Mila y Luisa se quieren fugar de su residencia. Quieren ir a Benidorm, el que llaman paraíso de los viejos. Su fuga las convierte en una versión alocada de Thelma y Louise donde coplas como las de Rocío Jurado son la banda sonora. Con este argumento, Josi Alvarado trae a Alicante su nuevo montaje ya estrenado con éxito en Madrid, Llévame a Benidorm.
"Hace tiempo que ya no siento nada al hacerlo contigo", dice Mila citando Lo siento, mi amor. Y Luisa le responde: "Ya somos dos". Esta es solo una pequeña muestra de una comedia negrísima con la que la dramaturga alicantina reivindica la importancia de llevar una vida digna.
La obra surge desde el dolor, como confiesa antes de que llegue a Cigarreras este miércoles. "La tenía escrita desde hace años, pero cuando falleció mi padre en la pandemia, murió en soledad y para mí fue un incentivo para reescribirla. Se me quitaron todos los complejos y me puse a escribir una comedia que es muy brutal y muy tierna sobre el derecho a una muerte digna y a una vida digna".
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Alvarado no tiene miedo a lanzarse a los temas más complicados porque en su trayectoria "mi tendencia es dar voz a personajes que son marginales, que viven en la cuneta". Así le pasó con La Tarara, su obra más galardonada y con la que obtuvo siete candidaturas a los Premios Max.
En esta ocasión elige a dos mujeres que viven en una residencia "y se fugan de repente porque quieren vivir sus últimos años de manera plena, que es lo que defendemos todos". "Los que defendemos la vida defendemos una vida que merezca la pena ser vivida, razona. Por eso recalca que esta "es una visión muy vitalista, un canto a la vida, al amor en toda su diversidad".
En este último punto Alvarado señala que "hay una involución porque las agresiones al colectivo son más y se hacen de forma más abierta, más grosera, igual que a las mujeres. Y tenemos que pensar que no solo hay que luchar por los derechos, sino por mantenerlos".
La aventura que emprenden Mila y Luisa mostrará también diferentes episodios de su vida acompañados por la copla y las referencias a las películas clásicas. "En ese sentido tiene una parte muy divertida", puntualiza la autora. El tono le cambia cuando explica que con esta obra también critica "un sistema en el que solo se prima el consumismo y las 'personas útiles'", donde "las personas mayores son descartables porque no producen beneficios" por "una política de la muerte que no apuesta por la vida. Y eso es un paso atrás en democracia, en sabiduría".
Alejandra Guiol y Rocío Solís son las actrices madrileñas que se han encargado de llevar a los escenarios de la capital este texto, bajo la dirección de Celia Morán. De nuevo los textos de la autora alicantina se estrenan antes fuera de su provincia, donde "la estructura cultural y en las artes escénicas es muy débil y lo es desde hace tiempo".
Con su pase en el Centro Cultural Las Cigarreras, tiene la oportunidad de mostrar un trabajo que ha sido muy bien recibido en Madrid donde Arte-Yo "estuvieron dos meses llenando la sala con un éxito brutal" que satisface a su creadora. "El humor es un arma que tenemos para transitar la vida y si no reímos, ¿qué hacemos?", concluye.
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