Tras el caos en los hospitales de Torrevieja y Alcoy, ahora se suma el de la Marina Baixa, con una población asistencial de más de 200.000 habitantes que en verano se multiplica con los turistas de Benidorm. El servicio de Pediatría se ha visto obligado a suspender las consultas externas por falta de personal.
Esta situación ha sido denunciada varias veces por el Sindicato Médico (CESM) a la gerente del hospital, Rosa Luoise, que según explican, ha sido incapaz de dar solución a la situación. Hasta que la estructura "se ha derrumbado como un castillo de naipes", valoran desde el CESM.
Así las cosas, los 25.000 niños de la comarca alicantina, más la población flotante, deben derivarse al Hospital de Alicante para ser recibidos en consulta. Desde el departamento se calcula que son 200 niños los que tienen que desplazarse diariamente más de 45 kilómetros para ser atendidos.
Según explica el CESM, esta situación "extrema" es fruto de la "falta de previsión y desatención que ha sufrido el servicio en los últimos años". Y la achacan directamente a la gerente nombrada por la consellera de Sanidad, Ana Barceló (PSPV-PSOE).
Los pediatras de La Vila han sido utilizados para cubrir la escasez de personal de otros servicios como Urgencias. Y sumando guardias han llegado a alcanzar la cifra de 9 guardias de 24 horas al mes por facultativo. Algo que según el sindicato es "manifiestamente ilegal".
De 11 pediatras (3 de ellos exentos de guardias) que había en el servicio han pasado a 4, con la reciente dimisión del jefe de Servicio y bajas laborales (la mayoría por estrés).
Al mismo tiempo, la Conselleria no ha previsto reconvertir ningún contrato de refuerzo Covid en una plaza para el servicio. Sólo se han previsto 5 contratos en toda la Comunidad para Pediatría Ambulatoria y sólo 2 para Pediatría Hospitalaria, en La Plana y Sagunto (Castellón y Valencia). Ninguno en Alicante.
El servicio es esencial para atender a los niños hospitalizados (escolares, lactantes y neonatos), los recién nacidos (Maternidad), asistencia de cesáreas y partos de riesgo, apoyo a urgencias pediátricas para revaluación, resolver dudas, atender al niño grave, gestionar ingresos y traslados, y las consultas externas (Neuropediatría, Digestivo, Cardiología, Nefrología, Neonatología, Neumología, Infectología, Endocrinología). Más las guardias.
Durante meses, las vacantes han tenido que ser cubiertas por residentes y médicos del servicio de Familia, con el apoyo del pediatra para resolver dudas de niños graves e ingresos. Y a esto se suma que los profesionales que quedan deben escoger sus vacaciones en plena temporada alta estival, cuando la población se multiplica.
La situación de sobrecarga laboral se ha vuelto tan insostenible que se acumularan más días pendientes de librar (sumando excesos de guardias, domingos, etc.). A algunos facultativos se les debe hasta 40 días, acumulados en estos años, otros han dejado el servicio sin que los hayan podido disfrutar.
Y no hay una solución fácil. Y es que como está sucediendo en Torrevieja, la mala fama acumulada durante estos años en el servicio no han ayudado a que otros pediatras quieran ir a trabajar al área.
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