El transporte bajo demanda en partidas rurales, enésimo fracaso del bipartito
Agustín es vecino de Fontcalent, y presidente de una asociación vecinal. Diabético, entre otras cosas, hace poco tuvo una herida muy fea que necesitó hospitalización y asistió durante una temporada a las curas en el centro de salud. Su mujer en muchas ocasiones pudo llevarlo hasta allí, en otras nadie pudo. Agustín curtido en muchos quehaceres asumió este también.
Pepi es de El Moralet, presidenta de la Asociación de Jubilados. Hace años que ya no se reúnen para las partidas de dominó y esas tardes distraídas con sus vecinos y vecinas se han quedado en el pasado, en el olvido. El centro social quedó destrozado por una fuga de una cisterna en octubre del 2021, las salas se inundaron, estropeando muebles la mayoría aportados por los socios y socias de la asociación.
La responsabilidad de la limpieza del recinto recaía en Pepi, dado que el Ayuntamiento, siendo un edificio municipal no enviaba a nadie, esta falta de mantenimiento y de abandono total del bipartito ha ayudado a su deterioro, y la falta de inversiones en los sucesivos presupuestos antisociales de Barcala han hecho el resto.
Porque dudo muchísimo, que el señor alcalde acepte la enmienda a este respecto que se ha hecho desde el grupo municipal socialista, generar una partida presupuestaria para rehabilitar el centro comunitario de El Moralet.
David y sus socios disponen de una buena sede para eso, con su terraza techada, su pista deportiva y su zona de juegos infantiles. Ojo, no se crean que esa dotación es municipal, en realidad el terreno pertenece a CEMEX. Pero esta asociación lo tiene en cesión desde hace muchos años, y el recinto fue construido por los miembros de la asociación.
David aún recuerda siendo un niño hacer cubetas de mortero, más consistente que el cemento ligero, y ahora ya de adulto aprovechan al máximo esa instalación donde constantemente organizan actividades para beneficio de sus vecinos. El fomento de la participación no está en el ADN del Partido Popular, así que, ¿para qué va a rehabilitar o incluso a invertir en centros comunitarios? Cuanta más división, mejor. Cuanto más alejados, mejor.
Y en medio de todo esto, una pandemia que los ha ido aislando sin remedio, en unas zonas donde la soledad no es pasajera, es eterna. ¡Qué recuerdos tiene Pepi de los momentos felices pasados en ese centro, cuando los vecinos solían reunirse y echarse unas risas; la mejor medicina para la soledad!
Por otro lado, los vecinos, como todo el mundo, van haciéndose mayores y muchos de ellas y ellos ya no renuevan su carnet de conducir, ¡qué bien les vendría un transporte público!, ¡qué imprescindible se ha vuelto el transporte público ante el envejecimiento de nuestra población en las partidas, un transporte a demanda para volver con ilusión a las partidas de las tardes de verano!
El taxi a demanda o el transporte a demanda, así se llamó este proyecto en su gestación a cargo del tripartito fue una iniciativa del concejal socialista Fernando Marcos junto a las asociaciones de las Partidas Rurales y la Mesa del Transporte.
Entre todos le dieron forma, le pusieron ilusión, necesidades, objetivos, lo intentaron sacar de su imaginación para hacerlo realidad, y casi se consiguió, pero… una nefasta moción de censura llenó cajones de proyectos acabados y muchos, simplemente a falta de presupuesto, en un Ayuntamiento intervenido por la nefasta gestión de sus anteriores gobernantes del PP, durante la alcaldía de Sonia Castedo.
Pero cinco años después de un gobierno del Partido Popular, el de Luis Barcala, el proyecto de un transporte digno para las y los alicantinos de las partidas rurales sigue en el mismo cajón. A pesar de unas arcas llenas, a pesar de fondos de Europa, fondos del Gobierno Central, fondos de Conselleria… las partidas no cuentan para este alcalde.
Pero no podemos olvidar que esta inacción en la falta de transporte público supone un problema de dos caras: Primero, supone un atraso social, debido a la desigualdad en el acceso a servicios básicos entre las personas que viven en el centro de la ciudad y el resto de la periferia, los cuales, recordemos, pagan impuestos como el resto.
Y segundo, también es un atraso ambiental, ya que el uso de coche o taxi individual aumenta las emisiones de CO2, contribuyendo al aumento de las temperaturas globales.
El transporte a demanda es una realidad en muchas pedanías de otros municipios, como en Elche. Municipios tan cercanos, pero con políticas tan alejadas. Claro que Elche ha crecido y se ha desarrollado con una política socialista mayoritariamente y Alicante con un ideario de ciudad de derechas.
Las experiencias de transporte a la demanda demuestran que es posible implementar soluciones de transporte público social, económica y medioambientalmente sostenibles en el medio periférico al núcleo urbano, acercándolos mutuamente, pero la falta de transporte público en este medio empuja a su población al uso del coche para realizar actividades básicas. Existen alternativas sostenibles para evitarlo y el transporte a la demanda es una.
Ahora la pregunta es: ¿lograremos hacerlo realidad con un gobierno de Barcala? La respuesta tras cinco años de su alcaldía es claramente no.
Lara López es concejal del PSPV-PSOE de Alicante