Compromís, el partido nacionalista de la Comunidad Valenciana que dirige Mónica Oltra, ya no sabe que hacer para intentar asentarse con más fuerza en el sur de la región, donde en las últimas elecciones -las generales de 2019- apenas consiguió un 4,2% de los votos (de ser en otros comicios no habría superado la barrera de representación), mientras que el conjunto del ámbito autonómico logró un 7%). Unas diferencias mayores de las que se produjeron en las autonómicas de meses antes, con un 16,8% en la región y un 11% en la provincia de Alicante.
Así, la última iniciativa de conseller de Educación y Cultura, Vicent Marzà, al que algunos consideran sucesor natural de Oltra, ha sido proponer la extensión de una institución cultural de la Diputación de Valencia, Alfons El Magnánim, a todo el territorio valenciano. Esto se suma a la guerra abierta que mantiene por sus proyectos lingüísticos en Educación, en la función pública y en Sanidad, entre otros ámbitos en la provincia de Alicante.
Para ello convocó el pasado miércoles a los representantes culturales del Ayuntamiento y la Diputación de Alicante a una reunión con el propio Marzà Marzà, y el presidente y la vicepresidenta de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar y Maria Josep Amigó, con el objeto de informarles de la extensión de entidad cultural valenciana al ámbito autonómico.
Marzà explicó "tanto la Generalitat como la Diputación de Valencia queremos dotar a la Institució Alfons el Magnànim de una mayor actuación en el campo de la investigación. Es por ello que trabajaremos para que sea un espacio de reflexión y de acompañamiento a los creadores y creadoras de todo el territorio valenciano, lo que supone convertirlo en un foco cultural que alcance a toda la ciudadanía".
Todas estas palabras están refrendadas con dinero. En los Presupuestos de la Generalitat Valenciana para 2022 ya se han consignado 250.000 euros para crear el "consorcio" de la institución valenciana con pretendido ámbito autonómico.
Los recelos desde Alicante no se han hecho esperar. La ciudad y la provincia tienen sus propias instituciones culturales municipales y provinciales, como el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, que es el homólogo en la provincia del Alfons El Magnanim. Y si el valenciano tiene un largo recorrido desde su fundación en 1947, el alicantino no le va a la zaga, habiéndose fundado en 1953 como el Instituto de Estudios Alicantinos, con su propia identidad, investigaciones, publicaciones, conferencias y exposiciones.
Desde la Diputación de Alicante que gobierna el popular Carlos Mazón junto a la vicepresidenta Julia Parra (Cs), no tienen ninguna intención de participar en el experimento que más de uno califica de "centralismo" o incluso "colonialismo" cultural. Aún así han pedido que les envíen los estatutos "para estudiarlo". Lo mismo que desde el Ayuntamiento, completamente alineado con la Diputación.
Voluntad de 'País'
Incluso en sus palabras, la presidenta de la institución valenciana (de Compromís), Amigo, no ocultaba el sesgo nacionalista refiriéndose siempre a la Comunidad Valenciana como 'país': "Así, el Magnànim pasaría a ser una institución de ámbito de País Valenciano, y podríamos dotarlo de más estructura y presupuesto". Un presupuesto que la Generalitat podrá para la institución valenciana pero no para la alicantina, que se nutre de la Diputación.
E insistió: "Porque, ya que desde El Magnànim trabajamos con visión de País y con voluntad global, es lógico que esté adscrito a la Generalitat. Al fin y al cabo, las divisiones provinciales no tienen sentido en una institución cultural de estas características".
Tanto Compromís como el PSPV-PSOE han dado durante estas dos últimas legislaturas varios pasos en contra la "autonomía" provincial. Primero con algunos decretos tumbados por los tribunales y luego directamente proyectando la "comarcalización" de la región al estilo de Cataluña, que es el modelo territorial por el que apuestan.
En esta política chocan frontalmente con PP y Cs que gobiernan tanto en la Diputación como en el Ayuntamiento de Alicante. Desde ambos partidos afean constantemente al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que ataque el centralismo de Madrid respecto a otras comunidades autónomas mientras lo impone desde Valencia hacia Alicante y Castellón.