Desde este miércoles, Fernando Tejero cuenta con la tarjeta platino de El Hormiguero, pues se cumplía su décima visita. El actor acudía al programa de Antena 3 junto a José Manuel Poga para promocionar la película La fortaleza, que se estrena el próximo 23 de junio en cines.
José Manuel, que pidió que le llamasen Poga (“me dices José y pienso: es algo del banco”), contó que el largometraje va de herencias y de familia. El padre de cuatro hijos ha muerto, y todos los hermanos acuden al notario a ver “qué parte del pastel les ha dejado”, pero también para comprobar qué cariño o reconocimiento les tenía su progenitor. “Entre los hermanos hay una rivalidad enorme, es un desastre, y buscan qué trocito de cariño les ha dejado más allá del dinero y de la fortuna”, relataba Poga. Para conseguir la herencia tendrán que jugar a un macabro juego que les explica el notario, al cual interpreta Fernando Tejero.
Para el papel, Fernando Tejero aparece con una caracterización muy particular, y que él mismo propuso. “Cuando leí el personaje lo veía oscuro, qué pasa con este tío, qué mundo interior tiene. Y lo vi estancado en una época y dije vamos a hacer un homenaje a Chus Lampreave y vamos a ponernos unas gafas de culo de vaso”, contaba con cierto pudor. Esas gafas provocaban que no viese mucho, “solo bultos”, durante la filmación. “Me quito las gafas y eran como si me hubiera fumado 15 porros”, admitía.
El largometraje se grabó en un antiguo palacio de Badajoz que sirvió como hospital de tuberculosos, y los actores reconocían que había “energías extrañas”. “Presenciaba cositas”, aseguraba Poga, que mencionó una “habitación azul” por la que si pasabas “dabas un respingo”. “Daba miedo”, confirmaba Fernando Tejero.
Pablo Motos entonces preguntó a Fernando Tejero por un “sueño recurrente, en el que ves pollitos muertos en tu cama”. La cara del actor era un poema, y entonces José Manuel Poga rompió a reír diciendo que era él quien se lo había dicho al presentador, y que es él mismo quien tiene esa pesadilla. “Me habían entrado hasta sudores”, decía Tejero. “Eres un buen mentiroso”, le decía Pablo Motos a Poga, que se daba cuenta de la broma que le había hecho el andaluz en su primera visita.
Otro fenómeno extraño que sucedió en la grabación de La fortaleza era que unas botellas de champán se abrían solas, lo que asustó a Fernando Tejero. “Me salió un plumón que el notario era Raffaella Carrá. Fueron como cinco o seis, se abrían solas las botellas, y era muy sospechoso, qué pasa aquí”, explicaba.
Pablo Motos introdujo entonces que en el largometraje hay una escena en la que los personajes de Tejero y Poga se besan, pero que ha quedado fuera del montaje final. “Hacíamos belcro con el bigote. Se nos quedaban los morros que parecía que nos habían dado con papel de lija”, bromeaba Fernando. Y Poga contó que era su primer “morreo en el cine”, y que había sido con su compañero. “Repetíamos queriendo”, bromeaban.
Fernando Tejero, preguntado por Motos, reconoció que da “rabia” que corten una escena suya, y más cuando eres un personaje de reparto. “Nuestro trabajo no depende de nosotros, del director el montador y todo lo que sea beneficioso para la película”, añadía. Poga, por su parte, reconoció que en muchas ocasiones se inspira en animales para sus personajes, y que el de La fortaleza era un lemur negro. Su Gandía de La casa de papel era un tiburón blanco, y que en Toro emuló a un tigre por “cómo te mira y se agazapa”.
En el tramo final de la entrevista, Pablo Motos quiso que Tejero le hablase de Últimas voluntades, largometraje que se estrena el 30 de este mes, y que el actor definió como el mejor trabajo que ha hecho en su vida. “Es un thriller, y son dos películas muy pequeñitas, que necesitan mucha promoción y se necesita que la gente vaya al cine”, aseguraba.