Aspiraba a convertirse en una de las concursantes estrella de GH VIP y estas casi dos semanas de encierro, lo ha demostrado con creces. Laura Bozzo, la popular presentadora peruana, todo un icono televisivo latinoamericano de los años 90 por talk shows como Laura en América, ya aspiraba a ser una de las protagonistas de este regreso del reality por excelencia. “España había sido mi espinita y yo siempre me dije que, algún momento, quería que mi carrera estuviera también acá”, expresaba la periodista y abogada.
Tras una experiencia inmersiva en la que parte de la prensa, entre la que estuvo incluida BLUPER, en la que pudo verse por dentro cómo era la renovada casa de Guadalix de la Sierra minutos antes de que entrasen los concursantes; pudo hablarse unos minutos con la popular comunicadora peruana, quien entraba al programa decidida a ser reconocida por una nueva generación de espectadores en España. “Inicialmente, pensé en no entrar, no era mi idea participar. Yo estaba haciendo mi programa, tenía que evaluar muchas cosas, analizar los pros y los contras”, contaba en esos minutos previos a entrar en el concurso de la vida en directo.
“Me dije: ‘A ver, Laura, ¿qué más puedes lograr en América? Eres la reina del show. El rating es impresionante, tienes todos los premios ganados. ¿Por qué no España?’ Siempre tuve esa cuenta pendiente. En 2007, estuve a punto de quedarme acá, pero al final terminé en México. Con mis cuatro abuelos de origen italiano, sentía que debía conquistar Europa de alguna manera. Así que me animé”, argumentaba.
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Tremendamente popular en Iberoamérica por sus diferentes talk shows (mítica ya esa frase de “¡que entre el desgraciado!” que hizo viral en España Crónicas marcianas cuando aún no existían las redes sociales), Bozzo cree que su entrada en la casa es también una oportunidad para ver su lado más comprometido socialmente. “Definitivamente no hay mucho público que me conozca a mí. Si conocen al ‘desgraciado’, si conocen todo eso, pero nadie conoce ni mi labor social ni las cosas que he hecho ni los cambios que hemos hecho en la vida de tantas miles de personas”, compartía.
"Si conocen al ‘desgraciado’, si conocen todo eso, pero nadie conoce ni mi labor social ni los cambios que hemos en tantas vidas"
Bozzo también remarca que sus controversias judiciales han sido magnificadas mediáticamente. “Lo que se habla es que si fui denunciada, arrestada. Pero yo reto a todos los periodistas a que me saquen una sola condena, porque en Perú me absolvieron. Es más, anularon mi juicio. En México, me pidieron perdón, incluso el mismo juez que había dictado la orden lo hizo. Lo que he aprendido en estos años, como doctora en Derecho y en Ciencias Políticas, es que puedo decir y afirmar que no hay justicia, lo que hay es el poder político de nuestros países, que manejan la justicia como quiere, como le da la gana”, manifestaba.
“Cuando surgió la orden de captura, yo me quise quedar en el Perú. Y todo el escándalo vino porque saqué a la luz a la hija que el expresidente Toledo no reconocía. Ahora él está preso por delitos de corrupción. Lo que quiero decir, es que cuanto tú tienes una forma de hablar, como la que tengo yo, en la que se habla de frente, se lucha y se discute, tiene sus consecuencias”, agregaba. “Si yo no hubiera sacado nada sobre Zaraí [hija del expresidente Toledo], probablemente sería multimillonaria en este momento y no estaría dónde he estado”, recalcaba.
Visibilizar a otro tipo de mujer
Bozzo entraba en la casa decidida a dar visibilidad a otro tipo de mujer, a una que demuestra que “a cualquier edad” puede cumplir sus sueños. “Fue otro de los motivos por los que acepté, quiero hacer ver que las mujeres, tengamos la edad que tengamos, podemos disfrutar de la vida, que no tenemos que estar encerradas. No sólo los hombres tienen el derecho a divertirse a cualquier edad, nosotras también”, manifestaba, agregando que también quería que su participación fuese “un homenaje a María Jiménez y a María Teresa Campos”.
“Fueron pioneras, referentes femeninos. Ambas sufrieron muchas cosas. Estoy segura de que María Teresa hubiera seguido trabajando de haber podido. Lo llevamos en la sangre. Yo, por ejemplo, me moriría si no trabajo, entraría en una depresión. Amo mi trabajo y creo que, de alguna manera, quiero demostrar [entrando en GH VIP] al mundo que las mujeres podemos hacer lo que quedamos”, expresaba firmemente.
"Quiero que la gente vea mi lado bueno, mi lado malo, mi lado ideal, mi lado horroroso. Quiero que me conozcan, en general"
Desde el primer momento, Bozzo dejaba claro que lo que se iba a ver en la casa no iba a estar preparado, sería ella en estado puro, tal y como le sucedió cuando participó en La casa de los famosos, la versión estadounidense en español de GH VIP. “Yo no entro ni con estrategia ni siquiera pienso en ganar el dinero, por no decir yo no pienso en ganar. Quiero que la gente vea mi lado bueno, mi lado malo, mi lado ideal, mi lado horroroso. Quiero que me conozcan, en general. Quiero mostrar que es normal tener un día malo, tener ansiedad”, compartía.
Y es que Bozzo mostraba estar muy concienciada en lo referente a la salud mental. “Tener depresión es algo serio, pero que debe visibilizarse. Estoy haciendo una lucha muy fuerte en América por visibilizar la salud mental. Aún en varios países latinos, la gente tiene prejuicios a la hora de ir al psicólogo o comentarlo abiertamente. Ha mejorado un poco la cosa, pero sigue estando mal visto socialmente, así como ir al psiquiatra. La lucha sigue, yo he estado diez años en terapia continua, debido a las historias que surgían en mi programa, las cosas horrendas que me ha tocado ver”, confesaba.
No sólo por los testimonios, muchos de ellos duros, que ha vivido en su programa, sino también por problemas propios. “Yo salí de un cáncer de mama, tuve un año el estómago abierto, tuve septicemia. Estuve a punto de morir. He pasado por muchas cosas. Pero ahora estoy aquí, en España, lista para empezar de nuevo. Yo no tengo límites, sólo los que mi cuerpo me permita hacer”, declaraba.
La autenticidad como única estrategia
Sobre el concurso, Bozzo comentaba que el proceso que ha vivido en su entrada en GH VIP no se diferencia mucho del que vivió en La casa de los famosos. “Allá tampoco conocía a nadie antes de entrar”, admitía. La comunicadora tenía claro que eso no le “preocupaba en absoluto”. También señaló que buscaría “acercarse la vibra de la energía positiva de la gente” y si sentía “mala energía”, la “eliminaría”. Dado que la dinámica del reality es estar encerrados, para Bozzo lidiar con esos momentos incómodos sería posible gracias a los metros cuadrados de la casa.
“Todos tenemos que convivir, pero cada uno tendrá su espacio, ¿no? No se trata de estar pegados a cada rato. También digo, no voy a hacer grupitos ni pienso hacer estrategias ni juegos sucios. A veces se gana y a veces se pierde, la vida es así”, comentaba. Aunque pudiera salir nominada por sus compañeros, Bozzo sabía que, realmente, quien decide si tiene que dejar la casa es el público.
"No voy a hacer grupitos ni pienso hacer estrategias ni juegos sucios"
“Hay una cosa que aprendí en estos 30 años en la televisión, conduciendo uno de los programas más exitosos en la historia de la televisión latinoamericana. Aprendí que al público no se le puede mentir. La audiencia te capta con tu lenguaje, tu manera de expresarte corporalmente, todo lo que expresas. Si alguno grita por el morbo, ¡vamos!, me va a conocer. No le tengo miedo a eso, tampoco a la desventaja de que sea una desconocida para parte de los televidentes. El público me conocerá tal cual soy”, aseguraba.
La presentadora se mostró muy decidida a ir a por todas en esta nueva aventura profesional. Ahora bien, era consciente que el mostrarse tal cual es un arma de doble filo. “Mi punto débil es que no soporto la discriminación, el maltrato, el machismo. Si yo veo, por ejemplo, que alguien en la casa está humillando a otra persona, me meto en medio, ¿sabes? Y lo hago puré. A mí, que me ataquen, que me digan momia vieja, lo que sea, me da igual, no me interesa. Pero si veo que alguien está ofendiendo a otra persona o le está haciendo sentir mal, me pongo como una fiera a defender. Soy abogada defensora, como me decía mi madre y el defender hace que pierdas también”, detallaba.
A pesar de verse también como un punto fuerte, Bozzo lo veía como un riesgo también. “Es mi punto flaco, porque al yo salir muchas veces en defender a alguien, puedo perjudicarme en beneficio de los demás”, expresaba. Eso sí, si algo tenía muy claro la conductora es que “nunca” va a victimizarse. “Hay gente que gana el premio porque empieza con el drama. Yo no me dedico a eso”, concretaba.
Y es que Bozzo puede mostrar en la casa también su faceta de comunicadora que escucha, como le sucede en sus programas, a los que van diferentes casos (varios de ellos de denuncia social). “Yo tengo una cosa. Gente que, incluso, no me conoce, me habla de lo que le pasa. Cuando he viajado sola, me ven y me conversan. Me dicen que tienen un problema, una depresión, que les pasa algo. Me pasó hace unos días, que descubrimos que dos jóvenes talentos habían sido abusadas sexualmente y que nunca se lo habían dicho a nadie. Me contaron su historia porque empatizo mucho”, confesaba.
Veteranía con espíritu joven
Aunque ya tenga 72 años, Bozzo tiene una habilidad innata para conectar con el público de las nuevas generaciones, algo que espera también suceda en España. “Mi mente está programada como si fuera a tener 30 años siempre. Me siento eternamente joven. No he sentido especialmente el paso de la edad, recientemente un poco porque me caí. Pero nunca me he sentido mayor, tengo espíritu jovial. Mi madre decía que tenía el síndrome de Peter Pan, pero siento eternamente niña. Tengo energía, salto, corro, hago deporte”, expresaba.
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Eso sí, Bozzo sabe que la posibilidad de estar tres meses encerrada conlleva sacrificios. “Me va a costar no estar con mi familia, mis hijas. La menor, Alejandra, es muy apegada a mí, es soltera. Eso sí que me puede matar, porque si hay algo que me yo amo en esta vida son mis hijas, mi nieto, mi familia. Yo he dedicado mi vida a ellos y creo que, por eso, me siento orgullosa de decir que, a pesar de toda la fama y todo el glamour que había alrededor de mí, nadie ha visto a alguna de mis hijas metidas en un escándalo. Las crie con valores”, compartía.
A pesar de ser un programa en el que los sentimientos se suelen magnificar, Bozzo tiene claro que no buscará el amor en GH VIP. “A estar altura de la vida, yo quiero un hombre con el que pueda sentir y mirar hacia arriba de forma similar, que sea culto, que tenga una edad parecida a la mía, que podamos compartir historias. Me fascinan mucho temas y busco a alguien similar en ese sentido”, expresaba. Sobre cómo funcionará en las labores de la casa. “Yo puedo escuchar, puedo conversar, llevar temas; pero no sé cocinar. Veré cómo hago las labores domésticas. Respecto a la comida, no soy de mucho comer, sólo pescado y clara de huevo. Así que creo que voy a adelgazar bastante”, manifestaba.
Sobre si tras su paso por la casa, se ve instalada en España con un programa, Bozzo no lo descarta. “¿Por qué no? El cielo es el límite y vale la pena soñar. Y a mí me gusta soñar. ¿Por qué no? ¡Quién sabe lo que Dios quiera! Soy una persona en alta estima. Siempre llevo mi virgen de Guadalupe y siempre digo que sea lo que Dios quiera”, compartía.