
María del Monte en ‘El Hormiguero’.
María del Monte relata sus experiencias más paranormales en ‘El Hormiguero’: “He sentido muchas cosas, he olido a gente”
La cantante no evitó hablar de la "cobra" que hizo a su mujer el día de Andalucía: "Nos hemos reído lo más grande"
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Bailando sevillanas. Así arrancó la participación de María del Monte este miércoles en El Hormiguero, programa al que acudía como invitada, y nada más salir al plató, la cantante se puso a bailar junto a Pablo Motos su famoso hit Cántame.
Tras bromear conque María dejaría el móvil cerca por si le llaman del propio programa para ganar 6.000 euros, la conversación comenzó con la Medalla de Andalucía que recibió el pasado 28 de febrero. “Para mí es superimportante, soy una andaluza de los pies a la cabeza”, aseguraba la colaboradora de Y ahora Sonsoles, que si bien es sevillana, quiso reconocer que “amo a Andalucía entera” y que no entiende “los celos entre provincias, que los hay”.
María aseguró que es una medalla “con la que todo andaluz sueña y fue un sueño cumplido”. El día que se la entregaron no pudo evitar acordarse de su madre. Para la invitada fue muy difícil el no decir antes de que se anunciase que ganaba la medalla. “No puedo tenerme las cosas muy calladas”, reconocía. Eso sí, consiguió no soltar prenda, ni siquiera con su familia, porque “si quieres que algo no se sepa, lo que hay que hacer es no decirlo”.
Pablo Motos no pudo evitar preguntar a María del Monte por la “cobra” que hizo a su mujer el día que recibió la medalla. “Hay quien ya te llama María del Corte”, le aseguraba con humor el presentador, que añadió: “No eres cariñosa en público”.
“Vámonos a ver, Pablete. Tanto ella como yo nos hemos reído lo más grande. No le doy más importancia de la que tiene”, aseguraba la artista. Para ella no tiene “nada que ver” que la suya sea una relación homosexual o heterosexual, y le preguntó a Pablo si él se da besos en público son su esposa. Él respondió que sí. “¿Y con las cámaras?”, lanzaba entonces María. “No”, aseguraba el presentador. “¿Y qué hay ahí?”, insistía María, justificando así su actitud.
Para María, en la actualidad “no existe el acierto”. Y es que en la era de las redes sociales “hagas lo que hagas nunca aciertas, si lo haces porque lo haces, si no lo haces porque no lo haces. Yo ejerzo mi derecho de hacer lo que me da la gana sin hacer daño a nadie”.
Cambiando de tema, Pablo Motos puso sobre la mesa cómo María del Monte que “crees mucho en las energías”, y que a veces entra a una habitación de hotel y la rechaza. “Ahora sí tenéis que cambiar de cadena si queréis. Si tienen alta sensibilidad, no”, aseguraba María.
“Yo no duermo sola, no porque me dé miedo, ni me pasara lo que me pasó. Me ocurren cosas que si tú estás conmigo y me dices: ‘has visto eso’ sé que no estoy loca”, exponía María, de manera un tanto crítpica. “Necesito, si hay una cosita extraña en un sitio, que alguien lo vea, porque si no puedo pensar que estoy loca”, aclaraba justo después.
Pablo le dijo si estaba hablando de espíritus. “Yo he tenido mis cositas. He sentido muchas cosas, he olido a mucha gente. Y las personas que lo hagan notado o sentido entenderán lo que estoy diciendo”, narraba muy seria.
En ese sentido, habló de habitaciones de hotel con puertas que se abren o se cierran. O de cómo rechazó una habitación de hotel en la que luego durmió gente de su equipo y el jacuzzi se llenó solo, y la habitación estaba iluminada sin que nadie estuviese dentro. “No pegamos un ojo”, aseguraba sobre esta última experiencia.
Además, María afirmó que se funden las bombillas en su presencia. “Puede ser cuando estoy cabreada, o cuando estoy bajita. Más flojita, con menos energía. Pero me pasa también con las pilas de un micrófono, y me las han tenido que cambiar a la media hora, porque me las he comido”. En ese sentido, relató una vez que se fundieron todas las bombillas de un sillón de maquillaje.
Además, la artista explicó cómo le apasionan las piedras. “Creo que tienen una energía preciosa. También las pueden tener mala. Cuando me regalan piedras lo primero que hago es prepararlas, lavarlas con agua y con sal, y dejarlas a la luna y al sol”. Y mostró a cámara un cuarzo blanco que llevaba en una pulsera, y detalló que también lleva encima una turmalina negra, que absorbe malas energías.