De herraderos y almuerzos por el Páramo de la Parrilla

Día de fiesta, bullicio y amistad en la pequeña finca ganadera del abogado y crítico taurino César Mata quien -en 2006- por amor a la naturaleza y su afición taurina, adquirió una punta de vacas al ganadero y veterinario salmantino Julián Escudero (Ganadería Escudero de Cortos) con procedencia Domecq, vía El Torreón y Algarra.

Precisamente, en la operación de herrado ha intervenido “dando fe”, el citado veterinario y ganadero Julián Escudero, en representación de la asociación a la que pertenece Toros de Tierz.

Posteriormente incrementaría el número de animales con otras dos compras del mismo encaste. En la actualidad, tras más de tres lustros de criador de bravo, dispone de dos sementales propios.

Y aquí sigue, modestamente, tras diecisiete años en la Asociación de Ganaderías de Lidia, mostrando su afición y generosidad a sus amigos que, cada año los convoca, fundamentalmente, para vivir una mañana de asueto, (la de hoy con intervalos de sol y lluvia), disfrutar del campo (que está esplendoroso) y de una de las faenas más importantes de una ganadería de bravo como es el herradero.

En los muecos se marca al ganado de por vida. En la mañana de ayer se herraron un total de 28 animales entre machos y hembras; las parideras suelen dar el 50% (Mata mantiene casi medio centenar de vacas de vientre). Los animales herrados mostraban lustre, a pesar del día lluvioso y mantener aún el pelo de invierno. Predominan los de color negro, colorado y algún castaño.

No faltó, como es habitual en estas mañanas camperas, una buena brasa donde se preparó delicioso género matancero y variada bebida.

César Mata convive entre togas, crítica taurina y sus animales, aunque esta pasión es por puro romanticismo. Ya ha tenido grandes satisfacciones en el mundo del bravo como el debut en el coso del Paseo de Zorrilla, en 2009, en una final de las novilladas de promoción que ahora tanto se añoran.

También puede vanagloriarse de haber indultado un eral en Simancas en 2015. Fue con ocasión de un festival benéfico, en el que el matador de toros salmantino Javier Castaño le perdonó la vida a un magnífico eral que, el ganadero “echó” a las vacas de inmediato como semental.

Tras el herradero, Mata soltó en la coqueta placita de tientas unas vacas para que fueran toreadas por el  matador de toros cuellarano Javier Herrero, y los novilleros pucelanos Ricardo Mandonado y José Manuel Serrano, quien por cierto este último se ha retirado del toreo tras emitir una nota de despedida en sus redes sociales. También intervino en el tentadero el joven aficionado de 14 años Diego Ortega, alumno de la escuela taurina de Rioseco. 

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