Una tostada de salmón y aguacate.

Una tostada de salmón y aguacate.

Nutrición

El 'peligro' de mezclar las grasas saludables: por qué hay que huir de la tostada de salmón y de aguacate

Si estamos en una dieta de adelgazamiento, será mejor espaciar estos alimentos grasos en diferentes tomas, pero el problema no sería tanto la mezcla sino el resto de la alimentación.

20 febrero, 2021 10:10

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Desde hace algo más de una década se pusieron de moda en España, sobre todo en las ciudades más grandes, los llamados brunch, una especie de desayuno-comida o algo así como la merienda-cena de toda la vida; pero por la mañana. En estas comidas, algunos comenzamos a saborear benditos manjares como la mítica tostada de salmón con aguacate o los huevos benedict o benedictinos, con salsa holandesa.

Pero vayamos a la tostada de aguacate con salmón. ¿Estaría bien juntar en una misma ingesta dos fuentes de grasas saludables como son estos dos alimentos o sería mejor espaciarlos en diferentes comidas o ingestas?

Recordemos primero que las grasas insaturadas son las llamadas grasas buenas o saludables (aceite de oliva, aguacate, frutos secos y semillas y pescado azul como el salmón) y por ello, debemos consumirlas de forma regular. Incluso algunos alimentos deberíamos tomarlos a diario, sobre todo el aceite de oliva (debe ser nuestra grasa preferente tanto para cocinar como para aliñar); los frutos secos (la recomendaciones es una ingesta de unos 30 gramos al día de frutos secos crudos o tostados y sin sal, unas 3-7 veces por semana); las semillas o el aguacate. El pescado azul por su parte, es recomendable tomarlo al menos una o dos veces por semana.

Y recordemos también que estas grasas buenas son recomendables aun cuando estamos en una dieta de adelgazamiento: no son un impedimento para adelgazar sino todo lo contrario, aunque sí debemos reducir y controlar la cantidad.

Sólo a veces

Mezclar grasas sí, pero solo a veces. Es decir, sobre todo dependiendo de la persona. Según explica a EL ESPAÑOL Belén Fontán, nutricionista del Complejo Hospitalario Ruber Juan Bravo (Madrid): "Si estamos en una dieta para adelgazar, hay que tomar las grasas saludables aunque en menor cantidad que si no estuviéramos a dieta (la cantidad debe estar medida por la persona que te ponga la dieta, en función de tu requerimiento energético) y mejor espaciarlas a lo largo del día y no tomarlas de golpe por ejemplo, en el desayuno o en la cena".

En estos casos, de estar a dieta, la especialista aconseja que en vez de hacernos para cenar una ensalada con salmón, aguacate, frutos secos y semillas, sería mejor, por ejemplo, dejar el aguacate para la cena; los frutos secos para acompañar el yogur de la tarde y el salmón como segundo plato de la comida y en vez de tomar salmón ahumado que tiene más sal, podemos cocinarnos un salmón a la plancha que sería más sano que el ahumado. Es decir, "mejor espaciar o repartir las grasas en diferentes ingestas, a lo largo del día", aclara.

Por otro lado, si no estamos en una dieta de adelgazamiento, no hay problemas de peso ni de un requerimiento energético superior, "no pasa nada por mezclar las grasas saludables en una misma ingesta, pero el problema, en este caso, no está tanto en mezclarlas sino en el equilibrio con el resto del menú diario", afirma Fontán. Es decir, aunque este tipo de grasas sean buenas no debemos olvidarnos de los demás nutrientes de los otros grupos de alimentos: frutas, verduras, pescados, legumbres, huevos, etc. Nuestra dieta ha de ser o estar equilibrada en todos y cada y uno de los grupos de alimentos.

Beneficios para el corazón

Las grasas buenas son beneficiosas especialmente para nuestra salud cardiovascular. Pero para ello, para que realmente sean beneficiosas, "hay que tomarlas de forma regular, de manera continuada en nuestra dieta. Lo importante es que sea un hábito. De nada nos vale atiborrarnos un día o tres días por semana a grasas saludables. Es mejor hacerlo poco a poco, todos los días y durante toda la vida. Lo importante es crear una rutina", asegura Fontán.

De este modo, recomienda que lo ideal sería que haya presencia de grasas saludables en cada comida. Por ejemplo, en el desayuno, una pieza de aguacate, en la comida, si no nos toca pescado azul, podemos echar unas semillas a la ensalada o al segundo plato, aderezar la merienda con unas nueces, etc. En el caso de estar a dieta, únicamente, debemos controlar las cantidades. Por ejemplo, tomar medio aguacate en vez de uno entero. Hacer caso a las indicaciones en este caso del profesional que nos haya pautado la dieta.

Otra cosa diferente es que un día vayamos de brunch o de comida o cena y nos apetezca tomar una tostada de aguacate con salmón, semillas, etc. No pasaría nada. Al fin y al cabo, son grasas saludables. "No por atiborrarnos un día, se trata de algo puntual y ocasional. La clave de todo es el equilibrio, el total de nuestra alimentación", finaliza Fontán.