Pepa Bueno: "Las elecciones no se ganan metiendo mano en los medios"
Pepa Bueno es una novata en esto de conversar. La periodista lleva dos semanas sentándose en el chester de Cuatro y ya ha dejado su propia marca en el famoso sofá. Más de periodista que de conversadora en algunas ocasiones, Bueno admite que le cuesta dejar a un lado la profesión que lleva ejerciendo tantos años en diferentes medios.
Llegó al programa y se sentó al frente de Viajando con chester con el gran peso de tener que sustituir a Risto Mejide. Bueno, sin embargo, ha intentado fijarse en el publicista en algo: crearse su propia marca. Chirríe más o menos, la periodista tiene un estilo completamente distinto. Ahora sólo le queda fraguarse un futuro. El programa marcó el domingo mínimo, algo que preocupa a la conductora del formato.
Esta domingo se sienta con Fernando Tejero, un nombre de la casa gracias a su papel en La que se avecina, y con el también actor Pablo Pineda. Un domingo más hablará, preguntará y responderá, algo que le sigue sorprendiendo. En conversación con Bluper, le ha tocado contestar.
Fernando y Pablo. Pablo y Fernando. ¿Qué nos vamos a encontrar este domingo?
Son dos actores completamente diferentes. Fernando Tejero es un actor que ha dedicado toda su vida a la interpretación. Que le costó mucho hacerlo y que ha triunfado de una manera absoluta. Es un ser humano muy poliédrico, lleno de muchos matices y una enorme generosidad. Es la sensación que tuve en esa conversación. Es un apasionado del mundo del teatro y el mundo del cine. Me sorprendió el grado de confidencialidad al que llegamos en el chester porque nos hace una confesión personal que yo agradezco enormemente porque yo soy muy pudorosa. Quería aclarar algunas cosas personales que dijo con un enorme respeto.
Pablo Pineda es un actor que ganó la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián. Pero es un hombre tan valiente. Tiene síndrome de Down y te olvidas a los dos segundos porque tiene una mirada sorprendentemente lúcida sobre la actualidad. Está muy bien informado, pero también es tan divertido hablar con él. Son dos conversaciones emocionantes y emocionantes de verdad.
¿Conversar y no entrevistar es lo que peor se te ha dado del programa?
Eso de que me pregunten a mí, sí. En una conversación la información fluye en doble sentido. En una entrevista, sólo en uno. No es lo que más me ha costado, es lo que más me ha sorprendido. Es el chip que te tienes que cambiar. Tienes que intentar también que el relax al que te lleva esa conversación no te haga olvidarte de que quieres que el otro cuente cosas.
¿Es imposible para una periodista desconectar de su profesión?
Yo creo que es imposible, sobre todo cuando te planteas una entrevista como la de Felipe González, que puedes hablar de mil cosas con él. Yo tenía en la cabeza varias líneas para la conversación. Cuando me dice que viene dispuesto a contar cosas que nunca ha contado, pues ahí sale la periodista. Me instalo, pongo la tienda de campaña y no me muevo. Lo mejor que tiene una conversación y una entrevista es que te cuenten cosas que nunca han contado.
¿Prefieres tener delante a un político o a alguien del mundo del espectáculo?
A mí me encanta el mundo del espectáculo, con los políticos ya estoy muy acostumbrada. Es verdad que es otro registro totalmente diferente. El mundo del espectáculo, el del teatro o el de la ciencia a mí me interesa mucho. Cuando te pones a hablar con alguien que tiene tanta carrera y tanta carrera hecha para mí es muy estimulante. No sabría decir con quién estoy más o menos cómodo, simplemente es diferente.
¿Te negarías a entrevistar a alguien?
Todo el mundo tiene una historia. Incluso la gente que más ha contado de su vida privada seguro que tiene una historia que no ha trascendido todavía. El objetivo y el interés de este programa es rascar detrás del personaje público, rascar detrás de esa careta que todos los que estamos expuestos nos ponemos. No hay nadie a priori a quien no me interesaría entrevistar o con quien no conversar. No me gustaría que nadie utilizara la entrevista para hacer apología de un delito, eso por supuesto. Es de cajón.
¿Y aceptarías entrevistar a alguien del mundo del corazón?
Naturalmente. La clave sería el registro por donde circula la conversación.
¿Qué te hace pisar de nuevo la tele?
Un tiempo nuevo fue una colaboración muy concreta, esto es otra cosa. Esto es un programa. Yo soy una periodista multimedia, siempre me ha gustado probarme en diferentes registros y en diferentes medios. Cuando estaba en TVE escribía en El Periódico de Cataluña. He estado dos años muy concentrada en la radio y Hoy por Hoy es un programa de una enorme envergadura y yo quería estar las dos primeras temporadas muy centrada tomándole la temperatura al programa y fusionando al equipo.
Esta tercera temporada estoy mucho más relajada y he vuelto al origen, a hacer más de una cosa a la vez. Hoy por hoy exige tanto de uno que intento dosificar mis energías para que uno no le reste al otro.
En lo que no creo es en coger atajos para conseguir audiencias
¿Eres de las que se obsesiona por las audiencias?
Claro que me importa, y mucho, la audiencia. Todos hacemos un programa de televisión para que nos vean. Sería de locos estar haciendo radio o televisión sin mirar la repercusión que tienes cada día. Me importan mucho. En lo que no creo es en coger atajos para conseguir audiencias. Nunca he creído y sigo sin creer. Eso no cambia ni cambiará. Pero estar pendiente de ellas, naturalmente que sí.
¿Les las críticas, las positivas y las negativas?
Yo las leo, las leo todas. Eso nos va en el sueldo. Las que me ponen bien son un zumo de naranja maravilloso y las que me ponen mal pues son un café amargo. Pero el menú de la vida tiene de todo.
Tu llegada su puso un gran revuelo de Cadena Ser. Se habló incluso de una posible salida. ¿Cómo te sentaron todas estas informaciones?
Yo procuro protegerme mucho porque lamento muchísimo los rumores y menos cuando los protagonistas de la noticia están a tiro de una llamada y se puede confirmar. Lamento profundamente la mala práctica profesional que consiste en difundir rumores no contrastados. Pero sin dramatizar. En todas las profesiones hay buenas y malas prácticas y la nuestra no se salva.
¿Prometes que te escucharemos en ‘Hoy por hoy’ la próxima temporada?
Sí, claro, me escucharás la temporada que viene en Hoy por hoy. Claro.
¿Qué le preguntarías a Pepa Bueno si se sentase en el chester contigo?
Que de dónde saca el tiempo. (Risas) Yo nunca estoy off, sería la respuesta. Procuro ser organizada. El día da para mucho. Procuro tener todos los momentos del día muy bien ordenaditos.
¿Y a Risto Mejide?
¡No! Yo le pediría que me hiciera una pregunta. Le pediría que me contara su experiencia en Viajando con chester. No nos conocemos personalmente. El día que nos encontremos tendremos mucho que contarnos, sin ninguna duda.
¿Es ‘Viajando con chester’ el sueño de cualquier profesional o tiene por ahí algún deseo profesional sin cumplir?
Yo estoy muy mal dotada para la nostalgia y hago pocos proyectos de futuro. Vivo el presente con tal intensidad. Viajando con chester es, en el panorama de la televisión actual, un bombón. Un prime time con dos conversación tranquilas, con una edición cuidadísima, es un bombón para cualquier prfesional. Estoy tan feliz y me siento tan privilegiada de hacer Hoy por hoy, que era uno de los sueños de mi vida, y que sea compatible con este programa de televisión. Como para tener sueños de futuro.
Se acaba de abrir un concurso para abrir seis nuevos canales de la TDT. Estamos en año electoral ¿Esto limita la libertad de los medios de comunicación?
No sé qué hay detrás de todo esto. Lo que es seguro es que está demostrado a lo largo de la historia que las elecciones no se ganan o se pierden metiendo mano en los medios de comunicación. Está tan demostrado eso que si hay alguien que lo sigue pensando no tiene ni idea de la desconexión con la realidad que tiene.
¿Pero crees que se esconde esa intención de meter mano?
Si alguien alberga esa intención que revise la historia reciente de España y comprobará que es un error.
Jesús Cintora acaba de salir de Cuatro por, según explican, haber introducido demasiado su opinión personal en la actualidad. ¿Un periodista debe dejar que se note su opinión?
Un periodista es un profesional que aplica un método profesional a una entrevista o a una noticia. Es alguien a quien no se le puede amputar una parte de su cerebro y que tiene una mirada sobre la vida y sobre las cosas. Hablo en general, no de Jesús Cintora o de alguien en concreto. Los periodistas no nos podemos amputar esa parte de nuestro cerebro que piensa. Tenemos una mirada sobre la vida. En general, esta profesión trata de hacerlo con la mejor profesionalidad posible.
Pablo Iglesias se volverá a sentar en el chester. ¿Qué es lo primero que se te pasa por la cabeza para preguntarle?
Es una conversación que parte mucho del propio sofá. Pero creo que hay una pregunta evidente para Podemos ahora, si cree que el crecimiento que está sufriendo Ciudadanos está frenando sus expectativas.
¿Ser Pepa Bueno abre muchas puertas de cara a nuevos invitados o también las cierra?
Supongo que habrá gente que al ser Pepa Bueno tenga más interés en venir y habrá gente que tenga menos. Eso hay que preguntárselo a Óscar Conejo, el director, que es el que estará notando las diferencias. En un programa donde hay dos personas y una es fija es normal que genere fobias y filias. Pero no me preocupa.
¿Qué aportará ‘Viajando con chester’ a la carrera de Pepa Bueno?
Ya está aportando. Me está obligando a cambiar el chip de la entrevistadora a la conversadora, acercarme al mundo de la cultura o de la ciencia, y probarme en un prime time de televisión que no tiene nada que ver con un telediario, que es lo que yo había hecho. Enriquece mucho mi carrera profesional y me hace crecer como persona.