Año 2021. Veintiocho ediciones de la franquicia Gran Hermano, veinte de Supervivientes y otras muchas de otros realities con menor recorrido. Es decir, un género con un amplio y largo recorrido a ojos del espectador. Y después de estos 21 años de historia de realities, vienen Cristina Porta y Luca Onestini a tomarnos por ingenuos. El Cuenta Atrás del pasado martes fue absolutamente vergonzoso e insultante para el público. Ese público al que el programa se debe y parece habérsele olvidado por completo.
Una carta de Cristina para Luca fue el eje central de un buen tramo de la gala. Una carta en la que la periodista le declaraba su ¿amor? a su compañero de aventuras. Posteriormente, cuando Luca leyó a solas la carta de su amiga, ésta se dirigió corriendo hacía donde se encontraba el italiano. Todos esperaban un efusivo beso que confirmara las predicciones y.... nada. No se produjo nada más que un abrazo. ¡Sentí tanto rechazo en ese momento!
¿Cómo el programa permite que dos niñatos manejen a su gusto y bajo su particular batuta los compases del concurso? Ya lo advertí hace unas semanas: ambos están dilatando lo que puedan su historia para mantener la intriga hasta las últimas semanas para asegurarse su puesto en la final. Quieren vender su trama por fascículos y alguien habrán engañado.
El perfil de espectador al que le habrán vendido la película será el de una persona para la que éste está siendo su primer reality. Afortunadamente, para aquellos que llevamos ya tanto bagaje en estos derroteros, nos las conocemos todas. Lo que sucedió en la gala dirigida por Carlos Sobera es una muestra más del despropósito de este programa y de la deriva a la que lo están llevando. Es una auténtica lástima. Por ejemplo, el pasado jueves la invencible Adara cayó derrotada contra Gemeliers y resultó la expulsada. No salía de mi asombro. Primero Miguel Frigenti, luego Lucía Pariente y después Adara… Todos los buenos y auténticos concursantes que se han dejado la piel por este concurso se encontraban fuera de juego. Y pese a que el programa ya ha anunciado la repesca, no será suficiente ya que que solo hay una plaza para tres competidores. Una autentica lástima, pues los reencuentros del pasado martes de los expulsados y candidatos a volver con sus excompañeros fue lo más interesante de la gala.
¿No podrían quedarse los tres y hacer frente común contra la mentira y el montaje? Esa casa necesita un revulsivo y por qué no, alguien que le toque las palmas a los marqueses del AliExpress y les incomode un poquito. ¡Ya basta de favoritismos hacía ellos! Resulta realmente tedioso. Estamos condenando a los próximos realities, estamos creando una mala escuela. ¿Dónde han quedado concursantes tan feroces y reales como Sofía Suescun, Ylenia Padilla o Belén Esteban?
Sandra Pica, un redención que le ha servido para meterse al publico en el bolsillo
Si el año pasado me llega a decir alguien que iba a escribir esto, no me lo creería: Sandra Pica ha conseguido ganarme. Todos los prejuicios que tenía sobre ella se han esfumado. He descubierto a una Sandra más sensible y transparente. ¡Y yo que la tenía como una montajista con el cuento aprendido! Para mí es la esperanza de este concurso. Su auténtica historia de amor con Julen me recuerda al típico amor adolescente, aún puro e inocente. La catalana ha conseguido ganarse a un público que la detestaba en su mayoría por sus idas y venidas con su expareja. Incluso me atrevería a decir que ha ganado entidad propia. Pica ya no es la ex de Tom Brusse, sino más bien Tom Brusse es el ex de Sandra Pica.
La catalana ha sacado a relucir su fuerte carácter cuando Cristina Porta le recriminaba por qué estaba en televisión. ¿Y ella? ¿O es que la casa de Guadalix ahora es una facultad de periodismo y Porta está dando seminarios? Sororidad, Cristina. Una vez más su altivez y prepotencia han hecho acto de presencia. Nada nuevo. Es lo más característico de ella. Imagino que éstos serán los valores que tanto agradecía a sus padres. Antes de acabar me gustaría pedir la salvación de Sandra Pica y enviar un mensaje a las nubes: Cristina, baja de allí.