Fotograma de El irlandés.

Fotograma de El irlandés.

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¿Qué narices tiene que hacer Netflix para que le den el Oscar a la Mejor película del año?

La maravillosa victoria de 'Parásitos' ha desviado la atención del ninguneo a 'El irlandés'.¿Hubiera ganado Bong Joon-ho si su filme fuera de Netflix?

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Antes de que comiencen los insultos lo quiero dejar muy claro: amo Parásitos. Es fácilmente comprobable, sólo hay que ver el top ten de las mejores películas del año, donde la coloqué en el número uno. Es cierto que era un empate virtual con El irlandés, de Martin Scorsese, pero creo que se merecía más el primer lugar la película de Bong Joon-ho, una obra maestra y uno de esos fenómenos sorprendentes que ocurren una vez cada muchos años.

No tengo ninguna queja sobre su victoria en los Oscar. Es más, juro que grité de alegría a las 5 de la mañana cuando la gala parecía que no daría ninguna sorpresa y que la notable pero académica 1917 iba a llevarse todos los premios importantes. Su victoria era histórica. Por primera vez el cine hablado en una lengua que no sea el inglés conseguía el premio más importante. Un logro que no habían conseguido hasta ahora Fellini, Bergman o Almodóvar. Ha tenido que llegar el director coreano con su brutal radiografía de la lucha de clases para que Hollywood derribara la barrera de los subtítulos.

Pero el estado de excitación que supuso la victoria de Bong Joon-jo ha tapado otro asunto que creo importante: la derrota sin paliativos de Netflix. Sus dos películas nominadas a Mejor filme del año podrían haber ganado de pleno derecho. Tanto El irlandés como Historia de un matrimonio son dos filmes absolutamente maravillosos. El primero se fue de vacío a pesar de sus 10 candidaturas. El segundo ganó sólo el de Mejor actriz secundaria.

Bong Joon-Ho con su manojo de Oscars.

Bong Joon-Ho con su manojo de Oscars. Reuters

El caso de El irlandés es especialmente extraño. Una película de Martin Scorsese, un director que ha hecho historia en el cine y que ha regresado con la cima de su carrera, una obra maestra que no se ha llevado nada, es más, ha tenido que ver cómo hasta Jojo Rabbit le robara el premio al Mejor guion adaptado. Y entonces es cuándo me pregunto, ¿habría ganado el Oscar Parásitos si hubiera sido de Netflix? La respuesta para mí está clara: no. Ni de broma. La Academia de Hollywood sólo mantiene un cordón sanitario, y es a Netflix.

En los últimos años ha ido derribando todas las normas que existían. Que si no te nominan a montaje no ganas, que sin ganar el sindicato de productores es imposible, que sin estar nominado a director es imposible… así hasta que este año han tirado la última, la del cine extranjero y con subtítulos. Era una de las más complicadas, nadie lo había hecho. Pues bien, esta barrera se ha venido abajo antes de que una plataforma como Netflix gane el premio gordo. Estoy seguro que si Parásitos fuera de Netflix la victoria hubiera ido a parar a 1917. Les hubiera dado igual que fuera la mejor del año, Netflix es el enemigo, y mientras no acepte las normas de distribución actuales (y anquilosadas) no lo logrará.

Parásitos, la gran vencedora de los Oscar.

Parásitos, la gran vencedora de los Oscar.

El irlandés es una película que en otras condiciones hubiera arrasado (o al menos hubiera luchado hasta el final y dado guerra). Si esta producción hubiera sido de una productora tradicional y hubiera estado en salas varios meses antes de llegar al ‘dichoso’ internet hubiera sido la favorita. En cambio no ha ganado ni el de actor secundario, un premio que debería haberse llevado Joe Pesci de calle. Al menos este año tenían una batería de películas maravillosas para premiar. Parásitos es una obra maestra, y hasta 1917 hubiera sido una digna ganadora. Así no tenían que posicionarse en la guerra entre cines y Netflix.

Estamos tan contentos que se nos olvida que de alguna forma sí que lo están haciendo. Porque si bien este año ha ganado la mejor, el año pasado se premió a una película mediocre como Green Book para no tener que darle el premio a Roma, que había arrasado en todos los sitios, pero que para Hollywood era demasiado: en blanco y negro, hablada en español, con dialectos mexicanos… y de Netflix. No nos engañemos, para ellos son el enemigo, y ni comprando cines les van a hacer cambiar de opinión. Ya puede ser buena la nueva película de David Fincher si es que quiere tener la más mínima oportunidad de ganar un premio que se le escapa, pero de momento la única pregunta que me hago y que no tiene respuesta es: ¿qué narices tiene que hacer Netflix para ganar el Oscar a la Mejor película?