Telecinco lleva varios días exprimiendo el éxito del documental de Dolores Vázquez. Y, para continuar abordando el caso Wanninkhof, este miércoles entrevistaba en Sálvame a Charo Trujillo, la madre del que era novio de Rocío, quien durante las primeras indagaciones fue el principal sospechoso del crimen y llegó a ser acusado por su suegra, Alicia Hornos.
El testimonio de Charo refleja el comprensible dolor de una madre que hace 20 años vio cómo su retoño era injustamente juzgado por su entorno, por los medios y hasta por la policía, que le animaba constantemente a confesar su autoría.
"Tras la detención vino llorando como un niño, como lo que era… mi hijo llegó diciendo que se iba a declarar culpable porque no podía más, le trataron muy mal, le pegaron una patada, le insultaron. Lo que hicieron con mi hijo… eso no se hace", lamentó la madre de Antonio José Jurado.
La entrevistada ha reivindicado que su hijo también fue víctima en aquel momento y no ha dudado en cargar contra Alicia: "En esta sociedad se cree que la única dolorida es la madre de Rocío y no, había más familias por medio", espetaba.
A partir de ahí, el tono de Charo se fue elevando, mostrándose muy dura con la madre de Rocío Wanninkhof. "Y todo eso se lo tengo que agradecer a Alicia Hornos, si ella no hace esas declaraciones que hizo, a mi hijo no le molestan de esa manera. Y ahora que digan que yo soy dura con Alicia... Yo le he dado lo que ella ha sembrado en mi corazón".
Sin poner en duda el derecho de la exsuegra de Rocío a narrar cómo vivió aquellos duros momentos, no deja de resultar llamativo que Telecinco se preste a enturbiar la tarea que realmente ha tenido el documental de HBO Max: restablecer la imagen de Dolores Vázquez respetando la condición de víctima de Alicia Hornos.
El sufrimiento de Charo es innegable, pero en ningún caso puede eclipsar el dolor de una madre cuya hija fue asesinada una noche cualquiera, a apenas 500 metros de su casa. Que ninguno de los presentes en Sálvame haya sido capaz de apaciguar su rabioso discurso contra Alicia sólo contribuye a revictimizar a la madre de Rocío Wanninkhof.
Sólo el hijo de Charo entendió que su madre no estaba actuando correctamente, tal y como expresó interviniendo por teléfono en el programa: "Quiero justificar un poco el nerviosismo que mi madre puede tener dentro o lo que siente por mí. Lo está demostrando verbalmente hacia Alicia y quiero pedir perdón por su parte, entended que como madre ha sufrido lo suyo. Y pedir perdón a terceras partes", dijo al principio de su llamada.
El pasado mes de marzo, con el estreno de Rocío, contar la verdad para seguir viva, Telecinco prometió destapar la gran mentira del mundo del corazón y aprender de sus propios errores para no volver a contribuir a ejercer la violencia mediática contra víctimas de otros tipos de violencia.
La divulgación de conceptos como la violencia vicaria o la 'luz de gas' fue muy aplaudida y hasta le ha valido al formato de La Fábrica de la Tele para recibir un premio del Ministerio de Igualdad. Sin embargo, uno de esos conceptos parece habérsele olvidado a la cadena: la revictimización.
El hecho de que nadie, salvo su propio hijo, haya parado los pies a Charo Trujillo no hace otra cosa que revictimizar a una mujer que lleva 20 años reviviendo el asesinato de su hija. Tal y como han explicado en los últimos días varios expertos invitados en el programa, la fijación de Alicia con Antonio -y posteriormente con Dolores- responde a una necesidad de aliviar su dolor encontrando a un culpable conocido que pudiera tener motivos para arrebatar la vida a su hija. ¿Por qué nadie ha tenido en cuenta esto al escuchar las palabras de Charo? ¿Por qué nadie en el plató de Sálvame ha reivindicado la condición de víctima de Alicia?
Lo cierto es que la respuesta parece volver a estar relacionada con el mismo concepto de siempre: la audiencia. Como ya hiciera con Rocío Carrasco y Olga Moreno, Telecinco ha vuelto a utilizar el dolor de dos mujeres para generar un conflicto entre ellas y llenar así valiosos minutos de su parrilla.
Tal y como se viene demostrando, las lecciones aprendidas con la docuserie de Rocío Carrasco son aplicadas por la cadena a su conveniencia. El endeble compromiso de responsabilidad que hizo Mediaset en marzo se desmorona cada vez que vuelve a entregarse al morbo fácil, al acribillamiento público y a la espectacularización del dolor. Telecinco y La Fábrica de la Tele siguen teniendo mucho que aprender de las plataformas y de sus propios errores del pasado. La cuestión es si realmente están dispuestas a hacerlo.