La vuelta de la Semana Santa nos ha dejado una aciaga noticia, y es la del fallecimiento del escritor Fernando Sánchez Dragó a los 86 años, como consecuencia de un paro cardíaco. Un contador de historias que escribió su nombre con letras de oro en nuestra televisión, pues también era periodista, y como tal, ejerció de reportero para varios medios, y estuvo al frente de numerosos programas, en su gran mayoría, ligados a TVE. A esa ya añeja televisión pública en la que se da cabida a la cultura, que cuenta las cosas de una forma diferente, y que se preocupaba más abrazar la cultura y de su labor de servicio público que de los datos de audiencias.
El primer programa en el que participó fue Encuentros con las letras, entre 1979 y 1980. Un espacio dedicado al análisis de la lengua y la literatura contemporánea, que incluía reportajes, noticias, debates y entrevistas con intelectuales. Luego vendría Biblioteca nacional, que ya fue presentado y dirigido por el difunto literato. Según el propio Dragó, con este espacio quería demostrar que un libro podía ser tan interesante y apasionante como lo parecían entonces el fútbol, la música o los toros. Comenzó su andadura en 1982, y durante el año que permaneció en antena entrevistó a figuras como Camilo José Cela. En aquel entonces los programas culturales se sucedían en TVE; junto a esta Biblioteca nacional se podía destacar Tiempos de papel, con Isaac Montero, o Tiempos modernos, que abarcaba literatura y artes plásticas.
En 1989, Dragó condujo La Noche, y ese mismo año se pone al frente de El mundo por montera, espacio que recibió el Premio Ondas. Era un programa divulgativo, pero que pasó a la posteridad por una entrega emitida el 5 de octubre de ese año. La tertulia giró alrededor del apocalipsis, y de todos los participantes destacó, por razones propias, Fernando Arrabal. A todas luces pasado de vueltas, exclamaba que “el milenarismo va a llegar”, no dejaba de interrumpir a todo el que hablaba, se sentó en la mesa y hasta intentó besar a algunos compañeros. Según explicaría, se tomó una copa de chinchón que reaccionó con su medicación. No hubo forma de disimular su comportamiento, y el entonces director de Informativos de TVE Diego Carcedo pidió que Arrabal fuese apartado como colaborador de la televisión pública.
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Aquel momento, que podría parecer una de tantas situaciones más que se vivieron en nuestra pequeña pantalla, adquirió años después un gran peso al convertirse en un vídeo viral, reproducido hasta la saciedad. Cuando Arrabal y Sánchez Dragó se volvían a encontrar ante las cámaras resultaba inevitable que recordasen lo vivido, sin ocultar las risas. Por ejemplo, en Alaska y Segura, Arrabal explicó que pidió agua y le dieron chinchón, pero Dragó defendió lo que se vivió en aquel plató. “Yo sostengo que fue el mejor programa de televisión de la historia, pero no sabemos cómo consiguió aquella copa de Chinchón. Ahora me siento culpable porque a Arrabal sólo se le conoce por aquello”, recordaba.
Ya en los 90, TVE vuelve a confiar en él para Negro sobre Blanco, de nuevo, un programa divulgativo en La 2, y que aguantó en pantalla hasta 2004. De nuevo, el guion giraba sobre el mundo de las letras y los autores españoles. Realizaba charlas con escritores, y cada entrega se vertebraba sobre un tema concreto, con el cual el invitado tenía conexión. Gonzalo Torrente Ballester, Francisco Umbral, Ana María Matute o Vargas Llosa pasaron por este programa, que se disfrutaba en La 2. El faro de Alejandría en Canal 9, Las noches Blancas, Diario de la noche y Dragolandia en Telemadrid, Cuarto Milenio en Cuatro y Libros con uasabi en TVE fueron sus últimos espacios.
A pesar de destilar una imagen culta, Dragó nunca tuvo problema para sentarse en programas como Viernes Deluxe, donde ofreció una entrevista en 2017, y charló con Jorge Javier Vázquez de temas controvertidos como el sexo. En concreto, explicó que cuando dijo que se había acostado con una chica japonesa de 13 años fue “un episodio insignificante en mi vida. Aquellas chicas deberían tener 16 o 17 años, lo que pasa es que las japonesas son muy aniñadas y yo dije trece como pude decir 18. Era una forma de hablar, me siguen gustando las chicas jóvenes, muy jóvenes”. Además, dio salseo al reconocer que el “peor polvo de su vida” lo tuvo “con una persona conocidísima”, y que fue en una situación “muy pintoresca”.
Más allá de su labor de comunicador (y jugoso entrevistado), Fernando Sánchez Dragó también dejó su huella en la ficción española con pequeños papeles. Y es que participó con personajes episódicos en Jacinto Durante, representante, y en 7 vidas. En esta última se interpretó a sí mismo, y participaba como tertuliano en el talk show que presentaba Diana (Anabel Alonso). Cómo no, el tema del espacio era la literatura, pero eso no impidió que acabase enfrentándose a la arrolladora Sole, a la que interpretaba Amparo Baró.