Este domingo 28 de enero, a las 21:25 horas, llega una nueva entrega de Lo de Évole. En esta ocasión, el periodista entrevistará a tres de los supervivientes del accidente del Vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya el viernes 13 de octubre de 1972 en la cordillera de los Andes y en el que fallecieron 29 personas. De actualidad por el éxito en la temporada de premios de La sociedad de la nieve de J.A. Bayona, el periodista ha querido ver cómo viven parte de las 16 personas que pudieron salir con vida del fatídico incidente.
Évole ha hablado con los Strauch, primos que sobrevivieron al accidente y que tuvieron que diseccionar los cadáveres para poder comérselos junto con los otros supervivientes. Fueron 72 días en los que los jóvenes que no habían perecido tuvieron que tomar la difícil decisión de comerse a sus compañeros fallecidos en el accidente. En ese tiempo, tuvieron que dividirse las funciones y la labor que tuvieron Fito, Daniel y Eduardo Strauch fue crucial para que el grupo pudiera seguir con vida.
Los tres primos recuerdan esos 72 días de horror en los Andes y de cómo fue su regreso a la civilización después del rescate. Entre los fragmentos que ha compartido el programa a modo de avance, puede escuchar la confesión de uno de ellos de cómo un padre de una de las víctimas le preguntó si habían devorado a su hijo. “A mí solamente un padre me vino a preguntar si podía ir a buscar a su hijo a la montaña”, recordó. “Él lo que me estaba preguntando es si a su hijo nos lo comimos o lo podía ir a buscar”, agregó, dejando sin palabras a Évole.
El periodista barcelonés ha viajado hasta Uruguay para encontrarse con los primos. Nominada a 13 Premios Goya y 2 Premios Oscar, La sociedad de la nieve ha vuelto a poner el foco en la historia de los 16 supervivientes del accidente aéreo del que sobrevivieron al recurrir al canibalismo. En el vuelo 571 viajaban a bordo 45 personas, la mayoría miembros de un equipo de rugby uruguayo que volaba a Santiago de Chile, donde iban a jugar un partido.
Sentados alrededor de una mesa, recuerdan ante Jordi Évole tanto el accidente como todo lo que vino después: cómo se organizaron y formaron lo que hoy siguen llamando ‘la sociedad de la nieve’ (la misma que da título a la cinta de Bayona), un vínculo entre todos ellos que los sigue uniendo, más allá de lazos familiares o de amistad.
En la conversación, revelan detalles que no habían contado antes y que eran desconocidos también por sus familiares. Cómo afrontaron el dilema de decidir entre comer la carne que tenían allí, la de los cuerpos de sus compañeros fallecidos, o morían todos. Y después de decidirlo, cómo repartían la comida. Qué sintieron y pensaron entonces, cómo mantuvieron la cordura y la cohesión del grupo, más cuando ellos mismos reconocen que su estado era “casi salvaje”.