El Desafío suele arrancar sus emisiones con una prueba en alturas, y en esta ocasión, el primer reto al que debían enfrentarse los famosos concursantes era la del puente. Deben memorizar en 40 segundos qué peldaños de dos puentes son los seguros y cuáles ceden al posarse encima de ellos; algo que puede recordar a muchos espectadores a El juego del calamar. Ante este reto se medirían Chenoa y Pablo Castellanos, que intentarían lograr una mejor marca que la de su compañero.
Como ya sabíamos de otras entregas, para Chenoa era una prueba especialmente delicada; tiene miedo a las alturas, y unas semanas atrás, llegó a abandonar el reto del circuito en segway sin ni siquiera haberlo comenzado.
“Sigo sin controlar muy bien, ya la subida escalera para mí es un reto de por sí. Lo voy a intentar y le voy a echar ganas”, advertía antes del inicio de la prueba. Juan del Val, miembro del jurado, pedía la palabra. “Estamos en la sexta gala. Para que la competición tenga un poco más de alegría, el que pierda por tiempo tiene mi 1. Hacedlo bien, y hacedlo deprisa”, proponía el escritor.
El primero en enfrentarse a la prueba fue Pablo Castellano, quien falló ya en el primer peldaño. El abogado lamentó que en los ensayos ellos hiciesen el reto con colores, verde como pisada buena y rojo como mala. Sin embargo, en el programa, tienen escrito si el peldaño es seguro o no, y esto le desconcertó.
Después le tocó el turno a Chenoa, quien admitía tener miedo antes de enfrentarse a la pasarela de 15 metros, la cual está elevada a 5 metros sobre el suelo. Tras memorizar dónde pisar, Chenoa se atrevía y se lanzaba al primer peldaño, que resistía. Y luego otro, y otro más. Llegó a quedarse en la octava casilla, a solo tres del final del recorrido, y lo recorrió en un minuto y ocho segundos.
Aunque no superó la prueba, para ella era todo un hito ya haber conseguido salir desde el principio, y más, llegar lo lejos que llegó. “No he llorado, joder, no he llorado”, decía con ilusión Chenoa, una vez ya había descendido al suelo. “No podríamos decir que ha ganado el Chenoa, porque no ha llegado al final, pero ha ganado una cosa, y es que ya no tienes vértigo de repente”, le valoraba Pilar Rubio. “Reconozco que para mí ha sido un paso muy muy grande”, admitía la cantante.