Aragón cuenta con algunos de los espacios naturales más espectaculares de España. Parques naturales, reservas de la biosfera, paisajes protegidos, impresionantes senderos y hasta incluso cascadas capaces de hacer viajar, a cualquiera que se acerque a descubrirlas, a la auténtica Islandia. Un lugar precisamente conocido por su naturaleza y por contar con algunos de los saltos de agua más impresionantes del planeta Tierra.
Sin embargo, no hace falta viajar a Islandia para disfrutar de una de las maravillas naturales de nuestro país y a la que podrás acceder a través de un sencillo sendero en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Para descubrirla tendrás que partir desde la bonita localidad de Broto, donde empieza el recorrido hacia la cascada.
Un pintoresco pueblo que también merece la pena visitar y que está rodeado por uno de los paisajes más privilegiados, con los Pirineos como telón de fondo. Esta vez queremos hablarte de la cascada de Sorrosal y para descubrirla tendrás que acercarte a esta zona norte de Aragón.
Esta localidad destaca por su rico patrimonio histórico, el cual puede reconocerse a través de algunas de sus construcciones antiguas más destacadas como la Iglesia de San Pedro Apóstol o la Casa del Valle y su torre defensiva del siglo XVI.
Dejando sus calles empedradas atrás, podrás afrontar una de las excursiones por la naturaleza más fáciles y bonitas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Una ruta a la Cascada de Sorrosal que podrá acercarte al salto de agua de Sorrosal en apenas 5 minutos a través de un cómodo sendero.
Ruta a la cascada de Sorrosal
La caminata hacia la cascada comienza en el mismo pueblo de Broto y está claramente señalizada. En apenas kilómetro y medio encontrarás el mirador para contemplar el espectáculo de 35 metros de altura y una caída muy visual dividida en dos tramos. Si tienes la oportunidad de visitarla con las primeras lluvias de otoño o en primavera, durante el deshielo, el espectáculo natural que ofrece es realmente asombroso.
Aún así, incluso en verano este entorno rodeado de naturaleza también merece la pena ser visitado. Y es que, el entorno de la cascada donde comienza la ruta, es un anfiteatro natural lleno de historia geológica. Las formaciones rocosas y el sonido del agua crean un ambiente único que perfectamente puede teletransportarte a Islandia.
A lo largo de las paredes que flanquean la cascada, hay una vía ferrata bien equipada, que parte justo al lado de la poza de la cascada. El acceso a esta vía tiene un coste de unos 3,50 euros. Con un poco de suerte, también podrás observar a montañeros practicando rápel directamente en la cascada.
Así que si lo que buscas es una experiencia más aventurera, puedes optar por recorrer la vía ferrata junto a la cascada o realizar un descenso en rápel por el cañón que forma la cascada. En la zona, hay numerosas empresas de aventura que ofrecen estos servicios, permitiéndote disfrutar de un día inolvidable en este rincón.
Otra opción de ruta sencilla es caminar hasta el mirador ubicado en el lado sur del barranco. Para ello, desde el pueblo de Oto, puedes tomar una pista forestal que marca el inicio del recorrido.
Después de atravesar una curva bastante cerrada, verás un sendero que se desvía hacia la derecha. Siguiendo este camino por unos 500 metros, llegarás a un punto donde podrás disfrutar de una nueva perspectiva de la cascada.
Vía ferrata de Sorrosal
La vía ferrata de Sorrosal destaca también por ser una de las vías ferratas más bonitas del Pirineo Aragonés y cuenta con una dificultad ideal para iniciarse en esta actividad. Durante su recorrido puede descubrirse parte del Barranco de Sorrosal con unas vistas espectaculares a la cascada y al Valle de Broto.
A través de peldaños, escaleras y pasos aéreos o incluso de un puente tibetano podrás adentrarte en este espectáculo de la naturaleza aragonés. Todo ello, con una dificultad de K3, por lo que no es necesario tener experiencia previa, pero sí es importante no tener miedo a las alturas y siempre es mejor hacer este tipo de actividades con un guía.