Mayorga es una localidad vallisoletana que se localiza al noroeste de la provincia de Valladolid. En el límite con la provincia de León y dentro de la Comarca de Tierra de Campos, en la margen izquierda del río Cea. Cuenta, en la actualidad y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con una población de 1.418 habitantes.
Es un enclave que cuenta con una dilatada historia. Se cuenta que fue enclave habitado ya en época prehistórica. Algunos investigadores la identifican con la ciudad vaccea de Meóriga. Fue aumentando su importancia a lo largo de los siglos X al XII debido a su situación fronteriza entre los reinos de Castilla y de León y contó con una importante judería. Tal es el caso que llegó a ser conocida como el “Castro de los Judíos”.
Allí abrió sus puertas, hace 68 años, el Bar Minos que aún sigue abierto y dispensando un servicio que resulta indispensable para cualquier pueblo como es el hecho de contar con un espacio donde socializar, distraerse, echar la partida y disfrutar de buenos momentos rodeados de vecinos o los turistas que llegan al lugar.
Juan Antonio cogió el testigo de su padre Minos, de ahí el nombre, hace unos años y junto a Eva, su mujer, sacan el negocio adelante, día a día, ofreciendo a sus clientes el mejor de los servicios.
Minos abre el bar que lleva el mismo nombre
“Mi padre, Máximo pero conocido como Minos, fue el fundador y el que abrió el Bar Minos. Lo hizo hace 68 años. Cuando él se jubiló, cojo yo las riendas y ahí seguimos trabajando, hasta día de hoy, para ofrecer lo mejor a los clientes. Llevo el negocio junto a mi mujer Eva, que es un pilar indispensable para que esto siga funcionando”, asegura Juan Antonio, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León.
Nuestro entrevistado es, por tanto, la segunda generación del negocio. Cuando conoció a Eva y, antes de casarse, ya estaba al mando de un negocio que se ubica en la calle Costanilla que sale de la Plaza de España de Mayorga, donde se sitúa la Casa Consistorial, en el centro del pueblo.
Toño, como se le conocer en la localidad a nuestro protagonista, ha pasado toda su vida en Mayorga, viendo trabajar mucho a sus padres en el bar, en años en los que no existían cámaras frigoríficas.
“Las bebidas se enfriaban con barras de hielo que se metían en arcones de zinc. Mi madre preparaba el pulpo que era famoso en el bar y colgaba jamones y cecinas”, asegura el hostelero volviendo la mirada al pasado.
Un buen vermú
Toño lleva desde el año 1990 al frente del negocio. Se casó con Eva en 1994, que fue cuando ella se trasladó hasta el municipio vallisoletano, ya que trabajaba en la capital. Desde entonces apoya en todo lo que puede para que, cada día, el negocio suba la persiana en este complicado mundo hostelero.
“Estamos en el centro del pueblo y nuestro local cuenta con unos 65 metros cuadrados. Cuenta con una zona de butacones para poder ver la televisión y otra con mesas y barra. Además, en verano contamos con una terraza en la calle”, asegura la pareja.
Cuentan, como nos confiesan, con “una clientela variada y fija” al que les ofrece “los mejores cafés de mañana y el mejor vermú”, todo ello aderezado con la mejor compañía y servicio.
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