El G8 de Ciudadanos rumbo a Khartoum
Khartoum, una ciudad sitiada por el cruel líder islamista el Mahdi (Laurence Olivier). El general Gordon (Charlton Heston), un héroe nacional británico empeñado en fortalecer las defensas de la ciudad mientras pide ayuda desesperadamente a su gobierno. Un primer ministro británico, Gladstone, que duda en intervenir en el conflicto.
Estos son el trío de protagonistas de Khartoum, una película basada en hechos reales, de la temática colonial que tan popular se hizo durante los años sesenta. A este trío de protagonistas se une un cuarto y no menos importante, el tiempo. Cuando finalmente Gladstone asume que debe enviar la ayuda para el socorro de la ciudad, la gran pregunta es ¿llegarán a tiempo? No podemos olvidar que en todo proyecto, el tiempo es un elemento que cobra fuerza fundamental y determina el desarrollo del mismo.
El tiempo es, quizás, uno de los principales enemigos con los que el partido político Ciudadanos se enfrenta, en lo que se ha venido a denominar el proceso de refundación del partido. En una situación difícil, la ejecutiva del partido ha decidido delegar en una comisión, denominada G8 por los ocho miembros que la forman, la elaboración de una propuesta sin límites para mejorar las expectativas del partido ante los próximos comicios electorales.
El G8 ha decidido con buen criterio incluir en el trabajo a los afiliados y cargos del partido y a destacados miembros de la sociedad civil. Las primeras sensaciones que tenemos al respecto, es que el G8 está formado por personas competentes, y que están realizando un trabajo serio. Ignoramos a día de hoy cuales serán las conclusiones del trabajo del G8, pero lo que sí preocupa enormemente, es la temporalización de todo el proceso que ha planteado la ejecutiva de Ciudadanos dirigida por Inés Arrimadas.
Se espera que las conclusiones finales del G8 sobre la refundación se debatan en noviembre de este año, algo que parece que demasiado tarde dada la situación actual del partido. Además, se pretende elegir en septiembre/octubre a los candidatos de las elecciones municipales y autonómicas que se celebrarán el próximo mes de mayo. No parece tener demasiado sentido elegir a los mejores candidatos según un modelo, cuando se pueden poner en duda los cimientos del partido dos meses después. Tampoco parece lógico retrasar tanto el prometido congreso del partido.
Se ha puesto mucha confianza en el desarrollo de las propuestas del G8, pero muchos de los actuales cargos y afiliados de ciudadanos empiezan a sentirse como el general Gordon: trabajando sin descanso pero mirando continuamente hacia el horizonte para comprobar si llegan los refuerzos que pueden evitar la masacre en Khartoum.
Por ello, el sentir cada vez más generalizado es que se debe actuar ya y por tanto las conclusiones del G8 deberían llegar mucho antes. No se entiende el empeño de la ejecutiva en retrasar ese momento. Algo así hizo el primer ministro Gladstone, que retrasó demasiado tiempo el envío de tropas en apoyo de Gordon.
Recuerdo que cuando vi la película, esperaba el final feliz de la misma, con las tropas británicas llegando a tiempo y con el general Gordon recibido como héroe en su país. Pero la historia es la que es. El empeño de retrasar la expedición de ayuda, hizo que este llegara dos días después de que el Mahdi hubiese entrado en la ciudad de Khartoum pasando a cuchillo a todos los que allí vivían.
Un famoso cuadro retrata al general Gordon, en lo alto de una escalera espada en mano, esperando su final ante la acometida de los soldados del Mahdi. El ministro Gladstone tuvo que dimitir ante la presión popular, que le responsabilizó del retraso del envió de la ayuda.
Estoy convencido que sería razonable que el G8 agilizara su trabajo y tuviese listo su dictamen cuanto antes, y que la ejecutiva de Ciudadanos adelantara toda la temporalización del proceso de refundación para evitar llegar tarde, tal como le pasaron a las tropas británicas en Khartoum.
Hay tiempo para cambiar el rumbo, la historia está para aprender de ella y no para conformarse con que pase una y otra vez lo mismo. Y es que como decía el general Gordon “No tengo miedo a la muerte, pero si al fracaso”. Y a veces al fracaso se provoca cuando en vez de rodearte de personas con el talento de Luis Garicano, consigas que estas abandonen aburridas el proyecto.