Médicos internistas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) han evidenciado por primera vez, en un artículo publicado en la revista The Lancet, que la dieta mediterránea previene la recurrencia de eventos cardiovasculares como el infarto en comparación con una dieta baja en grasa.
La dieta baja en grasa (rica en hidratos de carbono complejos) y la dieta mediterránea (rica en grasa monoinsaturada cuya fuente principal es el aceite de oliva virgen), han demostrado ser eficaces en prevención primaria de pacientes de alto riesgo sin enfermedad cardiovascular desarrollada.
No obstante, la dieta mediterránea no había demostrado, hasta ahora, efectos beneficiosos sobre la salud en pacientes con enfermedad cardiovascular establecida. Según recoge Europa Press, el estudio denominado CORDIOPREV puede considerarse el único ensayo en los últimos 23 años que evalúa de forma fehaciente el efecto de la dieta mediterránea en prevención secundaria de la enfermedad cardiovascular.
Dicho trabajo ha sido desarrollado e impulsado conjuntamente a nivel científico entre el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), el Hospital Universitario Reina Sofía (HURS), la Universidad de Córdoba (UCO) y el CIBEROBN.
"Supone un hito al crear nueva evidencia científica y demostrar que la dieta mediterránea rica en aceite de oliva es útil para prevenir nuevos eventos cardiovasculares en personas con enfermedad coronaria ya establecida", ha dicho el director científico del IMIBIC y médico internista miembro de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Pablo Pérez Martínez.
En el ensayo clínico aleatorizado participaron 1.002 pacientes, reclutados entre octubre de 2009 y febrero de 2012, con enfermedad coronaria establecida de entre 20 y 76 años, que recibieron intervención dietética con dieta mediterránea o dieta baja en grasa y fueron seguidos durante siete años. Un total de 500 (49,9%) de los 1.002 pacientes fueron asignados al grupo de dieta baja en grasas y 502 (50,1%) al de dieta mediterránea.
Como objetivos principales de investigación, se establecieron: valorar la aparición de nuevos eventos cardiovasculares mayores (o evento principal), incluyendo infarto de miocardio, revascularización (bypass, cateterismos, stents), accidente cerebrovascular isquémico (ictus), enfermedad arterial periférica y muerte de origen cardiovascular (muerte súbita).
Más efectivo en hombres
Las participantes en la investigación tenían una edad media de 59,5 años, y, como es habitual respecto a la incidencia de la enfermedad coronaria, eran mayoritariamente varones (un 82,5%). El evento principal del estudio se produjo en 198 participantes, 87 en el brazo de la dieta mediterránea (un 17,3%) y 111 en el de la dieta baja en grasas (un 22,2%), lo que supone una disminución de la frecuencia de entre un 25 y un 30% en los participantes que siguieron la dieta mediterránea.
Estos efectos fueron más evidentes en los hombres, donde la diferencia entre dietas fue casi de un 35 por ciento en favor de la dieta mediterránea. La incidencia que se encontró en las dos ramas del estudio es inferior a la habitual en este tipo de pacientes (un 25% a los 5 años), lo que podría indicar que, a pesar de las diferencias encontradas, ambas dietas ejercieron efectos cardiosaludables.
"El estudio demuestra en pacientes con enfermedad coronaria establecida que la dieta mediterránea tuvo un efecto superio en la prevención de la aparición de eventos cardiovasculares recurrentes como infarto de miocardio, revascularización, accidente cerebrovascular isquémico, enfermedad arterial periférica y muerte de origen cardiovascular evitando la aparición de uno de cada cuatro eventos cardiovasculares mayores", ha dicho el jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía e investigador principal del proyecto, el doctor López Miranda.
Estos hallazgos, añade el primer firmante del artículo y profesor titular de la Universidad de Córdoba, Delgado Lista, son de "enorme relevancia" para la práctica clínica diaria, apoyando el uso de la dieta mediterránea para prevenir la recurrencia de la enfermedad cardiovascular y demuestran la utilidad de recomendar este tipo de dieta a personas que previamente han tenido un evento cardiovascular.
De este modo, en el propio artículo científico se indica que estos resultados son de utilidad para poder cambiar las guías clínicas sobre recomendaciones dietéticas y seguimiento de pacientes con enfermedad coronaria.