectos muy beneficiosos para nuestra salud, como la reducción del colesterol malo y el aumento del bueno o el control de la glucosa", ha añadido Planas.
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El coordinador e investigador principal del estudio 'CordioPrev', José López Miranda, explicaba que la dieta mediterránea rica en aceite podría evitar "5.410 muertes en un plazo de siete años". Por accidentes cardio y cerebrovasculares, se calcula que prevendría un total de 530 infartos de miocardio; 1.375 revascularizaciones; 743 ictus isquémicos; 636 casos de enfermedad arterial periférica; y 1.167 muertes por cualquier causa.
"En pacientes de muy alto riesgo, reduciendo el principal factor etiológico de la enfermedad cardiológica -los niveles elevados de colesterol LDL- e incluso controlando todos los factores de riesgo cardiovascular, la probabilidad de un nuevo evento -infarto, ictus o muerte cardiovascular- es de un 30% en 7 años", desglosa López Miranda.
El estudio aleatorizado seleccionó a 1.002 pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio en los 6 meses previos, y se les proporcionó alternativamente dos modelos de alimentación. Un grupo tomó una dieta baja en grasa y rica en hidratos de carbono, y el otro una dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen. En ambos grupos se comprobó una reducción del 'colesterol malo' (LDL), de la hipertensión, y mejoró el control metabólico.
"Al cabo de 7 años, y comparando esos dos modelos, observamos que la dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen reduce la probabilidad de tener un evento cardiovascular mayor en cerca de un 27 por ciento en 7 años en población general", valoraba el especialista. Para los hombres, que sufren una mayor incidencia de eventos cardiovasculares, la protección se elevaba al 33% en comparación con la dieta baja en grasas.
"De hecho, cuando se analizaron aquellos perfiles que seguían mejor la dieta mediterránea, vimos que los beneficios eran aún mayores, y la reducción del riesgo alcanzaba el 40%", destaca López. "La dieta tiene un efecto global, holístico, capaz de biomodular múltiples procesos y no un único factor de riesgo", concluyen. Entre otras ventajas, la dieta mediterránea también redujo la arterioesclerosis -rigidez de las paredes arteriales- y mejoró la capacidad de regeneración de las células endoteliales, que regeneran el daño en las arterias coronarias.