Podría decir que el de hoy es un duelo de altura entre dos auténticas titanes: Adara Molinero y Cristina Porta. Pero no lo voy a hacer. De hacerlo estaría faltándole el respeto a aquellos y aquellas concursantes que se han dejado la piel y el alma a lo largo de los más de veintiún años de historia de la casa de Guadalix.

Y no lo estoy diciendo por Adara, que es historia viva del género; lo digo más bien por su compañera, Cristina Porta. ¿Acaso se merece la periodista ser comparada con brillantes concursantes como Sofía Suescun, Belén Esteban, Ylenia o Mila Ximénez? ¡Es que ni de lejos!

La periodista deportiva es la antítesis del buen concursante de  realities. Y desde aquí aprovecho para enviar un mensaje a todos los futuros habitantes de la casa de Guadalix: ¡No seáis como Cristina Porta!  

El pasado martes en Cuenta Atrás, Porta dio muestras de un evidente desgaste. Y no es para menos. Debe ser durísimo intentar contenerte y aguantar un papel durante veinticuatro horas al día y a lo largo y ancho de la semana. La catalana evidenció su falta de coherencia en su discurso y en su propio personaje. Recriminó incesantemente a su compañero Luca y, de muy malas formas, que la dejara en paz durante sus bajones. ¿Estamos ante un nuevo rotondazo?

Cada vez veo más claro que a medida que se acerque la final, Porta le dará la patada al italiano y se victimizara para intentar ganar el premio final. Ella, como buena consumidora y amante del género, sabe que es lo que vende. Y ante esto me pregunto: Cristina, ¿te merece la pena hacer el papel de tu vida por un premio? Compañera, ¡que son 50.000 euros de premio y Hacienda se quedará con la mitad prácticamente! Y, es más, cómo tengas que darle a tu representante el 20%, te quedarán netos unos 20.000 euros, en el mejor de los casos.  

Fue también muy divertido cuando Porta se confesó en el confesionario diciendo que temía salir de la casa y que su vida haya cambiado tras participar en Secret Story. Teme ser arrollada por la fama. ¿Quién le contará la verdad? Compañera, estás participando en uno de los realities menos vistos de la historia con muy poca repercusión social. 

Quizá la periodista se crea que está participando en un reality que ha paralizado España y que ella está condenada a ser la futura Adara o Sofía Suescun. Vamos, que lo ha petado y que ha hecho historia. Y nada más lejos de la realidad. Cristina, amiga, GH VIP 7 o Supervivientes 2019 sí que paralizaron nuestro país y Adara o Sofía si que se consagraron como grandes personajes de televisión. Tu no sé si lograrás lo que tanto anhelas. Aunque siempre te quedarán Mask Singer o Masterchef Celebrity.

Simplemente Mila

¡Echo tanto de menos a Mila Ximénez en estos momentos! La que fuera concursante de la última edición de Gran Hermano VIP se hubiera merendado a la periodista deportiva en medio asalto. El problema de esta edición es que Porta ha encontrado, obviando a Lucía Pariente y Adara, a personas muy mediocres que no le han parado los pies. Se cree la dueña y señora de Guadalix, y que todo hay que hacerlo a su manera. Vamos, que se ha sublevado sin encontrar resistencia.  

Ayer vi un trozo del 24 horas que me llamó mucho la atención. Estaban en la cocina Adara, Luca y Cristina. La primera desayunaba ajena a sus compañeros, mientras que los marqueses de Ali Express se dedicaban a intercambiarse mensajes a través del ordenador, cosa que está terminantemente prohibida, tal y como les recordó Adara en el momento.

¿De verdad permitiremos que siga en la casa alguien que va en contra del propio programa? Que más da, si el propio programa barre a su favor. ¿Está todo el pescado vendido? Honestamente creo que sí. Cristina Porta ganará Secret Story. ¡Que lástima! Ganará la falsedad, la manipulación y la mentira.

Sin embargo, pensándolo más fríamente, me parece justo que gane. Lo habéis leído muy bien. Es más, quiero que gane este programa. Creo que este reality debe tener una ganadora proporcional a lo que ha sido y significado: una pésima concursante para un pésimo programa. Adara no se merece sumar a su palmarés Secret Story.