No es fácil cerrar una serie y, mucho cuando lleva 22 años en antena. Los guionistas de Cuéntame cómo pasó están superando con nota el reto de despedir la longeva ficción de TVE con una de las temporadas más redondas que se recuerdan. Por el momento, la audiencia está acompañando a la producción de Ganga, que se despedirá para siempre -si no hay cambios de programación- el próximo 29 de noviembre.
Cuando se decidió acabar con Cuéntame, se optó por hacer una temporada más corta de lo habitual, compuesta por siete episodios y cada uno de ellos centrado en un personaje de la familia Alcántara. Después de que La 1 emita este miércoles el dedicado a Antonio, sólo quedarán los protagonizados por Herminia y Carlos, la gran 'traca' final donde los responsables han puesto toda la carne en el asador para dejar la serie en todo lo alto.
De los cuatro episodios que ya hemos visto, tenemos una cosa clara: Herminia es la gran protagonista de esta última temporada. Y lo es no sólo porque vaya a morir en 2001, año en el que se contextualiza el último episodio, el mismo en el que se produjo el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, y en el que se estrenó la serie.
También lo es porque el personaje que da vida María Galiana está teniendo unas escenas potentísimas, con un nivel de interpretación altísimo y en las que toca temas como la vida y la muerte. Y es que Herminia ha pasado de ser casi el último mono de la familia a decir verdades como puños.
Pero vayamos al principio. La temporada arrancó con la desgarradora secuencia de su entierro, al que acuden todos los miembros de los Alcántara que, por alguna razón (luego sabemos que se debe a la herencia) está más desunida que nunca. Una escena que ya forma parte de la historia de la televisión en nuestro país y que comienza a prepararnos para el triste desenlace.
En el segundo capítulo, Herminia no se corta en dar la cara por Mercedes cuando Inés no para de responsabilizar a sus padres por no haber tenido las mismas oportunidades que sus hermanos. "Eran otros tiempos. ¡Que no se podía estudiar, que no era lo normal!", dice desesperada su madre, a lo que Herminia replica como pocas veces (o ninguna) la hemos visto: "No, no era lo normal. Pero lo normal era una mierda. Estábamos criadas para tener hijos, para cuidar la casa y, en algunos casos, para trabajar en cosas de mujeres".
"Ellos podrían haberlo hecho de otra manera", responde entonces Inés, a lo que su abuela la deja callada totalmente: "Tienes razón. Tus padres deberían haberte dado la oportunidad de estudiar, pero ellos vinieron del pueblo como otras muchas gentes a buscarse un porvenir en Madrid. Eran unos ignorantes, que iban elloa a saber. Bastante hacían con sacaros a todos adelante. Pero tu madre tampoco estudió de joven. Y ya casada, con cuatro hijos y trabajando se sacó una carrera. Tú podrías haber hecho lo mismo".
En el cuarto capítulo, en el que se cuenta el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, Herminia protagoniza otra escena memorable con María que atraviesa por una crisis existencial al cuestionarse sus aptitudes como médico. El diálogo es precioso y, nuevamente, Herminia vuelve a dar una lección magistral sobre la vida y la muerte.
"A lo largo de tu carrera vas a ver a mucha gente morirse, incluida yo", le dice a María, que invita a su abuela a que no siga hablando de ello. "Claro que me voy a morir, y tú no vas a poder evitarlo. A mí me queda muy poquito, pero tú vas a salvar muchas vidas", sigue diciendo, a lo que su nieta pide a que deje el tema. "Pues te aguantas, porque la muerte es parte de la vida".
"¡Tienes que asimilarlo, te tienes ya que dar cuenta! No dándole vueltas a la cabeza. ¡Déjate de tonterías! Yo creo que ya tienes que madurar de una puñetera vez". "Te estoy echando la bronca porque ya estoy harta de que los nietos no nos den más que disgustos y sofocones", remata. "No has hecho nada malo. Tú eres médica y punto. ¡Estamos!".
Así pues, estos son dos buenos ejemplos de cómo la ficción nos va encaminando hacia su muerte. El equipo de guiones, coordinado por Jacobo Delgado, ha sabido dar en la tecla correcta para emocionarnos a todos. Honores para la abuela de España - es imposible no recordar y sentir a las nuestras cuando vemos a Herminia en pantalla- y para María Galiana, una mujer valiente y que siempre ha sido adelantada a su tiempo. Un pedazo de personaje a la altura de una grandísima actriz.