En época de Elecciones la tele se convierte en un auténtico recinto ferial. Cada cadena pone sus casetas, cada cual con los colores más atrayentes, unos ponen los tejeringos y otros el chocolate con churros y todos a la de tres consiguen que los políticos por un rato se quiten la corbata, cambien la camisa por el polo o aflojen la goma de la coleta.
Unos cantando nanas a Teresa Campos, otros jugando al futbolín en casa de Bertín Osborne y otros corriendo en cars con Pablo Motos o subiendo en globo con Jesús Calleja. Todo vale, y se agradece esos momentos de, si se me permite, humanidad.
A pesar de ello debemos reconocer que llevamos 40 años de democracia y todavía, televisivamente hablando, no nos hemos acostumbrado a los debates entre los grandes candidatos.
Nixon y Kennedy se vieron las caras en el primer debate televisado en 1960
A la hora de hablar de debates televisivos en la memoria de todos está el celebrado el 26 de septiembre de 1960. No fue aquí en España ya que el suceso tuvo lugar en los estudios de la cadena CBS en Chicago entre los dos candidatos a presidente de los Estados Unidos por el partido Demócrata y Republicano. Celebrado hace ahora 55 años, significó el primero televisado en la historia de Estados Unidos y aún hoy en día sigue siendo todo un ejemplo en cualquier campaña que se precie.
En aquel se jugaban la presidencia del país Nixon y Kennedy. El primero no quiso maquillarse, vistió un triste traje gris y perdió. JFK cuidó su imagen a conciencia, tomó el sol para lucir un moreno envidiable y ganó.
Felipe González y José María Aznar, 33 años después de Nixon y Kennedy
A la hora de poner un ejemplo de buen trabajo no es necesario cruzar el charco. Hace 22 años, Antena 3 consiguió un sobresaliente al ser la primera cadena española en retransmitir el primer cara a cara de nuestra joven democracia.
Con el auge de las privadas, en las elecciones de junio de 1993, Antena 3 y Telecinco lanzaron un órdago para ofrecer dos debates: el primero, el 24 de mayo en Antena 3; y una semana después, en Telecinco. El orden de emisión no fue del agrado de los responsables de la ahora cadena de Mediaset y por otra parte el comité de empresa de RTVE presentó una queja por dejar de lado a la cadena pública.
Así el primer debate tuvo lugar el 24 de mayo de 1993 y en él midieron sus fuerzas para convencer a los votantes Felipe González y José María Aznar con Manuel Campo Vidal como moderador. Los días previos al gran debate no se hablaba de otra cosa: de trajes, quién iba a empezar, dónde se colocarían, si iban a estar de pie o sentados (por problemas de altura de los candidatos), qué temas se tratarían...
Aznar y González negociaron desde la temperatura de plató hasta el tipo de planos
Tanto en el de ida como en el de vuelta las negociaciones se llevaron hasta el último momento y siempre con la espada de Damocles de que podría no celebrarse. Negociaron todo: que la temperatura estuviera a 22 grados para que Felipe González no sudara, que se hiciera de pie o sentados en una mesa como finalmente fue por la altura de José María Aznar, que solo hubiera planos generales para que no se viera cómo Aznar miraba a González... Todo tuvo incluso que firmarse ante notario.
Antes de iniciarse, Javier Arenas y Txiki Benegas como representantes del PP y el PSOE estuvieron negociando en los pasillos de Antena 3 los últimos detalles amenazando incluso con abandonar. Campo Vidal propuso finalmente una decisión que aceptaron las dos partes y pudieron salir al aire. Sin embargo, cuando el debate estaba a punto de acabar, José María Aznar volvió a sacar en su discurso final todo lo ocurrido. "El señor candidato del Partido Socialista ha exigido cerrar este programa, intervenir el último en este programa".
Los expertos concluyeron que Aznar fue el vencedor, y hubo muchos comentarios sobre por qué González no se lo preparó. Tiempo después se supo que el entonces Presidente sufrió el día anterior un accidente áereo.
Una semana más tarde, Telecinco organizó su propio debate con Luis Mariñas como moderador. Y en esa ocasión, González sí se lo preparó y logró ganarlo, consiguiendo un importante apoyo para la que sería su última reelección.