Después de meses mareando a la audiencia, RTVE confirmaba el pasado lunes lo que se venía rumoreando desde que la cadena anunciara el pasado abril que produciría una nueva edición de Operación Triunfo: nuestro representante en el Festival de Eurovisión 2018 saldrá del concurso musical. Una decisión que, de ser bien administrada, puede traer consigo más pros que contras.
En primer lugar, teniendo en cuenta el fenómeno que se ha generado en torno al concurso, la cadena tiene la oportunidad de volver a conectar con un tipo de público que ha perdido durante los últimos años, sobre todo aquellos jóvenes que lo ven como un festival trasnochado. Es algo así cómo ocurrió con Rosa López en 2002, cuando el festival sumó nuevos ‘eurofans’.
Gracias al fenómeno Rosa López se crearon nuevos 'eurofans' en 2002
Sin ir más lejos, los propios concursantes de esta edición mostraron caras de estupefacción cuando recibieron la noticia de que uno de ellos sería nuestro representante en Eurovisión. No fue hasta el día siguiente cuando Pastora Soler les explicó lo que realmente significa participar en un certamen así, cuando entendieron la gran oportunidad que tienen ante ellos.
También es una buena oportunidad de recuperar la confianza de aquella audiencia que desconectó del festival después de la polémica selección de Manel Navarro el pasado año, lo que hizo que la final cayera hasta su peor dato desde 2007 con un 27,2% de cuota de pantalla y 3.918.000 espectadores.
Este año, gracias a las notables audiencias de Operación Triunfo, RTVE no sólo se asegura unos buenos datos para sus galas de preselección sino que también se asegura la expectación de cara a la final de Eurovisión.
El segundo pro y, quizá el más importante, es el poder atraer a compositores de prestigio que quieran componer un tema para Eurovisión. De momento, cantantes como Zahara, Barei o Virginia Maestro han mostrado su interés en componer para los elegidos.
En este sentido hay que recordar que durante las tres primeras ediciones de Operación Triunfo, en las que el concurso fue el método de selección de Eurovisión, participaron compositores como David De María, Andermay, José Abraham, Jordi Cubino o Kike Santander.
De esta forma puede ir creándose en nuestro país la base para que, una vez recuperada la confianza en RTVE, cantantes y compositores accedan a participar en el tan ansiado y solicitado proceso de selección al estilo de los que se llevan a cabo en Suecia, Noruega o Dinamarca.
Los contras
No obstante, esta nueva improvisación por parte de RTVE, llevará a que nos encontremos con un representante que sólo tendrá un par de meses para preparar su puesta en escena en Portugal, cuando hay países que ya trabajan en ello desde septiembre.
Pero, además, la idea de elegir a un cantante por un lado y la canción por otro, puede llevar a mezclas un tanto antinaturales o poco sólidas. En este caso hay que recordar que, aunque Rosa, Beth y Ramón obtuvieron buenos puestos en el certamen, ninguno de ellos empastaba muy bien con la canción que le había tocado defender.
De hecho, Beth ha renegado durante años de Dime, el tema compuesto por el grupo Andermay que le tocó defender en Riga en 2003. “Qué recuerdos nuestra experiencia juntos en Eurovisión... Aunque no fuera tu estilo, sé que defendiste nuestra canción”, escribía en Twitter hace unos días Ander Pérez, coautor de ‘Dime’ junto a Amaya Martínez.
Un mensaje al que Beth respondió agradeciendo la comprensión del compositor. “¡¡¡Super saludo Ander!!! Y gracias x tu comprensión siempre. No era mi estilo, cierto. Que era un temazo, cierto también”.