Crítica: ‘Locke & Key’, la tercera temporada es el mágico broche final que se merecía la serie
Netflix estrena hoy los últimos episodios de la serie de fantasía creada por Carlton Cuse y Meredith Averill basándose en los cómics de Joe Hill.
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El tintineo de las llaves mágicas vuelve a sonar y la familia Locke nos abre de nuevo las puertas de su casa, invitándonos a vivir una aventura más junto a ellos. Netflix estrena hoy la tercera y última temporada de Locke & Key, la serie creada por Carlton Cuse (Después del huracán) y Meredith Averill basándose en los cómics de Joe Hill -quien por cierto es hijo de Stephen King- y Gabriel Rodríguez.
Continuando la historia desde el mismo lugar en el que nos dejó el final de la segunda temporada, la serie vuelve a situar las piezas en el tablero y se prepara para la partida final, con un tanda de episodios más corta pero que tendrán la misma intensidad que recordábamos de las entregas anteriores.
Los hermanos Tyler (Connor Jessup), Kinsey (Emilia Jones) y Bode (Jackson Robert Scott), lucharon junto a su madre Nina (Darby Stanchfield) contra la demoníaca Dodge (Laysla de Oliveira) y gracias a las llaves mágicas, lograron derrotarla por fin. Sin embargo, no todo saldrá como esperaban y los nuevos episodios dejarán claro que el mayor enemigo de la magia es convertirse en adulto. De hecho, esto será lo que le ocurrirá a Tyler, que al cumplir los 18, acaba olvidándose de lo que es la magia.
Y este no será el único problema para la familia protagonista, que muy pronto descubrirán que les persigue el malvado Capitán Frederick Gideon (Kevin Durand), un soldado de la Guerra Revolucionaria Británica al que vimos ser poseído por un demonio en la segunda temporada.
Aunque el listón estaba muy alto, Gideon se convierte en el sucesor idóneo para Dodge y Kevin Durand recupera el odio que sentíamos por la villana anterior, logrando que obviemos que su plan para hacerse con las llaves es menos radical y más simple a través de su presencia en escena.
Por otro lado, también cabe destacar el regreso del reparto principal, que aunque ya no nos sorprenda -en el buen sentido-, continúa ganándose el cariño de los fans y despertando la misma ternura que en los primeros capítulos. Dos de los ejemplos claros serán Nina y Connor, a los que los actores encarrilan con mucha seguridad por un camino tan complejo como lo es aprender a vivir con la ausencia de un ser querido.
Siguiendo la misma estructura narrativa que ya hemos visto anteriormente, la ficción equilibra la acción y la emoción como mejor sabe, distrayéndose cuándo toca por los caminos más secundarios y aprovechando para dar respuesta a algunas preguntas que nos hicimos cuando los hermanos eran aún unos críos que se mudaban a una casa llena de misterios.
De hecho, es concretamente la humanidad de los personajes lo que engrandece a Locke & Key, porque es ese ingrediente el que termina de perfilar una historia de aventuras y batallas épicas llenas de magia, incorporando con un mensaje emotivo y realista que apela directamente al espectador, invitándole a acomodarse y sentirse como en casa.
En un primer momento, los creadores de la serie optaron por alejarse de los cómics y aunque la esencia siempre estuvo ahí, la adaptación se puso en marcha como un producto ciertamente independiente. No obstante, esta tercera y última dosis volverá al carril original e incluso nos sorprenderá con una secuencia en particular, sacada de uno de los tomos más queridos y que más emociona a los fans.
Es cierto que podría haber continuado sacándole partido a la saga escrita por Joe Hill y Gabriel Rodríguez, pero se agradece que Cuse y Averill nos hayan regalado el final que se merece Locke & Key, cerrando la gran casa KeyHouse con una llave mágica y sólida. Así, el relato de fantasía abre sus puertas por última vez y se despide como mejor lo ha hecho hasta ahora, rindiendo homenaje a sus raíces y tirando la casa por la ventana con los efectos especiales. No hay duda de que echaremos de menos a los hermanos Locke.
'Locke & Key' está disponible en Netflix.
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