Una semana más, El Desafío arrancaba este viernes enfrentando a dos de sus participantes a una prueba de altura. Los elegidos, que debían intentar conseguir una menor marca que su compañero, fueron Pablo Castellanos y Chenoa. En concreto, debían subirse a un segway, y recorrer en altura, de hasta cinco metros, un camino de 15 metros de largo, haciendo ida y vuelta. A lo largo del mismo hay diferentes obstáculos y niveles. Si se caían en el primer tramo, el programa les permitía una segunda oportunidad de enfrentarse a la prueba.
En los ensayos, Chenoa ya dejó muy claro que para ella iba a ser un reto especialmente complicado, pues le tiene miedo a las alturas. “Me caí una vez en bicicleta”, le explicaba al coach, que le aseguraba que eso no tenía nada que ver. “Me encanta, porque El Desafío va a ser contar todos mis traumas infantiles, los cuales me provocaron un miedo y un trauma de subirme a todo”, reconocía la presentadora de Operación Triunfo. Pablo, por su parte, aseguraba que su único contacto con un segway fue durante una despedida de soltero, en la que no paraban de irse de adelante hacia atrás.
La cantante derrochaba sinceridad al contar cómo lo pasaba de mal. “Cuando he subido ya es parálisis total. Estoy mirando para abajo y me estoy mareando. Voy a vomitar”, lamentaba. “Me ha entrado dolor de cabeza, es vértigo, no, no puedo, no lo veo”, diría también en los ensayos.
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“Llevo días durmiendo con mi amiga la fobia”, le reconocería a Roberto Leal, ya en el plató. “Lo tengo de siempre, e incluso volar en avión conlleva un problema, me da taquicardia, se me saca la boca, ya la tengo seca”, explicaba Chenoa sobre cómo se encontraba.
Pablo Castellanos fue el primero en enfrentarse al desafío, y logró hacer el trayecto de ida y vuelta en 2 minutos y 12 segundos. Y entonces llegó el turno de Chenoa, que seguía sin controlar sus demonios interiores. “Ya subir la escalera me conlleva medio mundo”, afirmaba, mientras subía, y Roberto Leal le invitaba a tomarse el tiempo que necesitase. Ya arriba, Chenoa rompió a llorar, y el público y sus compañeros le jaleaban ánimo. “Es fobia, es la altura, no puedo. Es que no me gusta ni caerme, es una cosa horrible, perdón por el tiempo”, se excusaba, consciente de que el ritmo del programa debería ser diferente. “Me mareo... Prefiero una apnea, lo digo en serio”, diría también, sin poder ocultar las lágrimas.
En el primer tramo, Chenoa se salió del camino y cayó. Y aunque tenía la opción de hacerlo de nuevo, tras mucho pensarlo, declinó la oferta. “No puedo, me supera, voy a desmayarme”, alertaba, con el llanto asomando a su rostro de forma constante.
Para el presentador, lo que se acababa de ver es “parte del ADN” del programa. A la hora de recibir la crítica de los jueces, todos alabaron su valentía, aunque Juan del Val destacó que con su miedo “también pones en valor lo que hace Pablo, que lo ha hecho de manera muy solvente y eficaz”. “No solo la altura, no tener los pies en el suelo es otra fobia más. No es una, suma una más, y me produce un absoluto bloqueo”, diría también Chenoa, sobre cómo la prueba le ha superado.