Una vez más Nutriscore está en el punto de mira de los críticos. Estos últimos días se han vertido de nuevo en redes sociales un sinfín de críticas a este"semáforo nutricional", implantado ya en España, que pretende valorar si un alimento es bueno o malo.
Centrándonos ahora en el caso concreto de los yogures, Nutriscore parece que no ha hecho las cosas del todo bien -según manifiestan numerosos nutricionistas en sus redes sociales- otorgando a un yogur de sabores una"B", catalogado como saludable, y al yogur griego natural sin azúcar con una"C", que sería menos saludable. Pero, ¿desde cuándo un yogur de sabores es mejor que un yogur griego natural y sin azúcar?
El nutricionista Carlos Ríos ya criticaba en Instagram que esta herramienta de clasificación se basa únicamente en nutrientes. Según Ríos, Nutriscore se fija en la grasa del alimento,"cuanto más grasa, peor valorado, sin tener en cuenta la calidad ni el grado de procesamiento", comentaba.
En el caso de los yogures,"el motivo por el que Nutriscore les pone una"B" a los yogures de sabores y una"C" a los griegos es porque este sistema penaliza a los productos más calóricos y con grasa animal como puede ser la grasa láctea", explica a EL ESPAÑOL la nutricionista y tecnóloga de alimentos Paloma Quintana, CEO de Nutrición con Q. Y esto -dice- es un error.
No todas iguales
Según explica Quintana,"que un alimento sea más calórico o contenga más grasa no es más nocivo 'per se'; y este es el mayor problema que le veo a Nutriscore, es decir, que da una información que no es del todo correcta, ya que los alimentos no se pueden valorar conforme a un parámetro así".
Es importante tener en cuenta -añade- que"los nutrientes de los alimentos van a ser diferentes o van a interactuar diferente en nuestro organismo dependiendo del alimento en el que estén: no es lo mismo la grasa de un ‘croissant’ que la de un yogur que presenta grasas de forma natural porque viene de la leche".
Como sabemos, no debemos demonizar las grasas porque éstas son buenas y necesarias, incluso estando a dieta. Recordemos que hay grasas saludables (las llamadas grasas instauradas) que son recomendables y necesarias para proteger además, nuestra salud cardiovascular (aceite de oliva, aguacate, pescado azul o frutos secos); grasas saturadas (aquellas que son de origen animal) que también son necesarias, aunque en mucha menor medida: éstas no deberían sobrepasar el 10% de nuestras calorías darías, y grasas trans (presentes por ejemplo en la bollería industrial) que son las que debemos evitar o consumir lo menos posible.
El yogur más sano
En el caso de los yogures, es importante valorar su calidad."Los yogures naturales y enteros (y sin azúcar) son los más saludables que existen porque un alimento cuanto menos procesado esté y menos aditivos tenga (sean saborizantes o edulcorantes), mucho mejor", explica Quintana.
Así y como han explicado ya varios nutricionistas a EL ESPAÑOL, es importante fijarse en la etiqueta del yogur. Para que éste sea realmente saludable y contenga todos los beneficios que tienen los yogures como es fundamentalmente su efecto probiótico, debe poner sólo: leche y fermentos lácticos. Ni sabores, ni edulcorantes ni nada", afirmaba recientemente Elena De la Fuente, nutricionista del Hospital Quirónsalud San José. El mejor yogur sería por tanto, el yogur natural, entero y sin azúcar, que suele ser además el más barato de todos.
Igualmente, también serían saludables los yogures griegos, siempre y cuando no tengan azúcar ni edulcorantes de ningún tipo, aunque estos tengan algo más de grasa. Y es que la grasa del yogur (grasa láctea) no tiene ningún perjuicio para la salud, de hecho, algunos estudios han mostrado que esa grasa tiene beneficios.
Por otra parte, los yogures 0% grasa no serían recomendables porque el aporte de vitamina D no estaría; recordemos que la vitamina D tipo soluble está asociada a esa parte de grasa; y serían además, muy poco saciantes.
Ni de sabores ni edulcorados
Los yogures de sabores o edulcorados no parecen los más aconsejables, puesto que lo último que llevan es fruta."Se componen de edulcorantes para que les den dulzor, colorantes para que les den color y en algunos casos pueden llevar también algún otro aditivo o estabilizantes para regular el sabor. Pero realmente lo último que lleva es fruta, y si la llevan, es en un porcentaje mínimo", explicaba aquí la nutricionista Andrea Calderón".
Y así también lo explicaba hace poco en su cuenta de Instagram otra nutricionista, Blanca García Orea (más conocida como BlancaNutri)."No existen yogures con sabor y buenos: la fruta que viene en el yogur no es fruta sino colorantes". Ni tampoco serían buenos los yogures edulcorados. Si no nos gusta el sabor natural del yogur -aconsejaba- mejor añadir frutos secos, crema de frutos secos o canela. Por su parte, clasificaba como ‘buenos’ los yogures griegos,"siempre y cuando no le hayan añadido azúcares, ni sabores ni edulcorantes".